Euforia en los mercados tras el swap de EE.UU., pero persisten dudas clave

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • El Tesoro de EE.UU. anunció un swap de u$s20.000 millones y compra de deuda argentina, provocando fuertes subas de acciones y bonos y una baja de 800 puntos en el riesgo país.
  • El mercado consideró el anuncio “mejor de lo esperado”, aunque persisten dudas sobre el swap chino, las retenciones al agro y los tiempos de implementación.
  • Scott Bessent adelantó también un posible crédito stand-by y sugirió revisar exenciones fiscales, lo que podría revertir la promesa de “retenciones cero”.
  • Analistas como Caamaño y Filippini destacan que el paquete despeja incertidumbres de liquidez y eleva las chances de emisión de deuda en 2026.
  • El respaldo estadounidense envía una señal geopolítica, reemplazando parcialmente a China como socio financiero clave.
  • Expertos advierten que el efecto es coyuntural y dependerá de cómo el Gobierno capitalice este “rescate” para sostener la confianza del mercado.

El anuncio del Tesoro de Estados Unidos de habilitar una línea de swap de u$s20.000 millones y una compra directa de deuda soberana argentina desató un rally inmediato en los mercados financieros. Las acciones locales en Wall Street treparon con fuerza, los bonos en dólares avanzaron hasta 5% y el riesgo país se desplomó 800 puntos básicos, un movimiento que sorprendió a analistas y operadores. Para el mercado, el paquete fue “mejor de lo esperado”, aunque no despeja todas las incertidumbres sobre el futuro económico del país.

Scott Bessent, secretario del Tesoro estadounidense, anunció que Washington “está listo para comprar bonos argentinos en dólares” y adelantó negociaciones para otorgar un crédito stand-by a través del Fondo de Estabilización Cambiaria. También deslizó que podrían revisarse las exenciones fiscales a los productores de materias primas, lo que reabre el debate sobre las retenciones agropecuarias, apenas dos días después de que el gobierno de Javier Milei prometiera “retenciones cero”.

Gabriel Caamaño, economista de Outlier, destacó que el impacto fue superior a lo previsto, pero subrayó algunas sombras: “Es más de lo que el mercado esperaba, que venía bajando la espuma. Pero dejó dudas respecto de la baja transitoria de DEX y los tiempos de implementación. Más allá de eso, sigue primando el efecto anuncio. Esto vale como un rescate del Tesoro; ahora queda saber cómo lo vamos a aprovechar”, señaló en diálogo con Ámbito.

Federico Filippini, economista jefe de Adcap Grupo Financiero, enfatizó el carácter transformador del respaldo: “El post de Bessent generó una fuerte reacción del mercado. Despeja la incertidumbre sobre las dificultades de liquidez y eleva las probabilidades de que el riesgo país caiga lo suficiente para que el Gobierno pueda emitir deuda a principios de 2026”.

Desde el plano político, el movimiento refuerza el alineamiento geopolítico con Washington en detrimento de China, cuyo swap vigente de u$s5.000 millones ha sido clave para sostener las reservas. El analista Federico Glustein advirtió que el swap norteamericano permitirá cubrir ese pago y “evitar una fuerte volatilidad en el mercado de cambios”, aunque admitió que el reemplazo tiene un claro mensaje estratégico. “Contablemente es indistinto, pero geopolíticamente significativo”, dijo.

Otros expertos coincidieron en que el “efecto anuncio” generó alivio inmediato, pero insistieron en la necesidad de capitalizarlo. Ezequiel Vega, analista financiero, consideró que el momento es ideal para recomprar bonos Globales (GD) y Bonares (AL), lo que podría llevar al riesgo país por debajo de los 700 puntos básicos. También señaló que las reservas quedarían reforzadas para cubrir los vencimientos de enero y julio de 2026.

Amilcar Collante, por su parte, calificó el gesto de EE.UU. como “un apoyo importante” que el mercado no había descontado. Recordó que el viernes previo, los precios reflejaban un escenario de corrida cambiaria y riesgo soberano creciente, lo que magnifica el giro positivo.

Más allá del entusiasmo financiero, algunos economistas recordaron que el respaldo estadounidense no es gratuito ni puramente económico. El giro se inserta en una estrategia de Washington para recomponer su influencia en América Latina, donde China había ganado terreno en los últimos años. La promesa de Bessent de alentar inversiones directas estadounidenses “inmediatamente después de las elecciones” confirma que el paquete tiene un fuerte componente político.

El historiador económico Pablo Gerchunoff sintetizó en su cuenta de X la lógica detrás de este tipo de jugadas: “Te prometo mucha ayuda. Con esa promesa generás optimismo y ganás las elecciones. Si ganás, los mercados se ponen de tu lado y ya no necesitás tanta ayuda. Un Plan Marshall virtual”.

El Gobierno celebra el respaldo como un golpe de efecto de cara a octubre. Sin embargo, el verdadero desafío será transformar el rebote de confianza en un sendero de estabilidad duradera, en un país que conoce bien las burbujas financieras que se desinflan al primer signo de incertidumbre.

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