Por José Ademan RODRÍGUEZ
Cuando se dice que Argentina es un país que integró a todas las razas y religiones y que le abrió las puertas ",,a todos los hombres del mundo que ,,,,", simplemente hay que preguntarse que pasó con los negros que fueron actores principales de una parte de nuestra historia. Los negros y las negras de origen africano fueron actores sociales importantes en la sociedad rioplatense durante los períodos colonial y criollo. Sus aportes fueron relevantes tanto en el plano de la economía como en el de la sociedad y la cultura. Sin embargo, en las escuelas suele presentárselos en forma descontextualizada y anecdótica, dándoles un tratamiento estereotipado como vendedores ambulantes o sirvientes de la elite colonia, una de las tantas mentiras que nos acostumbramos a que nos cuenten los que tanto daño le hicieron a nuestra patria. En Argentina prácticamente se los exterminó. Hay que terminar con la historia edulcorada y decir las cosas como son. Esta excelente nota que nos regala nuevamente José Ademan Rodríguez, es un relato imprescindible para comprender parte de nuestra historia, por que los pueblos logran superar sus errores y fracasos cuando se asume la realidad y se deja mentir. Que disfruten esta excelente nota y como siempre les digo, ¡¡BUIENA JORNADA, A DISFRUTARLA Y A VIVIR LA VIDA QUE VALE LA PENA!!
¿Dónde están los negros de la Argentina?
En mi barrio, Sant Andreu, acá en Barcelona, sin ir más lejos, está lleno de negros procedentes de Guinea Ecuatorial, Nigeria o Senegal. Y aquí viene mi gran duda: ¿y nuestros negros? En una tierra “abierta a todos los hombres de buena voluntad que quieran habitarla”, ¿dónde están? Laburaban de cerrajeros, aguateros, zapateros; y las negras, de criadas, cebadoras de mate, cocineras, madres sustitutas, etc. en ancestrales familias criollas. A esas charoladas gorditas con cachetes que salían en los cuadernos de nuestra infancia con un pañuelo a la cabeza coronado por un canasto, ¿las pintaron de blanco ausencia? Todo ese sustrato social de ébano tenía sus barrios tradicionales: Concepción, Santa Lucía y Montserrat (que era el barrio del tambor). No hay casi ni rastro de su folklore negro; sólo el candombe pervive… y en Uruguay. La cocina negra tampoco dejó huella; no existen en Argentina platos típicamente negros,Por ejemplo la venta callejera de mazamorra estaba a cargo de las negras, y los pasteleros eran casi todos de Mozambique y Angola (los más numerosos).
Hay algo de enigma, un profundo manto de misterio… No se investigó nunca profundamente qué pasó con ellos. ¿Los despreciamos? ¿Los marginamos? O… ¿desaparecieron en este país de llanuras y silencios? Unos dicen que la tuberculosis;otra hipotesis señala la fibre amarilla de 1871 como la causa. Algunos argumentaron que muchos argentinos negros no pudieron salir de las areas infectadas de Buenos Aires debido a la pobreza y la miseria.Mentira, no fue mas alta la desaparicion de los negros pues argentina fue el hogar de muchos negros durante siglos, no solamente los esclavos sino los inmigrantes;se trataba de contruir un pais blanco,para ello promocionaron la inmigracion europea que fue incorporada en la primera contitucion del pais a raiz del mestizaje con europa surgieron otros subgeneros,que fueron utilizados en las guerras de la independencia donde eran
violentamente obligados a servir al ejército; libertad o la muerte era la opción. Y pelearon, ¡eh! como los pardos y morenos.
En las invasiones inglesas los alistaron en el batallón de “pardos y morenos”. También se comenta que no se adaptaron al clima… (¿qué clima? Si al argentino, cuando le conviene alardear, te habla de sus cuatro climas). Si en ese momento histórico hubiese existido reggae o rap (en vez de minués o mazurcas), boxeo o básquet, y un estadio como el Luna Park con Lectoure incluido, tal vez tendríamos negros en la Argentina, y además campeones del mundo, que eso nos encanta,o que no les dimos posibilidades, pues nuestro sueño, ya está comprobado, fue el de una sociedad blanca civilizada y europea por eso tevimos jugadores prototipo del europeo como Willington,Marzolini sacchi,Roberto Perfumo y por supuesto el gran Alfredo Distefano(la saeta rubia),Hasta los años 60-70 jugadores con rasgos europeos. Distefano fue el primer prototipo internacionalmente reconocido por su gran calidad,llego a ser protagonista en el cine en la pelicula “Con los mismo colores” de 1949. A mis 9 años tuve el privilegio de verlo personalmente en la cancha de la liga de Rio cuarto.
