Autoservicios chinos recuperan terreno y presionan a los supermercados en el consumo masivo

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • Los autoservicios de origen chino recuperan terreno tras la pandemia, ganando competitividad frente a las grandes cadenas de supermercados.
  • Compran directamente a los fabricantes, eliminando intermediarios y ofreciendo precios más bajos en sus góndolas.
  • Los supermercados responden con promociones, descuentos y programas de “marcas propias” para retener clientes.
  • Las marcas propias crecieron en todos los canales: minorista, mayorista y online, con precios hasta 30% más bajos que marcas reconocidas.
  • La contracción del consumo y la estabilidad de precios reducen la compra concentrada en supermercados, favoreciendo los autoservicios de barrio.
  • La competencia se redefine: grandes cadenas buscan fidelizar clientes y mantener ventas, mientras los autoservicios chinos aprovechan flexibilidad, cercanía y abastecimiento directo.

Tras los efectos de la pandemia, que los habían dejado rezagados frente a las grandes cadenas de supermercados, los autoservicios de origen chino comenzaron a recuperar protagonismo en el mercado del consumo masivo. La contracción del consumo y los cambios en los hábitos de compra de los consumidores generaron un escenario propicio para que estos comercios de barrio compitan nuevamente con fuerza.

Uno de los factores clave de esta recuperación es la posibilidad de comprar directamente a los fabricantes, eliminando intermediarios y reduciendo costos. Esto les permite ofrecer productos a precios más bajos que antes, aumentando su competitividad frente a los supermercados. Además, los fabricantes también buscan asegurar su presencia en estos locales y no depender exclusivamente de distribuidores o mayoristas, lo que refuerza la oferta de los autoservicios de barrio.

En paralelo, las grandes cadenas de supermercados buscan sostener su atractivo mediante promociones y estrategias de fidelización. Carrefour, por ejemplo, lanzó el programa “Precios Corajudos”, que mantiene sin cambios los precios de 1.500 productos de marca propia durante cuatro meses, abarcando gran parte de la canasta básica. Otras cadenas aplican descuentos de hasta 25% mediante acuerdos con bancos y billeteras digitales, aunque ciertas categorías, como electrodomésticos y carnes, quedan fuera de estas ofertas.

El fenómeno de las “marcas propias” es otro elemento que evidencia la transformación del consumo. En el último año, la participación de estos productos en las ventas totales de los supermercados pasó del 12,4% al 15,3%, con precios hasta un 30% más bajos que los de marcas reconocidas. La expansión también se observa en canales mayoristas y online: las marcas propias crecieron 32% en el primer caso, llegando al 8,1% del total, y 56% en el comercio electrónico, alcanzando un 9,1% del mercado online.

El consumo pinchado se traduce en menores compras mensuales en las grandes cadenas. Los consumidores ya no se concentran en un solo mandado, sino que compran a medida que perciben ingresos. La estabilidad de precios, a diferencia de los momentos de alta inflación, reduce la urgencia por adelantar compras, restando fuerza a los supermercados en la tradicional “carrera por el ahorro”.

Este contexto favorece a los autoservicios de barrio, que aprovechan la flexibilidad de sus operaciones y la relación directa con los fabricantes para ofrecer precios competitivos. Además, su cercanía al consumidor final y la atención personalizada se convierten en ventajas que las grandes cadenas, con estructuras más rígidas, no siempre pueden replicar.

El resultado es un escenario de mayor competencia, donde los supermercados buscan sostener ventas mediante promociones y expansión de sus marcas propias, mientras los autoservicios chinos capitalizan la flexibilidad, la relación directa con proveedores y la cercanía con los clientes. La lucha por el mercado del consumo masivo se redefine así, mostrando que la pandemia no solo alteró los hábitos de compra, sino que también reconfiguró la dinámica entre grandes cadenas y comercios de barrio.

En este contexto, el futuro del sector dependerá de la capacidad de adaptación de ambos modelos de negocio. Mientras los supermercados intentan consolidar su participación a través de precios congelados y marcas propias, los autoservicios de origen chino se afianzan como un actor relevante que no solo resiste la competencia, sino que logra crecer mediante estrategias de costos y abastecimiento directo. La pulseada por los consumidores continúa, y los próximos meses serán clave para definir quién gana espacio en la mente y el bolsillo de los argentinos.

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