El nuevo desafío del Gobierno libertario: una economía que crece sin consumo

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • El Gobierno enfrenta el reto de recuperar la demanda interna tras dos años de ajuste.
  • La apertura de importaciones amplió la oferta, pero hundió las ventas locales.
  • Indumentaria y calzado bajaron 30% en términos reales; los servicios subieron 53%.
  • CAME pidió reactivar planes de consumo y medidas contra el contrabando.
  • Desde 2023 cerraron más de 18.000 empresas y se perdieron 250.000 empleos formales.
  • El 2026 será el año clave para combinar estabilidad con crecimiento.

Con la etapa electoral cerrada y el 2025 prácticamente concluido, el Gobierno libertario encara un nuevo frente que no se resuelve con equilibrio fiscal ni con superávit comercial: la recuperación de la demanda interna. Tras dos años de ajuste, apertura comercial y fuerte caída del poder adquisitivo, la economía argentina enfrenta un escenario donde los indicadores macro mejoran, pero los bolsillos siguen vacíos.

Los sectores de bienes transables —aquellos que compiten con importaciones— atraviesan una contracción pronunciada en ventas y producción. Pedro Bergaglio, presidente de la Cámara del Sweater, advirtió en una entrevista que “la gente está comprando con tarjeta de crédito el alimento, ni ropa, ni calzado”. La frase resume el dilema actual: la estabilización de precios no alcanza si la población no tiene ingresos suficientes para consumir.

El empresario explicó que en el último año se registraron 14.000 nuevas CUIT de importadores ante la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), lo que amplió la oferta de productos importados en un mercado interno deprimido. Según sus estimaciones, el 60% de la ropa que se usa en el país proviene del exterior. “Si suben los precios, no es responsabilidad de los empresarios locales”, remarcó.

Ropa más barata, servicios más caros

De acuerdo con el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), entre noviembre de 2023 y octubre de 2025 la indumentaria y el calzado bajaron en términos reales más de 30%, mientras que los servicios públicos —gas, electricidad y transporte— aumentaron un 53%. Así, aunque resulte más barato comprar un abrigo que pagar una factura de gas, el ingreso disponible no alcanza.

El Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA estimó que el 15% de los trabajadores registrados presenta algún síntoma de inseguridad alimentaria. Es un dato que refleja el deterioro del poder adquisitivo incluso en los segmentos formales del mercado laboral.

Industria textil y del calzado en crisis

La apertura de importaciones y la caída del consumo golpearon de lleno a las industrias intensivas en mano de obra. Horacio Moschetto, flamante presidente de la Cámara del Calzado, describió un panorama desolador: “El sector soporta el fuerte aumento de las importaciones, el contrabando, la caída de las ventas, el cierre de plantas y la pérdida de puestos de trabajo. No vemos una luz al final del túnel”.

Moschetto coincidió con Bergaglio en que la baja de precios en los productos del rubro no se explica por mayor competencia, sino por exceso de stock. “Ingresó una cantidad de mercadería que el mercado no puede absorber. Ese sobre stock, y no la eficiencia, es lo que está tirando los precios hacia abajo”, explicó.

Pymes en alerta y reclamos al Gobierno

En medio de este panorama, una comitiva de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) se reunió con el secretario de Coordinación de Producción, Pablo Lavigne. El presidente de la entidad, Ricardo Diab, le presentó una serie de propuestas para atenuar la crisis del sector pyme, entre ellas, la reactivación de los planes de pago con tarjeta de crédito y la reducción de los juicios laborales, además de medidas para combatir el contrabando.

CAME advirtió que, sin un incentivo al consumo y un marco más previsible, las pequeñas y medianas empresas —que concentran la mayor parte del empleo formal— seguirán cerrando sus puertas.

Destrucción de empleo y empresas

Los datos más recientes del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) confirman la tendencia. Entre noviembre de 2023 y julio de 2025 desaparecieron 18.083 empleadores, lo que equivale a 30 cierres por día. En ese mismo período se perdieron 253.728 puestos de trabajo formales, a razón de 416 por jornada.

Para 2026, el desafío del equipo económico encabezado por Luis Caputo será doble: mantener la estabilidad macro alcanzada y, al mismo tiempo, reactivar el mercado interno. Con la inflación en descenso y el dólar controlado, el Gobierno apuesta a que la mejora de los salarios reales impulse el consumo, pero la recuperación será lenta y desigual.

La economía argentina parece haber encontrado un nuevo equilibrio: precios estables, importaciones crecientes y consumo en pausa. El dilema del oficialismo es cómo transformar esa estabilidad en bienestar tangible para una sociedad que, pese a la calma cambiaria, sigue viviendo al límite.

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