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Llaryora y Calvo: locos por Natalia De La Sota

POLÍTICA 03/07/2021 Agencia de Noticias del Interior Agencia de Noticias del Interior
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Martín Llaryora y Manuel Calvo, abanderados (en ese orden) de la sucesión peronista, tejen puentes con Natalia De la Sota, heredera de uno de los apellidos más taquilleros de la política de Córdoba.

Que el 2021 preocupa -y ocupa- al peronismo cordobés es una verdad incontrovertible. Pero no es más cierta que la inquietud que genera el 2023. Especialmente entre los dirigentes sub-50 del PJ.

Hacemos por Córdoba marcha hacia una elección incómoda. Debe medirse a un Frente de Todos conducido, en la Provincia, por Carlos Caserio, dueño de raíces tan profundas dentro del partido que hasta hace apenas dos años lo presidía. Y trascartón, en una elección nacional híper-polarizada entre el oficialismo nacional y Juntos por el Cambio.

Las expectativas en el Centro Cívico son, por lo tanto, modestas. Y muchos ven al 2021 como un trago amargo que hay que apurar con la vista fija en el 2023. Salvar las ropas y que si hay tropezón no sea caída, para afirmarse bien de cara a la sucesión que se avecina en el Gobierno de la Provincia.

 
Esta composición de lugar es la que hacen, más que nadie, los sub-50 del PJ cordobés. Y entre ellos, principalmente, los titulares de las dos líneas sucesorias abiertas por el mismo Juan Schiaretti en 2019: el intendente Martín Llaryora y el vice gobernador Manuel Calvo.
Ambos observan de reojo los movimientos de su virtual competidor y miden sus chances para dar el salto al despacho mayor del Panal, y entre las variables a tener en cuenta figura, en cada una de sus hojas de ruta, el mismo apellido: De la Sota.

Si nos aventuramos a tejer escenarios hipotéticos -a fin de cuentas, de eso tratan por igual el análisis político y el diseño de estrategias electorales-, sea quien sea que entre en la disputa por la Provincia en 2023 valoría de sobremanera poder estampar junto a su apellido el del arquitecto de Unión por Córdoba. No parece existir mejor sucesión que una legitimada desde el segundo término de su fórmula por “el nombre del padre”.

Por eso desde hace tiempo Calvo, que preside la Legislatura, presta especial atención al actuar de Natalia de la Sota, y muestra -juran, quienes caminan a diario los pasillos de la Unicameral- particular deferencia hacia la legisladora.

Esos gestos fueron convirtiéndose en charlas, y hoy el diálogo entre el vice gobernador y quien preside la Comisión de Derechos Humanos y Desarrollo Social es fluido. Tanto que hay quienes empezaron a ver en esta sintonía compartida el probable surgimiento de un tándem que pudiera compartir un proyecto político a futuro.

Esto, sumado a las versiones de que Calvo podría jugarse por la Intendencia si no apuesta al premio mayor en el 2023 (alimentadas desde algunos sectores del PJ Capital) habría terminado de llamar la atención del Palacio 6 de Julio.

(Nota: Calvo mantiene aceitados vínculos con un grupo de legisladores viguistas a los que el llaryorismo no ha dado juego dentro de la estructura municipal, que estarían más que dispuestos a armar agenda al vice gobernador para que recorra algunas de las seccionales más grandes de la ciudad en la campaña electoral que se avecina).

En respuesta a esto, un operador del llaryorismo habría sido instruido para acercar posiciones con la legisladora. Buenos resultados.

El intendente mantuvo -según confiesan por igual llaryoristas y delasotistas- una reunión con Natalia de la Sota en los últimos días. Hablaron de política, hubo un buen clima y las conversaciones continuarán.

Desde el sector que responde a la legisladora aseguran “Natalia no tiene ningún problema en trabajar en un proyecto a futuro con Llaryora, pero también va a tomar las previsiones necesarias”.

La respuesta apunta a que la construcción de un proyecto político con vistas al 2023 junto al intendente es bien recibida por el sector de la legisladora, pero jugar en una sola canasta va en contra de los manuales.

Mejor, entienden, es mantener abiertas las posibilidades y dar cuerpo también a otras probables sociedades. Ganar volumen y que, llegado el 2023, sea difícil que en el llaryorismo alumbre la idea de trabar con algún otro integrante de “la renovación”.

Fuente: Alfil Diario. Nota del periodista Felipe Osman

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