Julio trae presión al tipo de cambio: el mercado sigue de cerca al dólar oficial

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • Desde la flexibilización del cepo en abril, el dólar mayorista subió solo un 7%, contribuyendo a desacelerar la inflación.
  • Sin embargo, para el segundo semestre se identifican riesgos que podrían presionar al tipo de cambio.
  • El tipo de cambio real está en su nivel más bajo desde la salida de la Convertibilidad (2001), lo que puede incentivar importaciones y demanda de divisas.
  • La baja en la oferta del agro, por el fin de la reducción de retenciones a soja y maíz, sumada a un aumento de importaciones motivado por el “dólar barato”, podría revertir el superávit comercial actual.
  • El superávit de bienes es pequeño y vulnerable a cambios en exportaciones o importaciones.
  • El contexto electoral de octubre genera incertidumbre y podría aumentar la demanda de dólares, aunque se espera un movimiento moderado del tipo de cambio.
  • Por ahora, la “pax cambiaria” se mantiene, pero julio será clave para evaluar la estabilidad cambiaria rumbo a las elecciones.

Desde que el Gobierno flexibilizó el cepo a mediados de abril, el dólar mayorista apenas avanzó un 7%, ayudando a consolidar la desaceleración de la inflación. Sin embargo, la llegada del segundo semestre pone sobre la mesa una serie de factores que podrían desafiar esa calma cambiaria.

Aunque en el mercado financiero no se habla de una crisis inminente, sí se encienden algunas luces amarillas. Consultoras como LAMBDA y LCG alertan sobre un posible cambio en los flujos comerciales y financieros que podría presionar al tipo de cambio a partir de julio.

¿Un dólar históricamente barato?

El dato no pasa inadvertido: el tipo de cambio real se encuentra, según LAMBDA, en el nivel más bajo desde la salida de la Convertibilidad, e incluso equiparable al mínimo registrado durante la gestión de Mauricio Macri en abril de 2017. Esa debilidad relativa del dólar podría convertirse en incentivo para anticipar importaciones o demandar divisas, afectando el equilibrio del mercado cambiario.

Menor oferta del agro y más presión importadora

La finalización de la baja transitoria de retenciones a la soja y el maíz restará impulso a la liquidación del agro, una de las principales fuentes de dólares. A la par, el “dólar barato” está motivando a empresas a acelerar importaciones antes de posibles ajustes. De continuar esta dinámica, advierte LCG, podría revertirse el superávit comercial observado hasta ahora.

Aunque el saldo de bienes sigue siendo positivo –con liquidaciones diarias en alza y alivio por la menor necesidad de importar combustibles gracias al gasoducto Néstor Kirchner–, se trata de un superávit frágil: apenas u$s300 millones en promedio mensual, fácilmente reversible si caen las exportaciones o suben las compras al exterior.

El factor electoral

De cara a las elecciones legislativas de octubre, el comportamiento del tipo de cambio está bajo la lupa. Martín Polo, estratega de Cohen Aliados Financieros, advierte que el contexto electoral podría sumar incertidumbre: “la demanda crece y el mercado se puede secar”. Aun así, anticipa un movimiento cambiario moderado: “solo un poquito, nada grave”.

Por ahora, la llamada “pax cambiaria” se sostiene. Pero el mercado ya toma nota de que julio será una prueba clave para determinar si el equilibrio puede mantenerse sin sobresaltos o si comienza un nuevo capítulo de tensión cambiaria en la recta electoral.

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