
El Senado avanzó con un proyecto para limitar los DNU y encorseta al Ejecutivo
POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior

- El Senado aprobó con 56 votos un proyecto que limita los DNU y lo giró a Diputados.
- La reforma fija un plazo de 90 días para su aprobación obligatoria en ambas Cámaras.
- Si una sola rechaza, el decreto cae, salvo derechos adquiridos.
- Cada DNU deberá tratar un área específica, lo que complica al DNU 70/23 de Milei.
- El debate estuvo marcado por críticas a la ley 26.122 impulsada por Cristina Kirchner en 2006.
- La Libertad Avanza rechazó la iniciativa y advirtió que busca quitarle poder al Presidente.
El Senado aprobó y giró a Diputados un proyecto que busca modificar de raíz el régimen de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU), un instrumento utilizado históricamente por distintos gobiernos para sortear al Congreso. La iniciativa, impulsada por la oposición senatorial, obtuvo 56 votos a favor, ocho en contra y dos abstenciones de los misioneros renovadores Carlos Arce y Sonia Rojas Decut. El texto establece límites más estrictos y plazos acotados para la vigencia de los decretos, lo que representa un giro de peso en la relación entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo.
La clave de la reforma radica en que los DNU, en caso de ser sancionada la ley, tendrán un plazo máximo de 90 días para ser aprobados con mayoría absoluta en ambas Cámaras. Si alguna de ellas los rechaza, el decreto caerá automáticamente, salvo por los derechos adquiridos durante su breve vigencia. Actualmente, la legislación permite que un DNU continúe en curso mientras no sea rechazado expresamente por Diputados y Senado, sin plazos definidos, lo que en la práctica ha convertido al silencio parlamentario en una forma de aprobación tácita.
El proyecto también introduce otra novedad: cada decreto deberá circunscribirse a un área específica, para evitar que se conviertan en textos “ómnibus” con temas dispares. Una limitación que, de ser aprobada, pondrá en jaque la estrategia de la Casa Rosada con su norma insignia, el DNU 70/23 de desregulación económica.
Ecos del 2006 y el fantasma de Cristina Kirchner
La propuesta, que ya despierta expectativas de veto presidencial en caso de prosperar en Diputados, desplaza la ley 26.122, sancionada en 2006 bajo impulso de Cristina Fernández de Kirchner cuando era senadora. Paradójicamente, la ex presidenta, que hoy cumple prisión domiciliaria, fue blanco recurrente de las críticas durante el debate.
La encargada de presentar el dictamen fue Alejandra Vigo, presidenta de la Comisión de Asuntos Constitucionales y referente del peronismo disidente. “Los DNU son instrumentos de excepción que contravienen la separación de poderes. Esta modificación evita la tentación de gobernar con la suma del poder público”, afirmó. Vigo también remarcó que, bajo la norma vigente, un DNU enfrenta menos requisitos que una ley ordinaria, lo que contradice la lógica constitucional.
Desde la UCR, el senador Pablo Blanco celebró el cambio como un “punto de inflexión”. “Venimos a terminar con la pésima costumbre que varios gobiernos han tenido sobre el uso y abuso de los DNU, no solo este que tiene récord, sino también los anteriores que interpretaron la Constitución de manera muy particular”, señaló.
El debate se cargó de pasado cuando Blanco apuntó directamente a la autora de la ley vigente: “Los autores de la 26.122 eran gente preparada, pero no supieron interpretar que la excepcionalidad se aplica casi exclusivamente cuando el Congreso no puede funcionar”.
Una larga cuenta pendiente
La neuquina Lucila Crexell, de Provincias Unidas, fue otra de las voces centrales. Recordó que, desde la reforma constitucional de 1994, los DNU se incorporaron “por la ventana” a partir de un pacto político que habilitó la reelección presidencial y el reparto de cargos. “Lo que debía morigerar el presidencialismo terminó por exacerbarlo”, lanzó.
Con la misma línea crítica, Guadalupe Tagliaferri (Pro) destacó lo absurdo del actual mecanismo: “No puede ser más fácil aprobar un DNU que una ley”.
El peronismo federal también tuvo su lugar. La riojana Florencia López reivindicó la necesidad de recuperar facultades propias del Congreso: “Si hoy no votamos esta reforma, no somos dignos de volver a nuestras provincias”.
No obstante, la votación en particular se realizó sin modificaciones al texto original, pese a los intentos del salteño Juan Carlos Romero de introducir ajustes adicionales.
La respuesta libertaria
La bancada oficialista de La Libertad Avanza votó en contra y defendió la vigencia del esquema actual. El jujeño Ezequiel Atauche, jefe del bloque, argumentó que los DNU fueron utilizados por todos los gobiernos y que resultan imprescindibles en un contexto de minoría parlamentaria. “Le quieren quitar al Presidente una herramienta que sirve para gobernar. Están de salida: dentro de poco van a ser un tercio menos”, advirtió en referencia a la oposición.
Con la media sanción en el bolsillo, la oposición logró un triunfo simbólico frente al Ejecutivo, aunque el desenlace todavía es incierto en Diputados. De aprobarse, el proyecto significaría un freno estructural al hiperpresidencialismo argentino, un debate que desde 1994 sigue sin saldarse del todo en la política nacional.







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