Silvio Marzolini fue el mejor en su pusto de marcador creativo tambien incursiono en el cine en la pelicula “cuando los hombres hablan de mujeres” en 1967. Al igual que Federico Sacchi,se destacaban por su prestancia y exquisitez, tan fino era para jugar al futbol Sacchi que pareciera que les quitaba la pelota sin esfuerzo aparente... como si el contrario se la entregara fascinado por su presencia.Ninguno se tatuaba eran señoriales,educados.Pero europea en apariencia, por que nosotros los argentinos no queremos “ser “, sino “tener” cosas de allí, más que nada ropa, perfumes y modas.
como Provenian de las villas y de los migrantes de las provincias del interior,Esta leyenda no blanca hace hincapie en “El morocho” mas famoso en el futbol argentino Diego A.Maradona producto de mestizaje de los amerindios y los europeos.fue una mezcla descafeinada como tantos jugadores que provenian de las tribus aborigenes los comechingones,sanavirones de Cordoba y otras tribus (un total de 36) como los tehuelches,los tobas,los matacos, los ranqueles en el sur de Cordoba, de los cuales yo soy un ejemplo.Al igual que otros jugadores famosos como El “negrito” Garay,”la araña” Amuchastegui y “el hachita” Ludueña. (como dirían los relatores deportivos) guapos, los negritos... pero no confundir con los afros.
En el mundial de Qatar los observadores paradiaron sobre como incluso Alemania tenia un jugador negro, Argentina parecia no tener ninguno en la final contra Francia.
Esta es la dramatica historia ante la pregunta.¿Donde estan los negros afros de la Argentina?
Aqui esta la respuesta.
Estoy escribiendo por pedido de un amigo, un negro igual que yo, el es de Córdoba de la Nueva Andalucía, un servidor, de San Miguel de Tucumán, aunque nuestras caracteristicas fisicas no encajan dentro del prototipo de los bantues, congos o benguelas y de ningún individuo de origen africano, nosotros también somos negros, porque pertenecemos a esa mayoría que formamos los negros del interior del país Argentino, clasificación socio antropológica, con clara alusión a nuestro cabello negro y piel morena, que nos impuso la sociedad porteña de Buenos Aires, en los años en que se estaba gestando la Argentina como nación. Es un etiquetamiento que evidencia una incuestionable vocación racista de los precursores del porteñismo, vocación heredada de la Europa de la época que no obstante el paso del tiempo, el cambio de estructuras sociales y que la Argentina se construyó en un marco multirracial, siempre está latente en lo más profundo del corazón del hombre de Buenos Aires, que en la menor oportunidad las saca a la luz. Perdón, perdón estoy en las cerros de Ubeda, el tema va de negros, se trata de contestar a la pregunta de mi amigo José Ademán, la cual es: ¿Porqué no hay individuos de raza negra en Argentina? Porque los persiguieron y eliminaron, la contestación es tajante, escueta y dice la verdad, bastaría para zanjar la cuestión, pero por respeto al amigo voy a ser explicito y generoso, por lo tanto voy a entrar un poquito en la historia.
Los negros constituyeron la única emigración no voluntaria asentada en América. En lo que respecta a la Argentina el colectivo negro, fue introducido desde fines del siglo XVI hasta principios del Siglo XIX. Los primeros datos sobre permisos reales para introducir negros en lo que hoy es territorio Argentino, datan de tres años antes de la expedición de Pedro de Mendoza, pero no se puede hablar de introducciones regulares hasta que en 1588 se decomisaron en Brasil un lote de esclavos propiedad del obispo de Tucumán, Francisco de Vitória.
