Milei reconoció la derrota en Buenos Aires y prometió autocrítica sin cambiar el rumbo económico

POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior
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  • Javier Milei reconoció la derrota en Buenos Aires frente al peronismo y admitió errores políticos en un discurso de seis minutos.
  • El presidente se mostró autocrítico, pero ratificó que no cambiará el rumbo económico de su gobierno.
  • Hubo gestos de tensión interna: abrazos a ministros, pero un saludo frío a Martín Menem, en medio de acusaciones de corrupción.
  • En el búnker libertario, varios dirigentes responsabilizaron a Sebastián Pareja y a los Menem por un armado “desconectado” del mileísmo.
  • Milei relativizó la derrota al afirmar que el peronismo “tocó su techo” y puso la mira en las legislativas del 26 de octubre.
  • Defendió su gestión económica: reducción de la inflación, baja de la pobreza y equilibrio fiscal, prometiendo acelerar las reformas.

El presidente Javier Milei enfrentó este domingo una de sus noches más difíciles desde que llegó a la Casa Rosada. La contundente derrota electoral en la provincia de Buenos Aires, donde La Libertad Avanza cayó por 13 puntos frente al frente peronista Fuerza Patria liderado por Axel Kicillof, obligó al mandatario a salir al escenario en La Plata con un discurso cargado de autocrítica política pero también de reafirmación económica.

Acompañado por parte de su gabinete y en un clima de evidente tensión, Milei reconoció: “Sin dudas en el plano político hoy hemos tenido una clara derrota y si alguien quiere reconstruir lo que hay que hacer es aceptar los resultados”. En un tono menos confrontativo de lo habitual, admitió: “Vamos a corregir todo aquello en lo que nos hayamos equivocado”.

Señalamientos internos y pases de factura

El escenario mostró gestos que no pasaron inadvertidos. El presidente se abrazó con algunos ministros, como Patricia Bullrich y Luis Petri, pero apenas intercambió un breve apretón de manos con el titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem. Ese gesto frío fue leído como un signo de malestar en medio de las acusaciones de corrupción que en las últimas semanas golpearon a los primos Menem —Martín y Eduardo “Lule”— y a Karina Milei.

En el propio búnker libertario circularon explicaciones sobre el revés bonaerense. Varios apuntaron al armador político Sebastián Pareja, acusado de “dejar afuera al mileísmo” y confeccionar listas con dirigentes reciclados de otros partidos. “No hubo jóvenes en el partido de los jóvenes”, resumió un dirigente desencantado, al interpretar que el armado bonaerense se desconectó de la identidad original del espacio.

El señalamiento hacia los errores políticos fue explícito: “Abusaron de la imagen de Milei para exponerlo frente al aparato de Kicillof”, deslizaron colaboradores cercanos al Presidente. La derrota, coinciden en el oficialismo, no se explica solo por la potencia del peronismo sino también por fallas internas de conducción y organización.

El techo del peronismo y la apuesta legislativa

En su discurso, que duró poco más de seis minutos, Milei buscó relativizar el alcance de la derrota. “Cuando uno mira estos resultados lo que queda claro es que ellos han tenido un desempeño en línea con lo que suelen tener en elecciones de línea ejecutiva. Han puesto el aparato que tienen desde hace 40 años y lo ejecutan de manera eficiente”, señaló.

Para el mandatario, el peronismo “ha tocado su techo” y no podría superar los números logrados en esta elección. En ese sentido, colocó el foco en la próxima contienda: las elecciones legislativas nacionales del 26 de octubre. “Es un piso desde el cual empezaremos a trabajar”, sostuvo, intentando mostrar la derrota como un punto de partida y no como un límite.

Sin cambios en el rumbo económico

Más allá de la autocrítica política, Milei se ocupó de ratificar las políticas económicas y estructurales de su gobierno. “El rumbo por el cual fuimos elegidos en 2023 no se va a modificar, se va a redoblar”, afirmó. Enumeró el equilibrio fiscal, el esquema cambiario, la política de desregulación, las reformas de Capital Humano, Defensa y Seguridad, y el trabajo del ministro Mario Lugones como ejes que no se alterarán.

“Vamos a seguir manteniendo nuestra posición en el mundo, estando del lado del bien. No se retrocede ni un milímetro, el rumbo no sólo que se confirma sino que lo vamos a acelerar”, agregó, en su clásico estilo desafiante.

El presidente defendió los resultados económicos alcanzados hasta ahora: “No estamos dispuestos a entregar un modelo que tomó la tasa de inflación a 200% y la llevó a 20%. No estamos dispuestos a entregar un modelo que sacó a 12 millones de personas de la pobreza”.

Una noche bisagra

El revés bonaerense representa un golpe fuerte para La Libertad Avanza. La provincia de Buenos Aires no solo concentra el padrón más grande del país sino que, además, es la base de poder del peronismo. Para Milei, la derrota abre un doble desafío: recomponer la interna oficialista —donde crecen las tensiones con figuras como Pareja y los Menem— y sostener la legitimidad de su proyecto político en el terreno electoral.

Antes de bajar del escenario, el presidente buscó un cierre conciliador: “Si hemos cometido errores desde lo político los vamos a corregir y vamos a trabajar para ser mejores”. Pero la imagen de un Milei austero, rodeado de ministros y con gestos de distancia hacia sus aliados más cuestionados, dejó claro que el terremoto bonaerense no solo se mide en votos, sino también en la cohesión de su propio espacio.

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