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La revancha del "puré": deja ahora un 38% más de ganancia que antes de las restricciones

La escapada del blue esfumó el efecto buscado de eliminar el arbitraje. Ahora, quedó como un negocio para los privilegiados que acceden al cupo oficial

ECONOMÍA 20/10/2020 Fernando Gutiérrez*
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El "puré" del dólar volvió con gloria. Un mes después de las nuevas restricciones del mercado cambiario –que en teoría tenían entre sus objetivos evitar esta operación de arbitraje- ahora no sólo sigue existiendo sino que su potencial de ganancia instantánea es más grande que antes, debido a la disparada del dólar blue.

En la jerga de la City, se conoce como "puré" a la operatoria consistente en comprar un valor y revenderlo a un precio más alto. La máxima expresión de ese negocio ocurre cuando hay un mercado regulado, entonces el precio se dispara en el paralelo. Y durante la vigencia de todos los cepos (el original de Cristina Kirchner y el actual), fue una oportunidad para quienes pudieron acceder al dólar pagando al precio oficial y revendiéndolo en el mercado informal.

Hasta la adopción de las nuevas restricciones, quien accedía a la cuota de los u$s200 mensuales debía pagar un promedio de $102, que era el costo del dólar en los bancos más el 30% del impuesto PAIS. Y cuando lo revendía en las "cuevas" se lo tomaban a $128. Esos 26 pesos de diferencia implicaban que, en el total, cada persona que hiciera el "puré" se hiciera con una ganancia de $5.200.

Dicho en otros términos, una rentabilidad instantánea de 25% sobre el capital invertido. Era una situación que irritaba particularmente a los funcionarios, sobre todo cuando se tenía en cuenta la velocidad a la que estaban cayendo las reservas.

El hecho de que muchas de las personas que compraban esa cuota fueran, simultáneamente, beneficiarias de planes de asistencia del Estado, tales como el IFE y el complemento salarial ATP, era visto como una contradicción mayor: no se podía admitir que los fondos fiscales fueran a un negocio especulativo en el mercado ilegal.

Fue con ese argumento que, a la hora de las restricciones, quedaron fuera de la nómina de personas habilitadas todos los que percibían algún tipo de asistencia estatal.

Esto implica, según estiman en los bancos, que la cifra de compradores caerá a aproximadamente un 20% de la registrada en septiembre. Se calcula que difícilmente se pueda pasar los u$s200 millones totales vendidos por ese canal, en comparación con los casi u$s900 que se vendieron el mes pasado.

Un puré más rentable… y más exclusivo

Pero lo que no salió de acuerdo a lo previsto fue la otra parte de las medidas. Se suponía que al encarecer la compra del dólar oficial –por la inclusión de un cargo de 35% a cuenta del impuesto a las Ganancias-, prácticamente se eliminaría la distancia entre el dólar que compraba el ahorrista y el precio al cual podría llegar a vender en el informal.

Y, de hecho, eso fue lo que ocurrió en los primeros días. El "dólar ahorro" aumentó instantáneamente en $27. Daba un total de $130. Y aunque el blue inmediatamente tuvo un salto, igualmente el negocio del puré era prácticamente nulo: en su punta compradora, estaba en $135, con lo cual quien quisiera hacer el negocio, lograría en el mejor de los casos hacerse con una ganancia de $1.000.

Pero luego pasó lo que todos sabemos. El blue empezó su carrera indetenible hasta cerrar el viernes a $178 en la punta vendedora y $168 en la compradora.

Es decir, los pocos privilegiados que pueden hacerse con dólares oficiales pueden revenderlos de forma tal de ganar $36 por cada dólar. Los que pudieron comprar su cupo mensual de u$s200, hicieron una ganancia en total de $7.200.  Una rentabilidad instantánea de 27% sobre el capital invertido.

Medido en pesos, el "puré" post restricciones puede dejar un 38% más de pesos que el de hace un mes.