Se quiso mantener una sociedad señorial, perfectamente estratificada piramidalmente, es decir la limpieza de raza: blancos con blancos, indios con indios, y negros con negros, ese propósito de mantener la limpieza de raza, fue totalmente vulnerable para la madre naturaleza, así quedo demostrado con el paso del tiempo. Los Virreyes del Alto Perú, han sido los más celosos cumplidores de esa política en sus dominios, es por eso que la entrada y venta de negros estaba muy controlada en el tráfico del pacífico, ese control del tráfico esclavista tiene mucho que ver con lo que relataré más adelante. Es comprensible que Argentina no era un gran mercado por cuanto no existían, grandes plantaciones ni cultivos como en las Antillas y Brasil, sin embargo se establecieron tres mercados para ocuparse de la
trata de negros. El primero perteneció a la compañía francesa de Guinea, estaba situado cerca de lo que hoy es el parque Lezama. El segundo lo construyeron los ingleses en el Retiro, era propiedad de la South Sea Company. En 1771 el gobierno español estableció un mercado en las cercanías del Riachuelo, por el tipo de construcción se le denominó barracas y dió nombre a lo que en la actualidad es el tradicional barrio porteño de Barracas. En un principio la venta de negros se hacía para ocuparlos en servicios domésticos, nadie podía jactarse en la Argentina de ser señor, si no tenía por lo menos cinco esclavos a su servicio: cochero, cocinero, lacayo y peones, uno para la limpieza y otro para otros menesteres. Las misiones Jesuitas también fueron grandes compradores de esclavos, llegaron a tener en el momento de su expulsión más de dos mil negros. El tráfico de esclavos es ya de por sí denigrante, pero fueron los artesanos los primeros que le agregaron la especulación para hacerlo más vil aún, compraban esclavos, los hacían trabajar en sus talleres, y cuando aprendían el oficio los vendían a mayor precio; es decir vendían hombre y oficio. Se calcula que a lo largo de los siglos XVI y XVII, en Argentina se habían introducido unos cuarenta mil negros, considerando que la población de la gobernación de Buenos Aires y Tucumán era escasa, la proporción de africanos es exagerada, más aún si se tiene en cuenta, que en Argentina no existían plantaciones ni cultivos, que demanden una mano de obra numerosa. Para tener una idea de lo que digo, solo es necesario considerar que en Tucumán el cincuenta por ciento de la población eran negros, luego veremos porque había en Tucumán ese enorme porcentaje de individuos de raza negra. Los porteños que siempre fueron precoces en todo tipo de asuntos turbios, pronto comprendieron que la trata de negros era un gran negocio que dejaba pingües beneficios, y que la oportunidad estaba servida, se trataba de establecer mercados semiilegales, en Córdoba y Tucumán, para traficar con negros que luego serían introducidos clandestinamente en el Alto Perú a través de lo que se conoce en cartografía antigua, como Camino del Inca. Establecieron los mercados en Córdoba y Tucumán, compraban los negros a las compañías de Buenos Aires y los revendían a los compradores del Alto Perú por supuesto a mayor precio, he ahí la explicación de la numerosa introducción de negros en la Argentina, y del alto porcentaje de población negra en Tucumán, no era población estable, era población flotante, pues se trataba de negros que estaban de paso y que esperaban ser vendidos. La esclavitud establecida en suelo Argentino nunca fue sometida a las crueldades que soportaron los negros en los países con cultivos o plantaciones, sin embargo no se puede pensar que los negros esclavos en Argentina se libraron de atropellos, malos tratos y vejaciones, pero lo peor vino como consecuencia de su liberación. La abolición de la esclavitud en la Argentina se produjo en 1813 por dictamen de la Asamblea de ese año durante el gobierno del segundo triunvirato. La Asamblea de 1813 era un Congreso afrancesado, su nombre lo demuestra, ya no se denominaba corte, estaba copada por militantes de la Sociedad Patriótica y de la Logia Lautaro, eran hombres imbuidos de nobles propósitos que influenciados por el pensamiento de Rousseau y los principios de la
Revolución Francesa, se proponían cambiar la política errática del momento desarrollando una verdadera revolución democrática, pero había un grave problema, estos hombres dentro del concierto político nacional sólo eran una minoría selecta, por lo tanto es preciso resaltar que la Asamblea no era representativa y el país no se reconocía en ella, la burguesía comercial de la capital no estaba representada tampoco lo estaban los numerosos grupos tradicionalistas del interior. Esa falta de representatividad entrañaba un vicio insalvable de legitimidad y es harto sabido que los gobiernos que adolecen de esa imperfección han de cuidarse de no herir los sentimientos públicos y además no tienen derecho a equivocarse. Los políticos encendidos de la Asamblea desconocieron esos principios de sana política y su acción legislativa paulativamente fue encontrando enemigos, tal es así que para continuar su cometido hubo de recurrir a medidas de rigor que aumentaron su impopularidad. La Justa y loable Ley para liberar a los esclavos que en principio fue recibida con indiferencia por parte del pueblo no negro, pronto encontró sus detractores, como consecuencia de esa Ley la mayoría de los negros liberados se quedaron sin trabajo; Porque los amos no los querían a su servicio como hombres libres, o por que los negros abandonaron su trabajo en busca de nuevos horizontes. Ese gran paro hizo que una enorme masa de población negra, integrada por negros desplazados de la capital, y por los venidos del interior se fueran conglomerando en la periferia de la ciudad, principalmente en los predios que hoy son el Barrio de San Telmo. Muchos negros deambulaban durante el día por la ciudad en busca de ocupación y medios para vivir, ese nuevo fenómeno en una ciudad tan conservadora pronto causó inquietud y desconfianza entre las gentes de Buenos Aires, sobre todo entre los más adinerados, que sin perder tiempo hicieron llegar sus protestas a las autoridades. Se tomaron medidas paliativas, pero la situación no cambió, ya que para entonces los vecinos más importantes habían llegado a un consenso oculto: "Los negros tienen que desaparecer de Buenos Aires" presionaron los sectores más influyentes de la población nuevamente sobre las autoridades, y como el gobierno se había debilitado por su impopularidad cedió al plan porteñista. Se organizaron grupos de ex-soldados vestidos de paisano, armados (hoy escuadrones de la muerte) para hostigar y perseguir a los negros, esos grupos de choque cometieron toda clase de atropellos sobreellos.Apaleamientos, Torturas...
