¿Cinco puntos arriba?

Quienes conocemos la política de Córdoba y el comportamiento de Schiaretti desde el año 1999, cuando decidió formar el “tándem interminable de gobernabilidad” con el extinto José Manuel De La Sota, sabemos que es casi imposible sacarlo de eje, que calcula al extremo cada movimiento que piensa dar y que no hay cosa que más lo moleste que estar envuelto en cualquier escándalo.

Schiaretti como bien dice Juez es un político “pícaro”, que, si no se las sabe a todas, anda muy cerca.

El protagonismo que tuvo esta semana, ser el centro de la escena en una discusión ajena, y llegar a límites inimaginables en su relación con Mauricio Macri, solo se da en el mundo Schiarettista por razones de mucho peso.

”El Gringo guarda bajo siete llaves una encuesta que lo da a Juez ganador por al menos 3 puntos, y la victoria de JxC en La Calera, que es La Matanza de Córdoba lo obligaron a patear el tablero, no hay otra razón , Schiaretti ya hizo el daño, si le sale bien es plata dulce”, nos dice uno que camina a diario los pasillos del poder.

Esta misma persona va más allá y redondea el concepto: “ Las encuestas lo dan al “petiso” por más de lo que él mismo se imagina, Schiaretti lo sabe, él fue quien encargó la encuesta y por eso fue a fondo, lo único que le falló, que nunca se imaginó, es que Juez iba a irse a Buenos Aires a poner el pecho, eso no se lo imaginó nadie”.

Si bien el capitulo no está del todo cerrado, lo de Schiaretti fue un signo de debilidad que seguramente Juez lo va a capitalizar.

Dicen que después del lunes, el peronismo encargó una encuesta y que la misma llegó hoy a los escritorios de Schiaretti y Llaryora, y que la misma no es buena para un peronismo que ve como la sociedad de poder que armaron en 1999 Schiaretti y De La Sota está llegando a su fin, dicen que el mal humor en Llaryora molesta hasta sus más cercanos, que el Miércoles la discusión con un colaborador en un canal de televisión fue una muestra de que algo huele mal en el peronismo se Córdoba, dicen que Schiaretti ya se imagina una Córdoba con otro color político, y que en Casa de Gobierno, en voz baja algunos empleados de planta permanente se dicen al oído y cuidándose que nadie los escuche, “parece que es la hora de Juez”.