Cottani desnuda la interna económica: Caputo, las reservas y el riesgo de una estrategia “quimérica”

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • Joaquín Cottani reveló tensiones en el equipo económico de Javier Milei y criticó el plan cambiario de Luis Caputo como “inconsistente” y “quimérico”.
  • Caputo admitió en X que el Tesoro dejó de comprar dólares, confirmando la estrategia de no acumular reservas.
  • Cottani renunció en 2024 por oponerse a la falta de intervención para reforzar las reservas, hoy negativas en u$s10.000 millones.
  • Advirtió que sin acumular al menos u$s5.000 millones este año, el país podría enfrentar una crisis antes de 2026.
  • Cuestionó el régimen de bandas cambiarias y el “medio cepo”, y acusó al Gobierno de priorizar la ideología libertaria sobre la ortodoxia económica.
  • Alertó que la disciplina fiscal sola no basta y que el mercado podría forzar una devaluación si no hay cambios.

En una entrevista concedida a Maximiliano Montenegro, Joaquín Cottani, ex viceministro de Economía, encendió una alarma sobre el rumbo económico del gobierno de Javier Milei. Sus declaraciones no solo exponen tensiones dentro del equipo liderado por Luis Caputo, sino que también ponen en cuestión el corazón de la estrategia cambiaria oficial. Cottani, quien renunció en junio de 2024 por discrepancias en la política del dólar, describió como “inconsistente” el esquema que Caputo presentó a Milei para manejar el mercado cambiario “sin necesidad de acumular reservas en el Banco Central”.

El detonante fue un reciente mensaje de Caputo en X, donde admitió que el Tesoro dejó de comprar dólares al nivel actual: “El Banco Central solo compra en el piso de la banda. El Tesoro puede comprar en cualquier momento, como de hecho lo hizo. Compramos 3 mil millones algo por debajo de 1200. Al precio actual, el Tesoro ya no compra más y en el techo de la banda, el BCRA compra pesos para absorberlos y reducir la volatilidad”. Para Cottani, esta confesión confirma lo que califica de “plan quimérico” y “papel mojado” ante un Fondo Monetario Internacional que, según él, “estaba más perdido que yo”.

El ex funcionario detalló que su salida del Gobierno obedeció a la negativa del equipo económico a intervenir activamente para acumular reservas cuando el dólar estaba subvaluado. “Insistía en que había que intervenir para comprar dólares cuando el tipo de cambio estaba barato”, señaló. La respuesta que recibía, dijo, era siempre la misma: “El mercado lo resuelve solo”. Con reservas netas negativas en torno a los -10.000 millones de dólares, Cottani advirtió que esa postura “de manual” compromete la estabilidad financiera y podría precipitar una crisis antes de 2026. Según él, sería necesario acumular al menos u$s5.000 millones antes de fin de año para sostener la credibilidad.

La crítica también alcanzó al régimen de bandas cambiarias, que Cottani tildó de “invento” imposible de sostener sin intervenciones. Sin esas compras, alertó, el dólar blue tiende a dispararse y el cepo parcial —un “medio cepo” que considera confuso— solo perpetúa la incertidumbre. Más allá de su reconocimiento al rigor fiscal del oficialismo, sostuvo que este enfoque solo sirve hasta las elecciones de 2025. Después, el déficit externo, agravado por la sequía y la caída de exportaciones, obligará a repensar el esquema.

Cottani ofreció una mirada crítica sobre el trasfondo ideológico. Según su relato, Caputo diseñó un plan que encajaba con las “teorías delirantes” de Milei, influenciadas por autores austríacos como Hayek y Mises. La idea de una “dolarización endógena”, donde las exportaciones traerían los dólares necesarios sin acumular reservas, fue presentada como solución mágica. “Una vez, Caputo me dijo: ‘Joaquín, sos demasiado ortodoxo para este Gobierno’”, recordó el ex funcionario, marcando su distancia de un enfoque que privilegia la ideología libertaria por sobre la ortodoxia económica tradicional.

El riesgo país por encima de los 1200 puntos y las dudas de los inversores ya reflejan un mercado que empieza a desconfiar. Cottani cerró su diagnóstico con una advertencia directa a Milei: “La disciplina fiscal es clave, pero sin reservas no hay independencia monetaria. Intervengamos ya, o el mercado nos va a obligar con una corrida”. Sus palabras exponen, en definitiva, las fisuras dentro de un equipo económico que se mueve en la delgada línea entre el experimento doctrinario y las exigencias implacables de la macroeconomía.

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