El PRO busca reordenarse: tensión con Milei, autocrítica interna y respaldo a la Justicia

POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior
VM3ZG25IRVAHVACNRA33IYDNMA
  • Mauricio Macri reapareció en el cierre del Consejo Nacional del PRO, destacando que “es un año que hay que pasar” y que cada distrito debe definir su estrategia con dignidad.
  • El partido enfrenta tensiones internas, especialmente sobre cómo mantener su identidad y negociar alianzas con La Libertad Avanza (LLA).
  • Dirigentes como María Eugenia Vidal y Gisela Scaglia expresaron malestar por el trato recibido de los libertarios y criticaron la falta de una estrategia clara en el bloque de diputados.
  • Cristian Ritondo defendió la bancada y afirmó que cada distrito decidirá su propio rumbo, priorizando acuerdos para proteger intendencias.
  • El PRO se presenta como un partido federal sin una hoja de ruta única, con cada provincia preparando su propuesta electoral para octubre.
  • Vidal reconoció el apoyo responsable al Gobierno para evitar una crisis económica, pero advirtió sobre problemas sociales pendientes y criticó la agresividad de LLA en la Ciudad.
  • Macri celebró la condena a Cristina Kirchner, calificándola de justicia, y el partido reafirmó su espíritu fundacional contra el populismo y por la institucionalidad.
  • El Consejo dejó en evidencia la fragilidad y desafíos del PRO para mantenerse relevante en un escenario político cambiante.

En un contexto de tensiones internas y un escenario político cada vez más volátil, Mauricio Macri reapareció públicamente este viernes en la sede del PRO en la calle Balcarce, donde encabezó el cierre del Consejo Nacional del partido. La consigna que bajó el expresidente fue clara, aunque resignada: “Es un año que hay que pasar. Cada distrito debe pensar su estrategia con dignidad”, una frase que resume el espíritu de supervivencia que parece atravesar al partido fundado por él mismo.

Durante la reunión, que convocó a referentes nacionales y presidentes provinciales —incluidos los cinco interventores designados directamente por Macri— el PRO se enfrentó a su propia encrucijada: cómo mantener su identidad política mientras se negocian alianzas con La Libertad Avanza, el espacio oficialista con el que comparten parte del electorado, pero no siempre las formas.

Fricciones internas y malestar con los libertarios

El encuentro transcurrió sin gritos ni escenas dramáticas, pero sí con diferencias explícitas. Dirigentes como María Eugenia Vidal y Gisela Scaglia expresaron con dureza su malestar frente al trato recibido por parte del oficialismo libertario: “Nos maltratan, nos quieren destruir”, habría afirmado una de ellas.

Además, hubo cuestionamientos al funcionamiento del bloque de diputados del PRO. Según trascendió, algunos dirigentes criticaron la falta de una estrategia clara: “No votan los proyectos del Gobierno y tampoco exigen nada a cambio”, se lamentó uno de los presentes.

Por su parte, Cristian Ritondo defendió el accionar de la bancada y las negociaciones con LLA en territorio bonaerense. Ratificó que cada distrito definirá su propia estrategia electoral, priorizando la protección de intendencias y la posibilidad de acuerdos legislativos con los libertarios.

Un PRO con sello federal, pero sin rumbo único

María Eugenia Vidal, al término del encuentro, resumió el consenso alcanzado: cada presidente provincial del PRO se comprometió a presentar en breve su propuesta para las elecciones de octubre. “El PRO es un partido federal, y cada uno va a definir lo que es mejor para su provincia”, subrayó. Sin embargo, la falta de una hoja de ruta común deja en evidencia la fragilidad de una conducción que intenta sostenerse entre la autonomía local y la necesidad de cohesión nacional.

A nivel discursivo, la exgobernadora recordó el apoyo “responsable” del PRO al Gobierno para evitar una hiperinflación, pero advirtió que aún quedan temas urgentes sin resolver, como el alarmante nivel de comprensión lectora entre los estudiantes. También criticó la agresividad de LLA en la Ciudad de Buenos Aires, lo que generó tensiones adicionales.

Justicia, kirchnerismo y discurso fundacional

El encuentro también estuvo atravesado por la reciente decisión de la Corte Suprema que ratificó la condena contra Cristina Fernández de Kirchner. En un breve contacto con la prensa, Macri celebró el fallo: “Se hizo justicia”, dijo, aunque matizó que no hay motivos para festejar la condena de una expresidenta.

El documento final de la reunión, aunque sin nombrarla, fue directo: “Muchos de los que fueron responsables del modelo que hundió a la Argentina están comenzando a pagar las consecuencias”. Y reafirmó el espíritu fundacional del PRO: gestión, institucionalidad, y lucha contra el populismo.

¿Renacimiento o transición?

En definitiva, el Consejo Nacional del PRO dejó más preguntas que certezas. Si bien Macri busca posicionarse como faro y garante de una identidad política, el partido está cruzado por tensiones internas, desafíos territoriales y una relación ambigua con el Gobierno nacional.

Entre la estrategia de contención y el instinto de diferenciación, el PRO se enfrenta al desafío de seguir siendo relevante en un tablero político en plena reconfiguración. La frase de Macri lo sintetiza: “Es un año que hay que pasar”. Habrá que ver quiénes lo logran y cómo llegan al otro lado.

Últimas noticias
Te puede interesar
Lo más visto