La Unión Europea pone en marcha el proceso legal para ratificar el acuerdo comercial con el Mercosur

ECONOMÍA Dante HERRERA
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La Comisión Europea puso en marcha este miércoles el proceso de ratificación del acuerdo comercial entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur, en un contexto marcado por divisiones internas en el bloque y la creciente presión de agricultores europeos. El tratado, que debe ser aprobado por los 27 Estados miembros y el Parlamento Europeo, enfrenta una oposición firme encabezada por Francia.
 
El pacto, cerrado en diciembre pasado, contempla la eliminación de aranceles sobre el 91% de las exportaciones europeas al Mercosur en un plazo de 15 años, incluyendo automóviles (actualmente gravados con un 35%), maquinaria y bebidas alcohólicas. A cambio, la UE abrirá progresivamente su mercado a productos agrícolas latinoamericanos, con mayores contingentes para carne de vacuno (99.000 toneladas métricas adicionales), aves de corral, arroz, miel, soja y biocombustibles.

Además, se reconoce la protección de 350 indicaciones geográficas europeas —como el queso parmesano reggiano— para evitar imitaciones en los países del Mercosur.

La resistencia francesa y el factor político

El inicio del proceso coincide con una crisis política en Francia, donde el gobierno de François Bayrou enfrenta una moción de confianza que podría derribarlo. París sostiene desde hace años que el acuerdo representa una amenaza directa para sectores sensibles como la carne vacuna, las aves y el azúcar, y exige cláusulas de salvaguardia reforzadas.

Para intentar calmar los ánimos, la Comisión Europea podría presentar un anexo adicional que active medidas de protección en caso de perturbaciones del mercado agrícola. Sin embargo, tanto el gobierno francés como sindicatos como la FNSEA mantienen una oposición cerrada.

La extrema derecha ha denunciado la posible “traición” de Emmanuel Macron si acepta el tratado, mientras que la izquierda radical convoca a la movilización contra lo que consideran una “imposición” de Bruselas.

Los apoyos: Alemania y España a la cabeza

No todos en la UE comparten las reservas francesas. Países como Alemania y España destacan que el acuerdo ofrece una salida para diversificar mercados, reducir la dependencia de China en minerales críticos como el litio y contrarrestar los aranceles impuestos por Donald Trump a los productos europeos en Estados Unidos.

Según Bruselas, los exportadores europeos se ahorrarían más de 4.000 millones de euros anuales en aranceles gracias a este acuerdo, considerado el mayor firmado por la UE en términos de reducciones comerciales.

El tratado también enfrenta objeciones de grupos ecologistas, como Amigos de la Tierra, que lo califican de “destructor del clima”. Temen que la mayor apertura comercial incentive la deforestación en la Amazonia y otros ecosistemas frágiles de América del Sur.

Aunque el acuerdo incluye un compromiso de evitar la deforestación a partir de 2030, las ONG advierten que carece de mecanismos efectivos de cumplimiento.

Escenarios posibles para el acuerdo UE- Mercosur

La ratificación del acuerdo político y comercial debe ser aprobada en el Consejo Europeo y en el Parlamento. Para bloquearlo, Francia necesitaría reunir una “minoría de bloqueo” con al menos tres países más que representen al menos el 35% de la población de la UE. Italia y Polonia ya han expresado su descontento, lo que complica el panorama.

La Comisión, presidida por Ursula von der Leyen, busca que la ratificación se complete antes de fin de 2025, cuando el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva culmine la presidencia rotatoria del Mercosur. Sin embargo, las divisiones internas en Europa y la presión de sectores agrícolas amenazan con retrasar —o incluso frenar— un acuerdo que podría redefinir las relaciones comerciales transatlánticas.

Fuente: Ámbito

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