
Vidal marca sus límites y exige acelerar las reformas tras el triunfo libertario
POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior

- Vidal reclama acelerar las reformas y critica la falta de avances en las privatizaciones aprobadas.
- Exige que el Gobierno acompañe el impulso legislativo con decisiones propias y más diálogo político.
- Propone una reforma constitucional para evitar elecciones cada dos años y dar previsibilidad institucional.
- Reivindica la construcción de una alternativa del PRO y rechaza el alineamiento total con LLA.
- Plantea que el Gobierno recibió apoyo para reformar, pero no un cheque en blanco.
- Señala que aún faltan debates estructurales en educación y salud mental, y afirma que no depende de cargos para hacer política.
En medio del reacomodamiento político posterior al contundente triunfo libertario del 26 de octubre, María Eugenia Vidal volvió a fijar posición dentro del PRO y dejó mensajes directos hacia la Casa Rosada. La diputada nacional y titular de la Fundación Pensar reivindicó el apoyo a las transformaciones estructurales, pero reclamó decisiones más rápidas, criterios más claros y una estrategia que no dependa solo del impulso legislativo.
“Ahora sí hay un cheque para reformar y cambiar, no hay que perder tiempo”, sostuvo, en un llamado a acelerar la agenda que, según remarcó, quedó habilitada tras la victoria electoral. En ese sentido, recordó que el Congreso ya autorizó privatizaciones que aún no se pusieron en marcha. “Cuando votamos la Ley Bases, le dimos autorización al Presidente para privatizar o concesionar ocho empresas, y no se avanzó. Ahí hay plata nuestra que se está gastando todos los días”, cuestionó, planteando que esos recursos podrían destinarse a prioridades urgentes o incluso a aliviar la presión impositiva.
Vidal, una de las voces más críticas del acuerdo electoral entre el PRO y La Libertad Avanza, pidió que las reformas prometidas “estén encaminadas de acá a marzo”, pero advirtió que el Ejecutivo también debe asumir responsabilidades propias: “Todavía hay trabajo que hacer. No se gobierna solo desde el Congreso”. En paralelo, envió un mensaje político hacia Balcarce 50: “El Presidente tiene que saber que hay un sector de la política que no piensa que cuanto peor mejor”.
Aun así, valoró un cambio de tono en la comunicación presidencial. “El Presidente hizo un esfuerzo para dejar de insultar”, evaluó, pero insistió en que ese gesto debe traducirse en consensos reales. “El insulto no le suma nada a la Argentina y menos del Presidente. Al final del día se va a notar el diálogo sincero”.
En una línea menos habitual dentro de la discusión pública reciente, la diputada también planteó la necesidad de una reforma constitucional para reducir la frecuencia electoral. “No se puede poner en riesgo cada dos años todas las decisiones que tomaste”, afirmó, proponiendo mandatos de seis años sin reelección y elecciones legislativas cada tres. Para Vidal, la alternancia entre “kirchnerismo y oficialismos” genera incertidumbre y desalienta inversiones: “Nadie quiere apostar en un país donde se pueden cambiar las reglas de juego cada dos años”.
Desde lo partidario, tomó distancia del alineamiento total que algunos sectores del PRO han mostrado hacia el oficialismo. Reivindicó construir una identidad propia y advirtió contra la “tentación del violeta”. “El PRO tiene que ser alternativa. La etapa de pintarse de violeta se va agotando. Los que querían irse a LLA ya se fueron. El PRO está de pie”, enfatizó, marcando que acompañar lo que esté bien no implica renunciar a un proyecto propio. “A lo mejor es incómodo, pero nuestra responsabilidad no es hacer lo que pida el Gobierno, sino lo que necesita el país”.
En ese sentido, destacó la postura de Mauricio Macri, a quien presentó como un referente de firmeza interna: “Nunca dudó su posición, siempre dijo hacer lo correcto por sobre lo conveniente”.
También remarcó que acompañar no significa evitar marcar límites. “La responsabilidad de decir que no también existe. Lo que te ayuda es que, cuando te equivocás, alguien te lo marque”, señaló, apuntando a un equilibrio que —según interpreta— aún no se alcanzó del todo.
Acerca del resultado electoral, la diputada señaló que el Gobierno recibió apoyo para avanzar con reformas, pero no un cheque en blanco. “Muchos argentinos votaron con miedo al kirchnerismo, esperando que el esfuerzo valga la pena”, afirmó, advirtiendo que la lógica de confrontación constante sirve para ganar elecciones, pero no para gobernar.
Por último, Vidal resaltó que aún quedan discusiones profundas pendientes, especialmente en materia de educación y salud mental. Y, sobre su futuro personal, volvió a despegarse de los cargos: “Ningún trabajo me definió nunca. No hace falta un cargo para hacer política”.






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