La encrucijada del peso: el Gobierno busca reanimar la economía entre reservas, deuda y expectativas

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • El Gobierno busca revertir la recesión y reactivar la demanda de pesos.
  • No hay consenso sobre si la remonetización debe impulsarse con emisión o deuda.
  • Caputo prioriza acumular reservas, siguiendo recomendaciones del FMI.
  • Cavallo advierte que el crédito productivo sigue limitado por tasas altas.
  • La deuda corporativa y provincial aparece como vía de ingreso de divisas.
  • El éxito del plan dependerá de lograr equilibrio entre reservas, crédito y estabilidad cambiaria.

Con las elecciones ya superadas y el horizonte político despejado, el principal desafío que enfrenta el Gobierno de Javier Milei es económico: revertir una recesión que comenzó formalmente en septiembre y devolver dinamismo a la actividad productiva. En ese contexto, el ministro de Economía, Luis Caputo, enfrenta una tarea doble: garantizar liquidez en el sistema financiero y generar condiciones para una mayor demanda de pesos, en un país donde la preferencia por el dólar sigue siendo estructural.

La estrategia de “remonetización” —es decir, la recuperación del uso del peso como instrumento de ahorro y transacción— se convirtió en el centro del debate entre economistas y funcionarios. Sin embargo, no existe consenso sobre cómo implementarla. Algunos analistas sostienen que el equipo económico habría decidido priorizar la acumulación de reservas mediante la compra de dólares, una medida que busca cumplir con exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI) y fortalecer la posición externa del Banco Central (BCRA).

El economista Tomás Tagle, de Bull Market, explicó que el esquema implicaría que el BCRA compre divisas dentro de las bandas cambiarias según evolucione la demanda de dinero, la inflación y los activos financieros. Pero advirtió que esta estrategia puede tensionar el tipo de cambio. “Bajar encajes, remonetizar, reducir posición de futuros y salir del cepo son posibles fuentes de presión”, alertó.

Otros, como Leonardo Chialva, de Delphos Investment, son más optimistas. “La remonetización con compra de divisas es totalmente compatible con el actual esquema de bandas, siempre que aumente la demanda de pesos. El dinero, al final, se comporta como cualquier otro bien”, sostuvo. Sin embargo, coincidió parcialmente con el diagnóstico de Domingo Cavallo, quien habló de una “remonetización débil” en un contexto de tasas altas que desalientan el crédito productivo. “Para que exista crédito en pesos, tiene que haber ahorro en pesos de largo plazo, y eso aún no ocurre”, advirtió el exministro.

Desde una mirada más escéptica, Pedro Martínez Gerber, de PxQ, consideró que la estrategia del Gobierno todavía no está definida. “El Banco Central habla de una cosa, pero Milei es ambiguo. Da la sensación de que aún hay discusión interna sobre si acumular reservas con emisión o con deuda”, señaló. Según su análisis, el Ejecutivo podría intentar primero captar dólares mediante colocaciones de deuda y, una vez que haya suficiente oferta, remonetizar comprando reservas.

En este sentido, la entrada de capitales —ya sea por inversión extranjera directa o endeudamiento— aparece como condición previa para que el BCRA tenga margen de maniobra. En las últimas semanas, empresas como YPF y Tecpetrol concretaron emisiones de deuda en los mercados internacionales, y se espera que otras firmas y provincias sigan el mismo camino.

Un informe de la consultora EcoGo indicó que el Gobierno apuesta a que los dólares financieros sirvan de puente hasta la próxima cosecha gruesa, cuando se espera un mayor ingreso de divisas. Según la economista Marina Dal Poggetto, ese flujo debería permitir “reducir la dominancia fiscal, habilitando al Banco Central a remonetizar la economía y recomponer el crédito al sector privado”.

El problema, advierten los analistas, es que la demanda de dólares de la economía argentina —para importaciones, turismo o atesoramiento— sigue firme, mientras la oferta se mantiene restringida. Martínez Gerber anticipó que será crucial observar si las nuevas colocaciones de deuda corporativa alcanzan para compensar la menor liquidación del agro.

Chialva, por su parte, llamó a no caer en diagnósticos simplistas: “Un aumento en la importación de bienes de capital puede financiarse con deuda externa. Mirar solo la suba de importaciones sin su correlato financiero es un error típico de economistas acostumbrados a un país cerrado”.

En definitiva, el consenso técnico parece estar en los objetivos —acumular reservas y reactivar la economía—, pero no en el camino. La gran incógnita es si la remonetización será consecuencia de una política fiscal ordenada y de expectativas más estables, o si dependerá de una nueva ola de endeudamiento que permita al Banco Central recomponer sus reservas sin sacrificar estabilidad cambiaria.

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