El embajador de Martín Llaryora para llegar a Milei y ¿el primer pase en la Legislatura?


La diputada del bloque Córdoba Federal Natalia de la Sota participó de sólo dos eventos políticos durante el extenuante año electoral. Estuvo la noche del festejo por partida doble de Martín Llaryora y Daniel Passerini quien, contra todo pronóstico, se impuso a un Rodrigo de Loredo que hasta el cierre de campaña parecía imbatible. Después, reapareció en el lanzamiento de campaña de Juan Schiaretti en La Rural de Palermo.
La hija del tres veces gobernador de la provincia se había mostrado con el candidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa, en Brasil; aunque aclaró que apoyaría a Schiaretti en octubre, pero que no sería neutral en noviembre.
Este juego solitario fue horadando la relación con varias figuras del oficialismo provincial. Varias fuentes del Panal coinciden en que la relación del gobernador y De la Sota está quebrada. Hay otras que señalan que agregan que ya no hay buena sintonía con Passerini, pese a que ambos compartieron militancia en las filas del delasotismo.
Después del acto de Hacemos por Nuestro País, integrantes del armado massista le bajan el precio a esa apuesta que el propio ministro y candidato hizo a la figura de la hija de De la Sota. Incluso advierten que se enteraron pocas horas antes, y en boca de Massa, de la formación de la comitiva al país vecino. “Sumar a peronistas cordobeses a nuestras filas es una batalla que no se dio, no había una expectativa allí más allá de los amigos en común”, volantean para dar por finalizado el asunto.
La diputada seguirá defendiendo el legado de su padre, aunque Llaryora y Passerini ya no hablan de delasotismo-schiarettismo. La dupla ya se presenta como la síntesis de esos 25 años y el origen de otro peronismo que viene en la provincia.
Llaryora busca un nexo anticasta con Javier Milei
En el viaje de ida al acto de Palermo de Schiaretti. En los entretelones del evento político. En la parrillada que compartieron algunos referentes del peronismo de Córdoba la noche de jueves en Buenos Aires y también en el avión de regreso. La conversación política del Círculo Rojo provincial es monotemática. “No hablamos de otra cosa que no sea de Javier Milei”, confiesan.
Dentro del PJ de Córdoba la apuesta más escuchada tiene al libertario ganando en primera vuelta. Sin embargo, a esa convicción agregan una preocupación. Nadie del entorno de Milei intentó algún contacto con el gobernador electo ni con su mesa chica.
La ausencia de interlocutores asoma problemática y Llaryora trabaja para revertir esa situación. El camino más sencillo colocaba como nexo a Eduardo Eurnekian, titular de la Corporación América. Si bien el empresario marcó distancia con el economista libertario, sigue sonando la vinculación directa entre ambos. El gobernador electo no tiene piel con el empresario de origen armenio. Incluso, los últimos encontronazos fueron por el megaemprendimiento que debía realizar el holding del empresario en los predios del Ex Batallón 141, en el marco de una concertación público-privada que cuenta más de una década paralizada.
Descartado Eurnekian, Llaryora apuesta a los nexos empresariales que puedan generar un vínculo exploratorio con el minarquista. En los pasillos del Palacio 6 de Julio apuntan a la agenda de contactos de Diego Bossio. "Puede ser el eslabón entre ese empresariado que ya habla con Milei y el futuro gobernador peronista del interior", opinan en encumbrados despachos cordobeses.
Única confirmada en la UIC
Córdoba no sólo tiene el empuje del campo. El desarrollo industrial es otra de las fortalezas de una provincia favorecida por su geografía y potencial productivo. El comienzo de esta nota podría formar parte del guion de molde de cualquier candidato o candidata en plena campaña. Es habitual escuchar discursos donde se resaltan las bondades de la provincia.
La Unión Industrial de Córdoba les ofrece la oportunidad de hablar ante más de 600 hombres y mujeres del ecosistema empresarial de la provincia. Sin embargo, las confirmaciones tardan en llegar.
La entidad que dirige Luis Macario organiza su coloquio anual este jueves 14 de septiembre. El desarrollo del evento, a poco más de un mes de la primera vuelta presidencial, le imprime un atractivo particular y un desafío para los presidenciables que deberán poner sobre la mesa sus ideas para el sector.
La organización invitó a cuatro cabezas de lista de las cinco fuerzas que competirán el 22 de octubre por llegar a la Casa Rosada. Sólo Patricia Bullrich confirmó su participación vía Zoom.
Del equipo de Milei no tuvieron respuesta; tampoco de Massa, que fue invitado personalmente por Macario.
Llaryora, si llega a tiempo de su nuevo viaje por Estados Unidos (esta vez, invitado por Amcham) será de la partida y aún se aguarda la confirmación del aspirante presidencial con tonada.
¿Primer pase en la Legislatura?
La versión empezó a correr poco después del doble triunfo peronista en la provincia y la capital. Federico Alesandri la desmintió. La palabra del excandidato a gobernador de la lista Creo en Córdoba de Todos tenía un peso específico mayor que la de segundas y terceras líneas del cordobesismo. “Alesandri ya está con nosotros, va a jugar con Hacemos Unidos por Córdoba en la Legislatura”, decían, confiadas, fuentes bien informadas del Panal.
El intendente de Embalse milita en las filas de Unión por la Patria y alzó una voz muy crítica durante la campaña provincial. Enarboló las banderas del delasotismo al que pertenece y apeló a cosechar el voto peronista ideológico. Por entonces, Llaryora montaba su campaña sobre los pilares del partido cordobés, con macristas y radicales en las fórmulas ejecutivas.
Sin embargo, no formó parte del pelotón de contemporáneos que acusaron a Schiaretti y a quienes lo apoyan en su carrera nacional de “fundir el peronismo”.
Alesandri trabajará para la campaña de Massa, pero el silencio es interpretado por el PJ provincial como todo un gesto. Ya no son segundas líneas las que confirman el regreso al equipo.
“Ya está”, dicen otras fuentes de jerarquía indiscutible a tres meses de poner primera el recambio generacional del PJ. Reciclan la versión y celebran en el llaryorismo porque, en una Legislatura en empate con Juntos por el Cambio, cada nuevo “colaborador” cuenta.
Aguardan más figuras extrapartidarias. Por eso ni el gobernador electo ni su sucesor en la ciudad, Passerini, confirman el organigrama. Esperan cobijar a huérfanos y huérfanas de JxC y del oficialismo nacional porque, como ya se dijo en varias oportunidades, el peronismo cordobés imagina un escenario con Milei con banda y un bastón que -dijo- no hará Juan Carlos Pallarols.
Con informacion de Letra P.
