
Massa, entre las sombras y la conducción silenciosa: el peronismo busca orden en medio de su propia encrucijada
POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior

- Massa mantiene un perfil bajo pero conserva fuerte influencia en los acuerdos internos del peronismo.
- La interna entre Cristina Kirchner y Axel Kicillof paraliza la reconfiguración nacional del espacio.
- El ex ministro pide terminar el año en calma y priorizar el Presupuesto bonaerense y la conformación de bloques parlamentarios.
- Rumores de ruptura atraviesan al bloque Fuerza Patria y tensan las conversaciones internas.
- Massa impulsa un debate profundo sobre valores, roles y errores propios del peronismo.
- El espacio deberá modernizar su propuesta y construir acuerdos programáticos amplios para recuperar competitividad electoral.
Sergio Massa transita un momento político inusual para su trayectoria: tras años de intensa exposición pública, eligió moverse en un registro más bajo, sin dejar por eso de ejercer influencia en los acuerdos internos del peronismo. Especialmente en la provincia de Buenos Aires, donde su voz sigue resonando aun cuando evita aparecer en primer plano. No fue candidato en la última elección, aunque estuvo presente en ambos cierres de campaña. Participó de las celebraciones y también de las derrotas, siempre en un segundo plano, siempre en diálogo con todos los sectores. Está, aunque no quiera estar; ocupa un lugar central, aunque prefiera la penumbra.
La interna persistente entre Cristina Kirchner y Axel Kicillof lo roza, lo obliga a tomar distancia y, a la vez, a intervenir cuando la tensión amenaza con desbordar. Según confió Massa a un intendente en los últimos días, esa disputa debe resolverse cuanto antes: la sociedad, dijo, ya no tolera una dirigencia ensimismada en sus propios conflictos. El análisis no es solo suyo; en el peronismo del interior muchos comparten la idea de que la indefinición bonaerense paraliza cualquier intento de armado nacional. Con el 40% del electorado concentrado en la provincia, la falta de orden interno complica la gestión provincial y deja sin rumbo a la reconstrucción nacional del espacio.
Massa insiste en que el año debe terminar con calma, “silbando bajito”. Sin nuevas fracturas, sin nuevas escenas de dramatismo interno. En su mirada, las prioridades son claras: aprobar el endeudamiento y el Presupuesto en la Legislatura bonaerense, y reorganizar los bloques parlamentarios en el Congreso. Esos dos pasos —que transmitió a su tropa del Frente Renovador— deben cerrar el año legislativo y estabilizar al peronismo antes de entrar en una etapa de redefiniciones más profundas. Incluso intervino en un grupo de WhatsApp del bloque para pedir moderación: algunos dirigentes, señaló, venían “demasiado acelerados” después de la campaña. Massa es un obsesivo de los tiempos y exige prudencia.
El ruido alrededor del posible desmembramiento del bloque Fuerza Patria avivó especulaciones en todos los sectores del peronismo. ¿Habrá ruptura del Frente Renovador? ¿Zamora armará su propio bloque? ¿Qué harán los legisladores que responden a Kicillof si la relación con Cristina Kirchner se quiebra definitivamente? Preguntas que circulan por todos los despachos, pero que, por ahora, no tienen una traducción concreta. El único consenso interno es que, hasta que se resuelvan los proyectos clave en la provincia y se definan los bloques en el Congreso, toda discusión de mediano plazo queda en suspenso.
A partir de ese reordenamiento institucional comenzará una nueva fase: el peronismo deberá repensar su proyecto político, sus liderazgos y su propuesta de país. Massa sostiene que es necesario revisar el sistema de valores del espacio y debatir, en 2026, qué roles debe asumir cada dirigente. Cristina Kirchner sigue siendo el eje de las controversias: mientras algunos consideran que su ciclo político está concluido, otros creen que debe conservar un rol central, aunque no sea candidata. El dirigente del Frente Renovador quiere mantenerse al margen de esa pulseada, que considera un anclaje en el subsuelo del kirchnerismo. Su objetivo para el año próximo es construir respaldo social y económico para cuestionar los efectos del modelo de Javier Milei y defender, con mayor solidez argumental, la identidad justicialista.
Sin embargo, Massa reconoce que el peronismo debe asumir sus propios fracasos antes de ofrecer alternativas. Lo expresó sin eufemismos en una reciente reunión: “Defendemos la escuela y los hospitales públicos, pero hay muchos que funcionan mal. Hay que admitirlo antes de pensar cómo mejorarlos”. Y avanzó aún más: ¿el peronismo quiere pymes o cooperativas?, ¿educación pública estable o docentes en conflicto permanente?, ¿generar empleo o sostener planes sociales?, ¿discutir la irrupción de la robótica y la inteligencia artificial en el trabajo o evitar el debate? Para Massa, la única salida es dejar de oponerse por inercia y proponer reformas alternativas a las de Milei, con sello propio y anclaje programático.
La derrota electoral dejó al peronismo frente a un desafío histórico: modernizar su discurso, ampliar sus fronteras y construir un proyecto que vuelva a seducir al electorado. La unidad como único argumento ya no alcanza; tampoco sirve un armado cerrado sobre sí mismo. Massa está convencido de que el futuro del espacio dependerá de un acuerdo programático amplio, que incluya actores por fuera del peronismo y deje en segundo plano las fotos de coyuntura. Primero las ideas, después las alianzas.





Santilli activa el debate por la reforma laboral y pone a Vaca Muerta como modelo de modernización




La interna camionera reaviva tensiones y sacude el tablero sindical

Malena Galmarini y Carlos Bianco responden a Santilli por la tensión política en Buenos Aires

El gobierno bonaerense cuestiona el acuerdo comercial con Estados Unidos por su impacto industrial

Milei acelera su estrategia para sumar gobernadores peronistas a cambio de fondos y obra pública

Bianco redobla la presión y expone la tensión política entre Nación y la Provincia de Buenos Aires



:quality(75):max_bytes(102400)/https://assets.iprofesional.com/assets/jpg/2025/07/598974.jpg)
El Merval y los mercados argentinos reaccionaron positivamente al acuerdo comercial con Estados Unidos














