Más guiños del Panal a Avilés para consolidar el cordobesismo

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El gobernador Martín Llaryora regresó este miércoles a Villa Carlos Paz tras las elecciones legislativas. Se trata de territorio que históricamente le resultó adverso en las urnas. Un escenario que se repitió el pasado 26 de octubre, cuando La Libertad Avanza se impuso con un amplio margen al frente Provincia Unidas. 

Su visita estuvo marcada por la consolidación de anuncios que había realizado durante este año, recorriendo la obra del nuevo acueducto en la avenida Cárcano, firmando el pase del instituto superior Arturo Umberto Illia (ISAUI) a la órbita de la Universidad Provincial de Córdoba, y confirmando que asumirá la expropiación del predio para la construcción de un hospital provincial en la ciudad que gobierna el intendente Esteban Avilés.

Más allá del cordial clima institucional entre el Gobernador y el mandatario municipal, la presencia de Llaryora deja a la vista una estrategia política de posicionamiento político en una ciudad de marcada exposición.

En el peronismo cordobés lo dicen sin vueltas: Carlos Paz es un terreno históricamente esquivo, un distrito donde al oficialismo provincial nunca le fue bien electoralmente. Y por eso, señalan, Llaryora encontró en esa ciudad una oportunidad para validar su gestión frente a un electorado diverso, con fuerte presencia turística y alta visibilidad mediática.

“El Gobernador está haciendo obras porque necesita mostrar gestión directa en Carlos Paz. La gente valora que él haga obras, sin importar el color político, y eso le mejora la imagen de manera directa”, explican referentes políticos de larga trayectoria en la política local. El propio Llaryora también lo dice a su manera: “Hay que hacer federalismo en la provincia”, argumentó ante la prensa.

Salud, educación y obra pública

La nueva recorrida por la obra del acueducto sobre la avenida Cárcano encaja en esa lógica. Se trata de una intervención estructural que beneficiará a 70 mil vecinos, modernizará toda la traza y sumará repavimentación, diseño urbano y mejoras viales. Llaryora definió la obra como “histórica” y adelantó que la repavimentación final comenzará después de la temporada para no afectar al turismo. Avilés respaldó el avance y volvió a ponderar la “mirada compartida” con Provincia, dejando en claro el alineamiento institucional.

La muestra de gestión no termina ahí. En paralelo, el Gobernador ratificó la construcción del nuevo Hospital Regional, respondiendo a una demanda concreta por un nosocomio municipal que quedó chico para la ciudad, el sur de Punilla, el camino de las Altas Cumbres y la atención de turistas en temporada.

También avanzó en la consolidación del proyecto educativo más ambicioso de los últimos años: la incorporación del ISAUI a la Universidad Provincial de Córdoba y la futura construcción de una nueva sede. Esa decisión, posiciona a la villa como polo académico en el sur del valle de Punilla.

La foto y el cordobesismo

Las visitas del gobernador no son aisladas. Es la cuarta vez en el año que recala en la ciudad para mostrar avances: además de la de este miércoles, en abril prometió apoyo para la cesión de la galería del puente Uruguay a la Cámara de Turismo local y anunció el hospital; en julio inauguró la ampliación del IPEM 190; y el mes pasado anunció la sede de la Universidad Provincial con el traspaso del ISAUI. Cada retorno deja una foto, un anuncio y una lectura política que atraviesa todas las capas del poder provincial.

En un escenario donde el Gobierno nacional recorta presupuesto, tensiona con los gobernadores y relativiza la obra pública, Llaryora se muestra en la vereda opuesta: obra estructural, educación, salud y acuerdos con intendentes más allá del signo político. 

Para algunos analistas, esa construcción tiene una clara proyección nacional, un intento de mostrar un modelo alternativo al de Javier Milei. Para otros, la estrategia está puesta principalmente en recuperar terreno político dentro de Córdoba, capitalizar la visibilidad turística de Carlos Paz y reposicionarse frente a un electorado que el peronismo necesita reconquistar.

En cualquier caso, merece el análisis de quienes observan la interna provincial: Avilés se beneficia con cada obra, con cada recorrido y con cada foto. Pero el que más lo capitaliza es el propio Llaryora. Porque la gestión se ve, la obra se toca y el tablero político de Carlos Paz —aun siendo difícil— se convirtió en el escenario ideal para que muestre que el cordobesismo, lejos de apagarse tras el fracaso electoral, continúa vigente y busca mostrarse con firmeza.

CON INFORMACION DE DIARIOALFIL.

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