La economía argentina se enfría y acumula señales negativas en julio

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • Julio muestra estimaciones de nueva caída económica en Argentina, que de confirmarse sería la tercera consecutiva.
  • El EMAE de junio se contrajo 0,7%, con la pesca, industria y comercio registrando las mayores bajas.
  • Analytica y Equilibra anticipan retrocesos en julio, vinculados a demoras en la cosecha y menor demanda interna.
  • Banco Provincia reporta baja semanal del 0,4%, afectada por volatilidad de tasas y restricción del crédito.
  • FIEL señala que la recuperación iniciada en abril de 2024 se está agotando, con retrocesos industriales.
  • El estancamiento salarial y la política monetaria rígida limitan el consumo, priorizando estabilidad cambiaria sobre reactivación.

Las primeras estimaciones extraoficiales sobre la actividad económica de julio anticipan un nuevo retroceso mensual, que de confirmarse, marcaría la peor racha negativa en más de un año. La tendencia se suma a la serie de datos que evidencian un estancamiento de la economía, en un contexto de política monetaria rígida y un consumo interno limitado.

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informó esta semana que el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) se contrajo 0,7% en junio respecto de mayo. La cifra, desestacionalizada, representa el segundo nivel más bajo desde noviembre de 2024, solo superado por marzo de este año, un mes previo al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y marcado por crecientes expectativas de devaluación.

A nivel sectorial, la pesca fue el área más afectada, con una caída mensual del 70,6%. Según fuentes consultadas por Ámbito, la baja se explica por una paralización en las exportaciones, vinculada a cambios en los patrones de consumo global que afectan a los productos argentinos, sin que la demanda interna compense la merma. La industria manufacturera y el comercio registraron retrocesos del 1,5% y 1,2%, respectivamente, mientras que la construcción descendió un 0,3%. Por el contrario, el sector petrolero y el bancario continuaron destacándose como los “ganadores” del modelo económico vigente.

De cara a julio, las estimaciones adelantadas tampoco muestran señales alentadoras. Analytica, a través de su nuevo índice de actividad, proyectó un retroceso del 0,1%. La consultora destacó la necesidad de contar con un termómetro mensual de la economía, ya que “los determinantes del crecimiento cambiaron producto de un nuevo régimen macroeconómico”, y desarrolló un indicador que combina datos de alta frecuencia sobre consumo, crédito y dinámicas sectoriales.

En paralelo, Equilibra proyectó una caída del 0,3% para julio, explicada principalmente por la baja del 2,3% en el sector agropecuario, atribuida a la demora en la cosecha de maíz por la alta humedad. El agregado del resto de los sectores arrojó una variación negativa del 0,1%.

Por su parte, el Banco Provincia, mediante su sistema PulsoPBA —que analiza 1.200 variables con inteligencia artificial— reportó una leve suba del 0,2% en julio, pero señaló que durante las últimas cuatro semanas, que abarcan finales de julio y principios de agosto, la actividad se contrajo un 0,4%. El informe del Banco destacó que la volatilidad de las tasas de interés y el endurecimiento de la política monetaria están afectando de manera significativa al crédito.

El Índice de Producción Industrial (IPI) de FIEL también evidenció un retroceso del 1,4% en julio. Según la consultora, “todos los indicadores que permiten evaluar la sostenibilidad de la fase de recuperación iniciada en abril del año pasado señalan un agotamiento de la dinámica de mejora de la actividad”.

Si los datos oficiales del INDEC confirman la caída de julio, la economía argentina encadenaría tres meses consecutivos en baja, una racha que no se observaba desde febrero a abril de 2024. Analytica destacó que, con esta caída, la actividad económica acumula cinco de siete meses con variaciones negativas en 2025, ubicándose 0,8% por debajo del nivel de diciembre. Según la consultora, el país habría ingresado en una etapa de estancamiento, reflejo de los límites del esquema económico vigente, que prioriza la estabilidad monetaria y cambiaria sobre la reactivación del consumo interno.

El estancamiento salarial, impulsado por acuerdos paritarios de apenas 1% mensual, ya venía restringiendo la demanda interna. Sumado a ello, el reciente aumento en las tasas de interés amenaza al crédito privado, principal motor de la recuperación durante fines del año pasado. En este contexto, el oficialismo parece centrar su gestión en mantener la calma cambiaria y contener la inflación, relegando la reactivación económica, incluso a pocos meses de las elecciones legislativas.

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