El gobernador Martin Llaryora viajó ayer a la ciudad de Buenos Aires para reunirse con el embajador del reino de Arabia Saudita en Argentina, Hussein Al Assiri.
Acompañado por el ministro de Economía y Gestión Pública, Guillermo Acosta, el mandatario provincial encabezó el encuentro en la Casa de Córdoba con el objetivo de profundizar los vínculos comerciales e institucionales de la provincia y Arabia Saudita.
La presencia allí de quien maneja las finanzas de la provincia es todo un dato en un contexto de nacional de profunda crisis y recesión, en que el gobierno necesita fondearse para concretar obras.
Y en ese sentido bien vale apuntar que, en octubre del año pasado, en carácter de gobernador electo, Llaryora acompañó al por entonces jefe del Panal, Juan Schiaretti, en una gira oficial precisamente por ese país de Medio Oriente. En plena transición, el ex intendente de la Capital ya buscaba apoyo institucional y fondos para distintos proyectos de su gobierno provincial.
En aquel momento, Schiaretti junto a su par santafesino, Omar Perotti, firmaron con las autoridades del Fondo Saudí un acuerdo de préstamo por 100 millones de dólares para desarrollar dos nuevos bloques de la obra del acueducto Interprovincial Santa Fe – Córdoba.
El ex candidato presidencial y su sucesor provincial compartieron agenda y luego se separaron paras seguir cada uno con su propia hoja de ruta. Llaryora se ocupó de abrir nuevos caminos y fomentar una relación directa con entidades de aquel país como, por ejemplo, entre el Banco de Córdoba y el Banco Saudita de Exportación e Importación (Exim Bank).
En ese viaje, también acompañado por Acosta que era su secretario de Economía y Finanzas municipal (hombre fuerte en su gabinete), Llaryora exploró oportunidades de negocios para el sector agroindustrial de la provincia, entre otros.
Algo de eso hubo también ayer en el encuentro con el embajador Al Assiri que se enmarca en esos lazos preexistentes entre Córdoba y los países árabes a los que apostó el gobierno peronista.
Desde el llaryorismo señalaron que fue “altamente positiva” la reunión y que se abrieron perspectivas nuevas.
Según se informó, Llaryora expuso frente al embajador Saudí el potencial económico de la provincia, su diversidad industrial, productiva y empresaria, y el crecimiento del sector agropecuario y tecnológico.
También se habló de las industrias locales y destacó, en especial, a las automotrices, metalúrgicas y aceiteras. Incluso, se acordó avanzar sobre la posibilidad de que Córdoba, a través de sus universidades, pudiera explorar oportunidades de cooperación en economía del Conocimiento con ese país.
Con el fomento de ese vínculo, el gobernador cordobés también marca una clara diferencia respecto al trato que eligió darle el presidente Javier Milei a los países árabes.
Hace apenas unos días, el mandatario nacional dejó plantados a 19 embajadores de países árabes-islámicos (incluso, a la propia canciller Diana Mondino) en una reunión convocada casualmente por Hussein Al Assiri. Al parecer, Milei se enteró camino dos cuadras antes de llegar al encuentro que allí estaría también el encargado de negocios de Palestina por lo que repentinamente resolvió no asistir.
El desaire a los diplomáticos generó malestar y tensiones y derivó en un duro comunicado firmado por la Liga Árabe y la Organización de Cooperación Islámica que agrupa a unos 50 países, entre ellos Palestina e Irán. Los representantes, expresaron allí su rechazo a lo sucedido ese día pero lanzaron también una crítica de fondo: el apoyo estricto de Milei a Israel en el conflicto de Medio Oriente.
CON INFORMACION DE DIAIRO ALFIL, SOBRE UNA NOTA DE SORIA YANINA.