El consuelo para el Gobierno es que, hasta el mes pasado, el volumen potencial del "puré" era de $4,6 billones (es decir, la cantidad de dinero que se movería en el caso de que todos los que compraron el cupo oficial hicieran la operación de reventa), mientras que ahora, si se cumplen las estimaciones de los bancos, descendería a "sólo" $1,4 billón. Esto se explica, claro, por la menor cantidad de compradores.

La parte irónica para el Gobierno es que, paradójicamente, el "puré" se transformó en un deporte de ricos. Como los cobradores del IFE más todos los "bochados" por insuficiencia de ingresos no tienen la posibilidad de comprar el cupo oficial, solamente aquellos de ingresos altos están en condiciones de hacer el arbitraje más rentable del país.

El spread del nerviosismo

Otro fenómeno que llamó la atención en estos días de fiebre con el dólar blue fue cómo se alejaron las puntas del spread. Es decir, cómo se agrandó la distancia entre el precio que pagan las "cuevas" a alguien que quiere vender dólares y lo que cobran a alguien que quiere comprar.

Actualmente, el tipo vendedor se encuentra seis puntos porcentuales encima del comprador, mientras esa distancia era de tres puntos antes de las medidas.

Esto, como saben los veteranos de la City, es un síntoma de incertidumbre y expectativas de que la volatilidad del mercado podría ser mayor en los próximos días.

Como ejemplo máximo de esa elasticidad del spread está el caso de las casas de cambio de Uruguay. En momentos "normales", el tipo de cambio comprador y vendedor de peso argentino tiene la diferencia habitual de todo mercado de monedas, pero cuando se empieza a restringir el mercado, el tipo de cambio vendedor mantiene la cotización del oficial mientras el comprador empieza a subir.

En estos días, si alguien quiere vender dólares en Uruguay para comprar un peso argentino, se encontrará con que la paridad es de $77 por dólar. Pero si quiere hacer la operación inversa, vender argentinos para comprar un dólar, corre el riesgo de sufrir un colapso nervioso. En Uruguay, para comprar un dólar el viernes pasado, se pedían nada menos que 438 pesos argentinos.

Y además, menos recaudación de impuesto PAIS

Quienes critican dentro del propio Gobierno el efecto de las medidas cambiarias restrictivas señalan que no solamente no se logró frenar al blue, sino que, además, se atenuará sensiblemente uno de los pocos efectos positivos de la compra masiva de dólares: la recaudación tributaria por el impuesto PAIS.

En septiembre, su aporte fue de $20.858 millones y lleva un acumulado anual de $110.469 millones. Para tomar una dimensión de lo que eso significa para el fisco, basta recordar que la pelea en la que se enfrascaron el Gobierno nacional y el de la Ciudad de Buenos Aires sobre la coparticipación es por un monto de $40.000 millones.

Lo cierto es que sin el impuesto PAIS, el Gobierno no habría podido hacer el festejo por el aumento de la recaudación, que presentó como " indicios positivos sobre la recuperación de la economía en el marco de la pandemia y del carácter progresivo de las medidas tributarias adoptadas desde diciembre del año pasado".

Lo cierto es que si no fuera por la existencia del impuesto PAIS, la variación tributaria total, que en septiembre fue de 5,5% en términos reales, habría resultado bien inferior, del orden del 1,8%.

Pero en octubre, si se cumpliera la estimación de venta de dólar ahorro que hacen los bancos, implicaría una recaudación de impuesto PAIS por unos $4.800 millones.

Es decir, $16.058 millones menos que lo que ingresó a las arcas de la AFIP por ese concepto en septiembre. Equivale a un 2,6% de la recaudación fiscal del último mes.

En definitiva, las restricciones, pensadas por los funcionarios del equipo económico para salvaguardar las reservas del Banco Central y transmitir tranquilidad al mercado, están teniendo un efecto boomerang. Y el mayor atractivo del "puré" es uno de sus síntomas más elocuentes.

 

 

* Para www.iprofesional.com

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