


La dieta mediterránea, clave para perder peso sin afectar la salud ósea
Un estudio publicado en JAMA Network Open y compartido por Women’s Health revela que la combinación de la dieta mediterránea con ejercicio y reducción calórica es la mejor estrategia para perder peso sin debilitar los huesos, especialmente en mujeres mayores.
Dirigido por Jesús Francisco García Gavilán, PhD, de la Universitat Rovira i Virgili, el estudio incluyó a 924 adultos mayores con sobrepeso u obesidad y síndrome metabólico. Los participantes fueron divididos en dos grupos: uno siguió la dieta mediterránea sin cambios en la ingesta calórica ni actividad física, mientras que el otro redujo su ingesta calórica en un 30%, realizó caminatas de 45 minutos seis veces por semana y sesiones de entrenamiento de fuerza tres veces por semana.
Los resultados mostraron que el segundo grupo, que integró ejercicio y una reducción calórica, experimentó un aumento en la densidad ósea, especialmente en la zona lumbar, y esta mejoría se mantuvo a lo largo de tres años. García Gavilán indicó que esta combinación es una “estrategia viable” para prevenir la pérdida ósea en la vejez.
Los expertos advierten que una dieta deficiente en nutrientes como calcio, vitamina D y proteínas puede acelerar la debilidad ósea durante la pérdida de peso. Mir Ali, MD, director médico del Surgical Weight Loss Center en California, enfatizó que muchos pacientes no reciben la nutrición necesaria. Además, García Gavilán destacó que la falta de ejercicio incrementa el riesgo de fracturas en personas mayores con obesidad.
El enfoque mediterráneo destaca por su aporte de proteínas, calcio, vitamina D, magnesio y antioxidantes, nutrientes esenciales para la salud ósea. Jessica Cording, dietista registrada, subrayó la importancia del entrenamiento de resistencia, que no solo favorece la densidad ósea, sino también el desarrollo muscular, crucial para un metabolismo saludable.
Además de sus beneficios óseos, la dieta mediterránea es rica en fibra gracias a su alto contenido de frutas, verduras, legumbres y cereales integrales, lo que ayuda a mantener la saciedad. La preferencia por pescado y carne magra permite reducir calorías sin sacrificar la ingesta proteica, mientras que los antioxidantes presentes en ingredientes como el aceite de oliva y las nueces ofrecen efectos antiinflamatorios.
Adoptar este modelo alimentario de manera flexible puede ser suficiente para obtener beneficios positivos. Incorporar más frutas, verduras, grasas saludables y cereales integrales puede contribuir a fortalecer los huesos y mejorar el bienestar general.
En conclusión, la combinación de la dieta mediterránea, restricción calórica y actividad física se establece como la mejor opción para mantener la salud ósea durante el proceso de adelgazamiento, según Women’s Health.










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