El fin era aterrorizarlos para que se marcharan de Buenos Aires, muchos negros temerosos por su suerte huyeron a la Banda Oriental y Brasil. A los más rebeldes pronto se los acusaba de cimarrones, eran hechos prisioneros y encerrados en los galpones de las barracas que antes habían servido como mercados de esclavos, ahí los infelices prisioneros eran maltratados peor que cuando eran esclavos. En el momento que en esa prisión improvisada había un lote numeroso de prisioneros se ponía en marcha el verdadero plan para su exterminación, los negros eran sacados de las barracas y con el engaño que iban a buscarles ocupación o trabajo en Brasil eran embarcados en navíos que estaban al mando de Guillermo Brown (Irlandes) o de Hipólito Bouchard (frances), ellos eran los ejecutores materiales del macabro plan, zarpaban del puerto y una vez en alta mar arrojaban a los negros al agua, cuando regresaban a tierra justificaban la acción aduciendo que se habían amotinado y que la única solución había sido arrojarlos al agua.Se tiene conocimiento que entre 1814 y 1815 se realizaron seis de esos viajes, de rutina-técnica-macabra. Estos hechos hicieron que los negros huyeran cuanto antes del territorio Argentino quedando en él sólo los individuos que estaban muy integrados en la sociedad de ese tiempo: Sastres, zapateros, carpinteros, albañiles y personal al servicio de grandes señores.
Hace años, en una oportunidad en que viajaba en talgo, de Barcelona a Madrid tuve de vecino de asiento a un negro de la Guinea Ecuatorial, un señor muy amable y educado, con el que mantuve una amena conversación durante el trayecto del viaje. Me contó que era profesor de Historia de las Américas de la Universidad estatal de Toronto, y que durante mucho tiempo se había dedicado a investigar acerca de toda la problemática de la esclavitud de los negros en el Continente Americano, cuando en nuestra conversación tocamos esa materia me réferi al asunto de los negros, que fueron arrojados al mar, el conocía el tema, me contó que en el archivo nacional de Lima, hay una crónica relacionada con la especie, que muy pocos investigadores le
dieron importancia y que algunos la atribuyen a Calixto Carlos Bustamante, cosa que no es posible, porque Concolorcorvo, parece que murió a finales del siglo XVIII, de todos modos, me dijo que esa crónica existe. En ella se cuenta el asesinato de Bouchard, en Palpa (Perú) lugar donde se encontraba retirado, a manos de un negro descendiente de una de las victimas ahogadas por el Almirante, tal negro vengador, le asestó tres hachazos en la cabeza, y de esa forma puso fin, a la vida del ahogador. AMIGO JOSE ADEMAN CREO QUE MODESTAMENTE HE CUMPLIDO CON USTED, LE CONTE EL MOTIVO POR EL CUAL NO HAY INDIVIDUOS DE RAZA NEGRA AFRICANA EN LA ARGENTINA. Quiero agregar algo que no debo callar, cuando leí el libro "El Vuelo" de Verbitsky, pensé: Los asesinos de la Escuela de Mecánica de la Armada se deben sentir orgullosos por haber emulado a los ahogadores Brounw y Bouchard. Muchas veces la mala memoria de los pueblos convierte en tozuda a la historia. Carlos Servando Ruiz
Sin la colaboración de mi asistente social esta nota no hubiera sido posible.gracias a Samiris ¡¡GRACIAS!!