Con la inflación en baja, ¿qué esperar ahora del comportamiento de los precios

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • El IPC de mayo fue 1,5%, superando las expectativas internas del Gobierno, aunque menor que el 1,6% de abril en CABA.
  • Alimentos y bebidas subieron solo 0,5%, y la canasta alimentaria bajó 0,4%, beneficiando a los sectores más vulnerables.
  • La baja inflación se atribuye a la estabilidad del dólar, control del gasto público y política monetaria estricta tras la salida del cepo cambiario.
  • Empresas ajustan ganancias por volumen de ventas, no por aumento de precios, reflejando una demanda contenida.
  • Los precios estacionales, especialmente verduras (-9,8%), mostraron deflación, contribuyendo a la desaceleración.
  • Proyecciones de inflación para los próximos 12 meses son del 20,9%, aunque junio podría ser más alto.
  • La inflación núcleo bajó a 2,2%, con menor influencia del dólar debido a factores como debilidad económica y reducción de impuestos.
  • El riesgo país se mantiene estable cerca de 666 puntos, tras la sentencia a Cristina Fernández de Kirchner y el acuerdo con el FMI.
  • El Gobierno buscará capitalizar estos datos para mostrar control inflacionario y estabilidad económica de cara a las elecciones.

El Índice de Precios al Consumidor (IPC) de mayo rompió las expectativas más optimistas, incluso las internas del Gobierno, al registrar un incremento del 1,5%, un número que, si bien es ligeramente inferior al 1,6% de abril en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sigue siendo alto para la economía argentina. Sin embargo, el dato revela señales alentadoras: el rubro alimentos y bebidas subió apenas un 0,5% y la canasta alimentaria registró una caída del 0,4%, un alivio directo para los sectores más vulnerables.

Estos números son claves para la política social, dado que las familias de menores ingresos destinan la mayor parte de sus ingresos a la compra de alimentos. La desaceleración en este segmento representa un respiro en la presión sobre los bolsillos más golpeados.

Desde el Gobierno destacan que esta baja se da en un contexto donde se logró salir del cepo cambiario sin provocar un salto inflacionario, un logro que atribuyen al control del gasto público, la estabilidad cambiaria y una política monetaria rigurosa. La estabilidad del dólar oficial y de los dólares financieros, que se mantuvieron en torno a los 1180 y 1200 pesos, fue fundamental para contener expectativas inflacionarias que varios analistas temían podrían dispararse tras el levantamiento de las restricciones cambiarias.

El consumo moderado y la ausencia de grandes movimientos en el tipo de cambio han generado que muchas empresas opten por ajustar sus ganancias vía cantidad vendida y no vía precios. Sectores sensibles como el equipamiento del hogar, la indumentaria y bebidas alcohólicas mostraron incrementos menores al promedio general, reflejando la cautela del mercado ante la demanda contenida.

Otro factor determinante para esta baja fue la deflación en precios estacionales, con frutas y verduras registrando caídas significativas —las verduras bajaron un 9,8% en mayo, acumulando una caída anual del 9,6% en el Gran Buenos Aires, pese a que la inflación general supera el 43%.

Para los próximos meses, las expectativas del mercado continúan mostrando una tendencia hacia la baja, con un Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central que proyecta una inflación del 20,9% para los próximos 12 meses. No obstante, algunos expertos advierten que la inflación de junio podría superar la de mayo debido a factores coyunturales.

El economista Camilo Tiscornia señala que la inflación núcleo —que excluye precios estacionales y regulados— bajó a 2,2% en mayo, la menor desde 2023, gracias a una combinación de políticas macroeconómicas y factores coyunturales, como la baja en combustibles y el impacto de promociones comerciales.

Sin embargo, Tiscornia advierte que la inflación parece estar cada vez menos ligada a los movimientos del dólar, influenciada también por la debilidad económica, mayor apertura comercial y reducción de impuestos internos.

En paralelo, el riesgo país argentino se mantiene estable tras la sentencia definitiva contra la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, bajando ligeramente de 686 a 666 puntos. Este indicador, que refleja la confianza de los mercados en los bonos argentinos, ha tenido altibajos en las últimas semanas pero muestra cierta calma tras la reapertura cambiaria y el acuerdo con el FMI.

Con el escenario electoral en el horizonte, el Gobierno buscará aprovechar estos datos para reforzar su mensaje de control inflacionario y estabilidad económica, en un contexto donde la evolución del dólar y las políticas fiscales y monetarias seguirán siendo claves para mantener la tendencia de desaceleración de precios.

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