Semana de tensión financiera: entre el auxilio de EE.UU. y la bronca del campo

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • Salvador Di Stéfano definió como “semana desafiante” el escenario financiero tras la turbulencia cambiaria y el anuncio del swap de u$s 20.000 millones de EE.UU.
  • El programa de retenciones 0% para granos se agotó en 72 horas en manos de grandes cerealeras y generó fuerte malestar en el campo.
  • El dólar se estabilizó en torno a $1.330, lejos del techo de la banda cambiaria, y el Banco Central recuperó capacidad de compra.
  • Los bonos soberanos repuntaron y el AL35D podría trepar hasta u$s 72 si se concreta el apoyo estadounidense, reduciendo el riesgo país.
  • El mercado accionario mostró reacciones positivas, con recompras de acciones y una recuperación parcial de YPF.
  • El Gobierno gana aire financiero con respaldo externo, pero enfrenta el enojo del agro y la volatilidad de los mercados internacionales.

El gobierno de Javier Milei transita lo que el analista Salvador Di Stéfano definió como una “semana desafiante” en materia financiera, tras la fuerte volatilidad cambiaria que se desató días atrás y que logró atenuarse con un anuncio de peso: el Tesoro de Estados Unidos habilitará un swap de u$s 20.000 millones para la Argentina, sujeto a diversas condiciones. El respaldo norteamericano permitió descomprimir un escenario que había encendido todas las alarmas en los mercados, pero al mismo tiempo abrió un flanco de críticas internas, especialmente desde el sector agropecuario.

La medida más polémica fue el programa de retenciones 0% para la exportación de granos. El beneficio tuvo un cupo de u$s 7.000 millones que se agotó en apenas 72 horas, en manos de las grandes cerealeras, dejando afuera a buena parte de los productores medianos y pequeños. Esa “ventana exprés” generó malestar en el campo, que esperaba un plazo más amplio para poder aprovechar la quita de derechos de exportación. “El enojo es fuerte y las entidades gremiales ya analizan pedir que se reabra el cupo”, adelantó Di Stéfano en su blog.

En paralelo, el dólar dio un respiro. Tras la liquidación del programa agroexportador y la perspectiva de mayores reservas gracias al swap con Washington, la divisa se ubicó en torno a los $1.330, lejos del techo de la banda cambiaria de $1.478. Aunque aún distante del piso de $946, el movimiento permitió oxigenar al Banco Central, que venía de perder divisas y ahora volvió a mostrarse comprador. Según el analista, la autoridad monetaria tendría margen para adquirir más de u$s 10.000 millones en el corto plazo, lo que consolidaría el cambio de tendencia.

La recuperación también se reflejó en los mercados financieros. Los bonos soberanos, castigados por la incertidumbre, experimentaron una remontada. El título AL35D, que había tocado mínimos de u$s 42 el 18 de septiembre, se negoció a u$s 57 al cierre de la última semana. Para Di Stéfano, si el acuerdo con Estados Unidos se cristaliza en los términos esperados, el bono podría escalar hasta los u$s 72, reduciendo el riesgo país a la zona de los 650 puntos básicos. En un escenario más optimista, incluso se podría regresar a los niveles de enero de 2025, cuando ese indicador se ubicaba en 550 puntos.

El mercado accionario, por su parte, también mostró señales positivas. Empresas como Vista, Pampa, Byma y Central Puerto anunciaron recompras de acciones, un movimiento que podría contagiar a otras firmas. La tendencia alcista del petróleo internacional dio un impulso adicional a YPF, que recuperó parte de lo perdido en las últimas ruedas. La petrolera estatal cotiza hoy a u$s 27,63, lejos aún de los u$s 47,40 que había alcanzado en enero, pero muy por encima de los u$s 17 que marcaba cuando Milei asumió la presidencia.

De todos modos, el panorama dista de estar despejado. El malestar del sector agropecuario por la distribución desigual del beneficio de retenciones cero constituye un frente político-económico de riesgo para el oficialismo. El campo es uno de los pilares del modelo exportador que busca impulsar el Gobierno, y una relación tirante podría erosionar esa estrategia. En paralelo, la volatilidad global en los precios de los granos y la competencia de la cosecha estadounidense agregan incertidumbre a la ecuación.

El Gobierno, mientras tanto, busca capitalizar la señal de respaldo internacional. El swap con Estados Unidos no sólo fortalece las reservas y aleja los fantasmas de default, sino que también habilita la posibilidad de que el Tesoro norteamericano compre bonos soberanos en el mercado, lo que podría dar mayor dinamismo a las operaciones financieras locales.

Di Stéfano sintetizó el escenario en cuatro conclusiones: el ingreso de dólares del programa agroexportador reforzará reservas y moderará al dólar, aunque sin empujarlo al piso de la banda; las ganancias del Banco Central en futuros permitirán absorber pesos y disciplinar especuladores; el apoyo de Washington despeja dudas sobre la deuda; y, en consecuencia, los bonos y acciones podrían registrar subas significativas en el corto plazo, en un mercado de alta volatilidad “no apto para cardiacos”.

En definitiva, la “semana desafiante” que describe el analista muestra un equilibrio inestable: un Gobierno que gana aire gracias al auxilio externo, un mercado que recupera expectativas y un campo que reclama reglas más equitativas. La combinación marcará, en buena medida, el rumbo financiero inmediato de la administración Milei.

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