La confianza del consumidor se desploma y la economía muestra señales de estancamiento bajo el Gobierno de Milei

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • La confianza del consumidor cayó 13,87% en agosto, la mayor baja desde diciembre de 2023, con mayor impacto en CABA y GBA.
  • El consumo en autoservicios mayoristas descendió 1,8%, los supermercados crecieron 0,2% y los shoppings mostraron la primera caída interanual desde noviembre de 2024.
  • La morosidad en préstamos personales y tarjetas de crédito alcanzó récords desde 2021, con 6,4% y 4,4% respectivamente, reflejando la dificultad de financiación.
  • Los salarios reales continúan bajos: privados retroceden 0,6% y el sector público perdió 14,3% desde noviembre de 2023.
  • Los indicadores de actividad económica muestran contracciones: estimaciones de julio proyectan caídas mensuales entre 0,1% y 0,4%, con riesgo de recesión.
  • La contención de la inflación es la prioridad del Gobierno, pero el estancamiento del consumo y la caída del ICC evidencian un impacto negativo sobre la economía real y los ingresos de las familias.

La economía real empieza a reflejar el impacto de las políticas del Gobierno de Javier Milei y los datos de agosto muestran un panorama preocupante: la confianza de los consumidores cayó un 13,87% mensual, la mayor retracción desde diciembre de 2023, según la Universidad Torcuato Di Tella. La contracción más fuerte se registró en la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires, mientras que a nivel regional el retroceso fue del 7,07%.

Los indicadores de consumo confirman esta tendencia. Los autoservicios mayoristas reportaron una baja de 1,8% en junio respecto de mayo, tocando mínimos históricos desde 2017 en términos desestacionalizados, según el INDEC. Por su parte, los supermercados mostraron un leve crecimiento mensual del 0,2%, mientras que los shoppings, vinculados al consumo de bienes durables, registraron su primera caída interanual desde noviembre de 2024. En paralelo, la morosidad en préstamos personales y tarjetas de crédito alcanzó récords desde 2021, con 6,4% y 4,4% respectivamente, en medio de la fuerte volatilidad de tasas de interés que encarece la financiación.

El Índice de Confianza del Consumidor (ICC) refleja estos efectos en distintos subíndices: la Situación Personal cayó 12,89%, la percepción sobre la Situación Macroeconómica retrocedió 13,73% y Bienes Durables e Inmuebles descendió 15,20%. Además, la caída afectó con mayor intensidad a los hogares de menores ingresos (-18,33%) que a los de ingresos altos (-10,27%). Las Expectativas Futuras también se deterioraron, con una baja mensual del 13,10% y un retroceso interanual del 16,36%.

El panorama salarial tampoco contribuye a mejorar la confianza. Los privados registrados registran un retroceso real del 0,6% desde la asunción de Milei, mientras que el promedio de los haberes públicos cayó un 14,3% desde noviembre de 2023. “A pesar de la desaceleración de la inflación, la pauta salarial muy exigente -entre 1% y 1,5%- impide la recuperación del salario real”, destacan desde C-P Consultores. El economista Pablo Ferrari coincide: la bandera del Gobierno no es la mejora de ingresos, sino la baja de la inflación, un enfoque que deja a muchos hogares sin margen para aumentar su consumo.

Los datos de actividad económica confirman la tendencia a la desaceleración. Según estimaciones preliminares, julio podría cerrar con una caída mensual del PBI: Analytica proyecta un retroceso de 0,1%, Equilibra de 0,3% y Banco Provincia, mediante PulsoPBA, indicó una baja de 0,4% en las últimas cuatro semanas del período. Esta sería la peor racha negativa en más de un año, y plantea riesgos de recesión en el corto plazo.

El economista Isaac Rudnik, del ISEPCi, advierte: “La caída del consumo, sumada a la nueva contracción del PBI, nos pone en las puertas de una recesión. La contención de la inflación es la única bandera del Gobierno, mientras la actividad económica se reduce y la avalancha de productos importados baratos y el dólar artificialmente bajo son los mecanismos empleados”.

Incluso la canasta básica de alimentos mostró indicios de deflación en julio, con una leve caída mensual del 0,1%, ubicándose en $863.126. Rubros como verdulería (-0,48%), carnicería (-0,01%) y almacén (-0,04%) registraron bajas mínimas, lo que evidencia un estancamiento de los precios más que una mejora en el poder adquisitivo.

En resumen, la economía real enfrenta un escenario de estancamiento y caída en la confianza de los consumidores, con salarios en baja y un consumo que no logra repuntar. El Gobierno de Milei sostiene como principal logro la desaceleración inflacionaria, pero los indicadores muestran que el costo en términos de actividad económica, empleo y poder adquisitivo es cada vez más visible en las calles y en los bolsillos de los argentinos.

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