JpC quiere avanzar con juicio político, pero la duda son los “intendentes”

En una nueva semana tensa en el ámbito de la Unicameral, el foco se pondrá en la chance de avanzar o no con el juicio político en contra del por ahora ministro de Cooperativas, Martín Gill. Quien quedó en una incómoda posición el miércoles pasado cuando se conoció la elevación a juicio por pedido de la fiscal villamariense Juliana Companys en el marco de la causa por violencia de género que tiene abierta el exintendente de aquella ciudad.

Este será, casi con seguridad, el tema central en el capítulo de hoy de las ya habituales rispideces entre el oficialismo de Hacemos y la oposición de Juntos por el Cambio en la Legislatura provincial. Porque el interbloque pretenderá el tratamiento sobre tablas, para luego ver qué chances reales existen de que prospere la avanzada en contra del integrante del gabinete de Martín Llaryora.

Recordando que para la conformación de las salas es necesaria la mayoría simple (36 legisladores) y el pedido formal de juicio político requiere dos tercios. Aunque esa será una discusión posterior.

En el oficialismo, en tanto, por ahora lo que saben es que no son pocos en el arco opositor que quieren saldar cuentas e irán por Gill.

No obstante, en ambos lados de la grieta del cordobesismo reconocen que puede aparecer una hendija que le traiga algo de oxígeno al ministro villamariense: los legisladores radicales con pasado como intendentes. Anoche, tanto de Hacemos, pero fundamentalmente desde el interbloque Juntos, reconocieron que ahí está la duda.

Es decir, hasta dónde están dispuestos a avanzar los ex colegas de Gill y con quienes el ahora ministro provincial tuvo buenos vínculos en tiempos en los que lideró la secretaría de Obras Públicas, durante la gestión nacional de Alberto Fernández.  

“Puede haber sorpresas porque la cuestión de género es transversal. De nuestro lado, el juecismo está sólido y va a acompañar porque aparte, hubo un fuerte guiño de (Luis) Juez, el PRO lo mismo porque están jugando bien y la mayoría del radicalismo. La duda radical pasa por los que fueron intendentes”, dijo un legislador opositor a este diario.

Y apuntó, además, en el peso que tenga el oficialismo desde los despachos del Panal para que se ejerza la defensa de alguien que no es tropa pura ni mesa chica. “Al contrario, por eso lo complica aún más. Podría tener el gesto de pedir licencia y ver cómo se resuelve todo fuera de la función pública”, dijo el legislador opositor anoche.

Por fuera del universo aliancista de UCR, PRO, juecismo y Coalición Cívica –la denuncia, de hecho, la impulsa el legislador Gregorio Hernández Maqueda- resta saber cómo pueden moverse los legisladores de bloques unipersonales. Interrogante que se repite cada vez que hay sesión en un año discontinuado desde lo parlamentario.

Al filo K, Federico Alesandri, lo descartan casi con seguridad; y abren la incógnita en torno al libertario Agustín Spaccesi, a quien Maqueda apuntó en febrero por la no conformación de las salas para el juicio político. Por lo que en Juntos creen que se puede inclinar a un respaldo al oficialismo y no acompañar el avance del juicio político en contra de Gill.

“A lo mejor también lo hace pensando en su propia causa”, lanzan desde Juntos.  No obstante, en su momento el libertario dijo que no acompañaba la conformación de las salas porque era necesaria la reglamentación en comisión antes del ingreso del debate al recinto.

Condimentos que palpitan el futuro inmediato de un Gill que sigue sostenido por el llaryorismo como lo contó Alfil la semana pasada, argumentando que es un hecho de instancia privada. Hoy, el termómetro vuelve a estar en la Unicameral. 

CON INFORMACION DE DIARIO ALFIL, SOBRE UNA NOTA DE SILVA GABRIEL.