Gobernadores en guardia: Provincias Unidas desafía la convocatoria de Milei

POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior
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  • Tras la derrota de Milei en Buenos Aires, los gobernadores expresaron fuerte desconfianza hacia la mesa de diálogo convocada por la Casa Rosada.
  • Gustavo Sáenz fue el más explícito, acusando al Gobierno de incumplir promesas de obras y recursos, y de dañarlo con candidatos locales.
  • Los seis mandatarios de Provincias Unidas preparan una cumbre en Río Cuarto como señal de autonomía y fuerza política.
  • Pullaro y otros gobernadores denunciaron el “paralelismo” oficial: sin respuestas económicas, pero con listas libertarias que compiten en cada distrito.
  • Rechazan alinearse con el peronismo bonaerense y plantean construir una alternativa “moderna” de cara a 2027.
  • El objetivo inmediato es octubre: consolidar un polo electoral propio que condicione al Gobierno y marque proyección nacional.

La derrota de Javier Milei en la provincia de Buenos Aires abrió un nuevo capítulo en la relación entre la Casa Rosada y los gobernadores. Lo que pretendía ser un gesto de apertura, con la convocatoria a una mesa de diálogo difundida por el vocero Manuel Adorni, terminó exhibiendo la desconfianza creciente de los mandatarios provinciales hacia un oficialismo al que acusan de incumplir promesas y retener recursos clave. El salteño Gustavo Sáenz fue el más frontal: “No son leones, son palomas de iglesia, porque cagan a los fieles. A mí me cagaron con obras y me cagaron en lo electoral, con candidatos que me destrozan”, disparó, en un mensaje que sintetiza el malestar extendido en las provincias.

El rechazo de Sáenz no fue un hecho aislado. Gobernadores de distintos signos coincidieron en que la Casa Rosada busca recomponer oxígeno político tras el revés bonaerense, pero lo hace en un momento inoportuno, con las campañas locales en pleno desarrollo y bajo la sombra de candidatos libertarios que compiten en casi todos los distritos con una estrategia agresiva diseñada por Eduardo “Lule” Menem y Martín Menem. El saldo, hasta ahora, es negativo: fuera de una victoria puntual en Salta capital, las listas “violetas puras” terminaron relegadas, como en Corrientes, donde no superaron el 10% y quedaron cuartas.

Mientras Milei busca tender puentes, los seis gobernadores nucleados en Provincias Unidas preparan para este viernes una demostración de fuerza en la Sociedad Rural de Río Cuarto, Córdoba. Estarán presentes el anfitrión Martín Llaryora, Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Gustavo Valdés (Corrientes), Ignacio Torres (Chubut), Carlos Sadir (Jujuy) y Claudio Vidal (Santa Cruz). La cumbre, que podría sumar más invitados, funcionará como contrapeso a la convocatoria oficialista y como plataforma de proyección nacional.

Algunos de ellos incluso felicitaron públicamente a Axel Kicillof por su triunfo en Buenos Aires, un gesto interpretado como una señal de hostilidad hacia el Gobierno nacional. Pullaro, de hecho, fue categórico: “La gente viene hablando fuerte y claro. El Gobierno sigue sin escuchar, paralizado. Hay que dejar atrás el pasado lleno de fracasos y enfrentar ya los problemas del presente”, escribió en redes sociales. El santafesino mantiene un vínculo de cooperación con Patricia Bullrich en materia de seguridad, pero disputa con el área económica por fondos adeudados y soporta embates en redes sociales atribuidos a la maquinaria libertaria.

Ese es el denominador común: la pelea por los recursos. “Nos cagaron con los recursos durante un año y medio y ahora, que tuvieron una paliza en Buenos Aires, quieren que les pongamos el hombro”, se quejó un gobernador en off the record. La frase resume el clima de hartazgo que impera en las provincias, donde la asfixia financiera se convirtió en un factor de tensión constante con la administración central.

El problema para Milei es doble. Por un lado, la mesa política que encabeza junto a su hermana Karina, Guillermo Francos y Santiago Caputo llega en un momento de debilidad, tras el cimbronazo electoral. Por otro, los gobernadores no quieren quedar atrapados en la interna del peronismo bonaerense, donde Kicillof salió fortalecido frente a Cristina Kirchner y La Cámpora. “El PJ va a estar metido en sus peleas internas. Ese no tiene que ser nuestro lugar. Enfrente de Milei se tiene que crear algo nuevo, distinto y moderno, para tener un candidato competitivo en 2027”, sostuvo uno de los armadores políticos de Provincias Unidas.

Ese proyecto de largo plazo tiene, sin embargo, una escala decisiva en el corto plazo: las elecciones del 26 de octubre. Allí, los mandatarios buscarán consolidar a sus candidatos como un tercer polo nacional, capaz de capitalizar el descontento con Milei sin quedar subordinado al peronismo. Si logran sostener esa posición, el conglomerado provincial podría emerger como un actor clave en la futura reconfiguración política argentina.

En este tablero, los gobernadores se muestran prudentes pero firmes: no rechazan de plano el diálogo, pero no están dispuestos a convalidar lo que consideran una maniobra de supervivencia política del Gobierno. Prefieren mostrarse unidos en sus reclamos, con una hoja de ruta propia que trascienda la coyuntura electoral y proyecte a Provincias Unidas como una alternativa real en el horizonte de 2027.

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