El peronismo busca unidad ante el Presupuesto y las reformas que impulsa Milei

POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior
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  • El PJ busca una posición común frente al Presupuesto 2026 y las reformas que impulsa Milei.
  • Cristina Kirchner sigue controlando la conducción partidaria y supervisa las negociaciones.
  • Mayans y Martínez coordinan reuniones con legisladores, gobernadores y referentes de Fuerza Patria.
  • Cuatro gobernadores peronistas confirmaron su participación en la mesa nacional.
  • El PJ pretende recomponer vínculos con la nueva CGT, que rechaza la reforma laboral libertaria.
  • El desafío central: evitar fracturas internas y recuperar influencia política en el Congreso.

El peronismo comenzó a moverse en busca de una estrategia común frente a los proyectos económicos y laborales que el Gobierno de Javier Milei planea enviar al Congreso. Con el tratamiento del Presupuesto 2026 en el horizonte y la promesa oficial de debatir las reformas laboral, impositiva y tributaria, el PJ Nacional activó una serie de reuniones internas para acercar posiciones entre sus distintos sectores, incluidos los bloques de Fuerza Patria. El objetivo: definir una postura unificada en un momento de dispersión política y tensiones internas.

La conducción partidaria —que formalmente sigue en manos de Cristina Fernández de Kirchner— mantiene bajo su órbita a las principales figuras de coordinación: José Mayans y Germán Martínez, vicepresidentes del partido y jefes de los bloques de Fuerza Patria en el Senado y Diputados, respectivamente. Ambos comenzaron a articular los primeros encuentros con dirigentes legislativos y referentes provinciales, en un intento por ordenar la estrategia antes de que el oficialismo avance con sus iniciativas.

El primer paso fue una reunión en la sede de Matheu 130 entre los cinco vicepresidentes del PJ —Mayans, Martínez, Mariel Fernández, Ricardo Pignanelli y Lucía Corpacci— y las autoridades de los bloques parlamentarios. Allí se acordó iniciar una ronda de consultas más amplia, que incluirá a los secretarios partidarios y a los gobernadores justicialistas. En la agenda inmediata figuran dos encuentros: uno entre Mayans y los senadores de Fuerza Patria, y otro encabezado por Martínez con los diputados del espacio.

El peronismo buscará que los mandatarios provinciales tengan voz y peso en la definición de la postura que adoptará el partido. Cuatro de los seis gobernadores del PJ —Axel Kicillof (Buenos Aires), Gildo Insfrán (Formosa), Ricardo Quintela (La Rioja) y Sergio Ziliotto (La Pampa)— confirmaron su participación. En cambio, Osvaldo Jaldo (Tucumán) y Raúl Jalil (Catamarca) mantienen distancia con la conducción nacional, fundamentalmente por su decisión de alejarse del kirchnerismo.

A esa mesa de debate podría sumarse Gustavo Melella, gobernador de Tierra del Fuego y aliado histórico del peronismo, aunque sin pertenencia formal al PJ. En Matheu 130 no descartan que, de ser necesario, se convoque al Consejo Nacional o al Congreso partidario, los dos máximos órganos deliberativos de la estructura justicialista. La intención es reforzar la institucionalidad interna en torno a una agenda que, aunque legislativa, puede marcar el futuro político del espacio.

El diálogo con el movimiento obrero también aparece como una prioridad. La nueva conducción de la CGT, integrada por Christian Jerónimo (Vidrio), Jorge Sola (Seguros) y Octavio Argüello (Camioneros), aún no mantuvo encuentros formales con el PJ. Sin embargo, desde ambas partes reconocen que el proyecto de reforma laboral que circula —impulsado por la diputada libertaria Romina Diez— no contará con respaldo sindical. La iniciativa propone, entre otros puntos, la extensión de la jornada laboral, la regulación del derecho de huelga y la creación de salarios “dinámicos” o variables, ligados a la productividad.

La relación entre el peronismo y la CGT se encuentra en una etapa de redefinición. A diferencia del triunvirato anterior, encabezado por Héctor Daer y con vínculos más estrechos con la gestión bonaerense, la nueva conducción sindical busca mayor autonomía política. “Vamos a aportar desde nuestro lugar para construir una alternativa peronista en 2027”, señalaron desde la central obrera, en un mensaje que sonó tanto a independencia como a llamado a la reorganización partidaria.

En este contexto, Cristina Kirchner sigue de cerca las negociaciones desde su departamento en Recoleta, donde cumple condena por la causa Vialidad. Aunque su presencia pública es limitada, conserva influencia en la estructura del PJ y supervisa el proceso de debate interno. Sus interlocutores más cercanos aseguran que la expresidenta pretende evitar un enfrentamiento abierto entre los distintos sectores del peronismo, consciente de que la falta de cohesión podría dejar al espacio sin capacidad de incidencia legislativa.

El desafío para el partido es mayúsculo: construir una respuesta coherente a las reformas estructurales que propone Milei, en medio de tensiones internas, liderazgos dispersos y un escenario político dominado por la ofensiva libertaria. La búsqueda de unidad vuelve a ser, para el peronismo, tanto una necesidad como una prueba de supervivencia.

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