Tensiones sin tregua: el peronismo profundiza su interna rumbo al debate por el Presupuesto bonaerense

POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior
Axel-y-Cristina
  • La interna del peronismo se agudizó tras la derrota del 26 de octubre y expuso diferencias entre Máximo Kirchner y Axel Kicillof.
  • El desdoblamiento electoral ejecutado por Kicillof sigue generando malestar en sectores cercanos a Cristina Kirchner.
  • El debate por el Presupuesto 2026 será un nuevo epicentro del enfrentamiento dentro del peronismo.
  • La elección del presidente de la Cámara de Diputados bonaerense enfrenta a Mayra Mendoza y Mariano Cascallares.
  • Kicillof evalúa desplazar a funcionarios camporistas si la Legislatura frena el Presupuesto o la toma de deuda.
  • El peronismo bonaerense atraviesa un escenario de fuerte disputa interna que promete escalar en los próximos meses.

Lejos de apaciguarse tras las últimas elecciones legislativas, la interna del peronismo volvió a tensarse y dejó al descubierto una disputa que no encuentra punto de conciliación. El resultado electoral del 26 de octubre no solo demostró un retroceso en las urnas, sino que también dejó expuestas diferencias que venían gestándose en silencio. La gestualidad de Máximo Kirchner durante el discurso de Axel Kicillof la noche de la derrota sintetizó un enfrentamiento político que hoy atraviesa a todo el Partido Justicialista.

Desde la sede de San José 1111 persiste el malestar por la decisión de Kicillof de desdoblar la elección provincial, una jugada que —según los sectores más fieles a Cristina Kirchner— impactó negativamente en la estructura nacional y terminó por debilitar al espacio en su totalidad. Para el gobernador bonaerense, en cambio, la estrategia respondió a su intención de consolidar un liderazgo propio y marcar distancia de las tensiones internas que, a su juicio, perjudicaban la gestión. Esa aspiración de centralizar el poder dentro del peronismo, reforzada por su postura férrea frente al gobierno de Javier Milei, explica en parte la creciente fricción con otros sectores del espacio.

El capítulo más inmediato de esta disputa se trasladará a la Legislatura bonaerense, donde el debate por el Presupuesto 2026 promete ser un escenario de confrontación abierta. En La Plata saben que el oficialismo provincial no contará con un acompañamiento pleno del peronismo, y que la batalla se jugará tanto en lo político como en lo simbólico. La Cámpora, bajo la conducción de Máximo Kirchner, y el Frente Renovador, con Sergio Massa operando desde un segundo plano, serán actores clave en la discusión.

Pero antes de ingresar al debate presupuestario, la disputa se hará visible en la definición de las nuevas autoridades legislativas. La elección del próximo presidente de la Cámara de Diputados provincial, que en otros tiempos podría haber sido un trámite de orden interno, hoy se convirtió en una pulseada determinante para medir fuerzas. El ala más cercana a Cristina Kirchner impulsa a la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, como candidata natural para presidir el cuerpo. Del otro lado, el kicillofismo promueve a Mariano Cascallares, referente del Conurbano y figura de confianza para el gobernador.

La conducción de la Legislatura es un factor estratégico: quien ocupe ese lugar tendrá influencia directa en la negociación del Presupuesto y en la toma de deuda, herramientas centrales para el funcionamiento del Ejecutivo provincial. Por eso, el respaldo a Mendoza o a Cascallares trasciende lo personal y se convierte en una batalla por el control político de la estructura bonaerense.

Frente a este escenario, Kicillof no está dispuesto a ceder sin dar pelea. Alegando su rol ejecutivo y la necesidad de garantizar gobernabilidad, el gobernador ya analiza medidas drásticas si se impone la posición de La Cámpora. Según dejaron trascender desde su entorno, en caso de que no prospere el Presupuesto o la autorización para endeudamiento, Kicillof podría avanzar en la remoción de los funcionarios camporistas que integran su gabinete. Se trataría de un gesto contundente, destinado tanto a reafirmar autoridad como a marcar un límite político frente a las presiones internas.

El panorama que se abre en el peronismo bonaerense es de alta densidad. La derrota electoral no logró ordenar al espacio ni generar una instancia de autocrítica común. Al contrario, revitalizó tensiones preexistentes, profundizó las grietas entre los distintos sectores y aceleró la disputa por el liderazgo de cara al futuro. Con un Kicillof decidido a reforzar su centralidad y una estructura kirchnerista que se niega a perder protagonismo, el debate por el Presupuesto aparece como el próximo escenario de una pulseada que promete escalar.

Últimas noticias
Te puede interesar
Lo más visto