ATE presiona al Gobierno y declara el sector público en estado de alerta

POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior
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  • ATE exige al Gobierno la reapertura inmediata de paritarias y un aumento de emergencia para recuperar poder adquisitivo.
  • Rodolfo Aguiar criticó la mesa política de Milei, señalando que no garantiza salarios ni jubilaciones dignas.
  • El sindicato declaró el sector público en estado de alerta y evalúa nuevas medidas de fuerza.
  • Denuncian que el último acuerdo salarial quedó por debajo de la inflación, afectando a más de la mitad de los estatales.
  • Reclaman a los gobernadores priorizar la recuperación del salario real donde las paritarias no se convocaron o están estancadas.
  • Aguiar advirtió que la política de Milei, derrotada en Buenos Aires, también perderá apoyo en todo el país.

La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) volvió a encender las alarmas en el ámbito gremial al exigir al Gobierno Nacional la inmediata reapertura de las paritarias del sector público y un aumento de emergencia que permita recuperar el poder adquisitivo perdido en los últimos meses. La convocatoria, realizada en medio de un clima político convulsionado tras la derrota de La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires, refuerza la tensión entre el Ejecutivo y los sindicatos estatales.

Rodolfo Aguiar, secretario general de ATE, cuestionó con dureza la reciente iniciativa de la mesa política impulsada por el presidente Javier Milei, al asegurar que “no alcanza para garantizar salarios y jubilaciones dignas”. Para el sindicalista, la gestión actual sigue una línea económica que perjudica directamente a los trabajadores del Estado y a los jubilados. “Deben aceptar la derrota y cambiar el rumbo de la economía. Los gobernadores convocados tienen que saber que esta vez no estarán garantizando gobernabilidad, sino impunidad a una banda de coimeros y delincuentes”, sostuvo Aguiar, en un mensaje que combina reclamo salarial con advertencia política.

En paralelo, la conducción gremial declaró al sector público en estado de alerta y anticipó que se evalúan nuevas medidas de fuerza. La advertencia se produce en un contexto de creciente tensión social y política, que se intensifica tras los resultados de los comicios bonaerenses. Para ATE, los trabajadores estatales no pueden seguir pagando “el costo del ajuste” mientras la administración nacional mantiene un “accionar negligente” que ignora las demandas esenciales de los empleados públicos y de los jubilados.

El reclamo se centra en la recuperación del poder adquisitivo, fuertemente erosionado por la inflación. Aguiar cuestionó el último acuerdo salarial firmado en algunos distritos, que “con la complicidad de otra organización, quedó por debajo de la inflación y empujó a más de la mitad de los estatales por debajo de la línea de pobreza”. Frente a esta situación, el sindicalista reclamó a los gobernadores que prioricen la actualización de los salarios en aquellos distritos donde las paritarias no se convocaron o permanecen estancadas.

Además del aspecto económico, ATE puso énfasis en el factor político de la situación. Según Aguiar, la derrota electoral de La Libertad Avanza en Buenos Aires no solo refleja un rechazo al modelo económico del oficialismo, sino que también anticipa la pérdida de apoyo en otras regiones del país. “La política de Milei fue derrotada en la provincia de Buenos Aires, pero también va a perder en todo el país”, señaló, marcando un vínculo directo entre la gestión gubernamental y las expectativas electorales.

El mensaje sindical coincide con un clima de incertidumbre en el sector público, donde trabajadores de distintas áreas expresan su malestar por el deterioro de los ingresos y el retraso en las negociaciones. La declaración de estado de alerta implica que ATE se reserva la posibilidad de realizar protestas, paros parciales o movilizaciones, en busca de presionar al Gobierno para que reabra las mesas salariales y otorgue un aumento de emergencia que compense la pérdida del poder adquisitivo.

Analistas políticos y gremiales interpretan la acción de ATE como un reflejo de la tensión acumulada en los últimos años, marcada por acuerdos salariales insuficientes, inflación sostenida y expectativas negativas sobre la economía. La coincidencia con la reciente derrota electoral oficialista sugiere que el sindicato busca reforzar su posición de fuerza frente al Gobierno, anticipando que las negociaciones salariales del segundo semestre podrían convertirse en un escenario de disputa central entre trabajadores y la administración nacional.

En síntesis, la medida de ATE marca un punto de inflexión en la relación entre el sector público y el Gobierno. La exigencia de reapertura de paritarias, la demanda de un aumento de emergencia y la advertencia política de Aguiar reflejan un clima de alerta y tensión que promete mantener la agenda sindical en el centro del debate público durante las próximas semanas, mientras el Ejecutivo enfrenta los desafíos económicos y políticos derivados de su reciente derrota electoral.

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