INDEC actualiza la canasta del IPC: Marco Lavagna anticipa cambios y tensiones en el organismo

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • Actualización de la canasta del IPC: el INDEC incorporará servicios digitales y ajustará ponderaciones según la última encuesta de gastos de los hogares (2018).
  • Impacto limitado en la inflación: según Marco Lavagna, los cambios apenas modificarán entre 0,1 y 0,2 puntos el índice mensual, sin alterar tendencias generales.
  • Demoras políticas y técnicas: la nueva canasta está lista desde marzo, pero su implementación se prevé recién tras las próximas elecciones o a inicios de 2026.
  • Series históricas y comparabilidad: la transición metodológica obliga a aplicar técnicas de empalme, aunque nunca son idénticas a las anteriores mediciones.
  • Desafíos internos del INDEC: mejoras tecnológicas agilizaron el trabajo, pero persisten problemas para retener técnicos calificados por los salarios.
  • Autonomía y nuevos retos: Lavagna destacó la independencia técnica del organismo y la dificultad de medir fenómenos emergentes, como el empleo en plataformas digitales.

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) se prepara para una de las modificaciones más relevantes de los últimos años: la actualización de la canasta de bienes y servicios con la que se mide el Índice de Precios al Consumidor (IPC). La novedad fue confirmada por su director, Marco Lavagna, en una entrevista con Infobae en Vivo, donde repasó los avances técnicos, las demoras políticas y las tensiones laborales que atraviesan al organismo.

La nueva canasta incorporará rubros hasta ahora ausentes, como los servicios digitales y plataformas de streaming, y ajustará la ponderación de bienes tradicionales. “Pierde relevancia el teléfono fijo y aumenta la participación de la telefonía móvil y de los servicios digitales”, explicó Lavagna. Los cambios reflejan los resultados de la última Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo), realizada en 2018, y buscan acercar la medición de precios a los hábitos actuales de consumo.

En la práctica, la actualización no implicará grandes variaciones en el índice. Según Lavagna, el impacto será mínimo: “Estamos hablando de 0,1 o 0,2 puntos porcentuales, dependiendo del mes. En algunos períodos la inflación hubiera dado un poco más baja y en otros, apenas más alta. Pero no cambia la tendencia general”. Con este mensaje, el funcionario buscó despejar sospechas sobre eventuales maniobras políticas: “No es cierto que queremos ocultar datos ni que el cambio altera drásticamente los resultados”.

Una actualización postergada

La canasta actual del IPC fue definida en 2016, aunque se basaba en la ENGHo de 2004, lo que generó cuestionamientos sobre su vigencia. La nueva versión estaba lista desde marzo de este año, pero su implementación quedó atada a factores externos. “Nos hubiese gustado aplicarla antes, pero el calendario electoral y los fuertes cambios de precios relativos no fueron el mejor contexto”, admitió Lavagna. La idea oficial es lanzar el nuevo esquema después de las próximas elecciones o a comienzos de 2026, para no interrumpir la comparabilidad anual de datos.

El proceso, sin embargo, no está exento de complejidades. Cambiar la composición de la canasta dificulta las comparaciones con series históricas. “Hay técnicas de empalme que permiten mantener la continuidad, pero técnicamente nunca es lo mismo”, reconoció. Aun así, aclaró que la actualización del IPC no impactará en otros indicadores clave, como la canasta básica alimentaria, que se utiliza para calcular los índices de pobreza e indigencia.

Tecnología y recursos humanos

En paralelo a la revisión metodológica, el INDEC modernizó su forma de trabajo. La recolección de precios, antes realizada en papel, hoy se hace con tablets, lo que acelera los procesos y mejora la trazabilidad. “Alimentos se mide varias veces al mes, mientras que el gas, por ejemplo, sólo una vez porque no cambia”, detalló el director del organismo.

No obstante, el desafío principal sigue siendo retener personal calificado. Los técnicos del INDEC son muy demandados por el sector privado y, según Lavagna, los salarios limitan la capacidad de retención: “Un técnico nuestro es muy requerido y nos cuesta sostenerlos”. El ingreso promedio, estimó, ronda $1.800.000 mensuales, aunque varía según las funciones.

Autonomía y política

Lavagna destacó la independencia técnica del instituto, aun en contextos de cambios de gobierno. Aseguró que los equipos mantienen continuidad y que existe un compromiso transversal de preservar la calidad del dato. “Hay distintas visiones políticas dentro del organismo, pero cuando se trata de un dato técnico hay un compromiso excepcional”, afirmó.

Respecto de la relación con los gobiernos, reveló que los ministros de Economía suelen acceder a datos preliminares antes de la publicación oficial, en particular sobre rubros sensibles como alimentos. Con la Presidencia, en cambio, la relación es mínima: mantuvo contacto frecuente con Alberto Fernández durante el Censo, pero no tiene diálogo directo con Javier Milei en temas de inflación.

Nuevos desafíos

La actualización del IPC no sólo incluye bienes y servicios tradicionales. También enfrenta el reto de capturar fenómenos emergentes, como el empleo en plataformas digitales. Allí, las metodologías están aún en discusión a nivel global, lo que añade complejidad a la tarea. Lavagna diferenció la medición del desempleo clásico del seguimiento de trabajadores independientes y de los llamados “ocupados demandantes”, personas que, pese a tener un empleo, buscan otra ocupación para compensar sus ingresos.

El objetivo del INDEC, resumió Lavagna, es consolidar un índice moderno, transparente y robusto, capaz de reflejar los cambios en la economía sin perder comparabilidad. La expectativa es que el proceso se concrete tras la definición del calendario político, en un contexto donde los datos oficiales se encuentran en el centro de la agenda pública.

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