


Cuando el gobernador de Córdoba y el anunciado ministro del Interior, Diego Santilli, se sienten a la mesa este lunes, los que se verán las caras son dos viejos amigos. Uno necesita aceitar la ‘gobernabilidad’ que exige Estados Unidos y reunir voluntades federales para las reformas laboral y tributaria, y para la aprobación del Presupuesto. El otro necesita, sencillamente, plata. Recursos para una provincia que todavía no recibió de Milei nada más que lo que viene de la coparticipación.
En el oficialismo cordobés buscan que pase el temblor de la contundente derrota electoral en octubre para terminar de despertarse. Por eso uno de los cercanos a Llaryora define el ánimo ante la designación de Santilli: “Para nosotros es una buena noticia”. Llaryora y Santilli eran miembros de una Juventud Peronista orteguista -de Ramón Palito- a fines de los 90. Un grupo que incluía otros nombres como Sergio Massa, el exPRO y hoy director del Banco Central, Juan Curutchet, y hasta un jovencísimo José Ottavis. Pero el gobernador y el casi ministro son, además, amigos: el ‘Colorado’ llegó a viajar desde Buenos Aires para el casamiento del ahora mandatario provincial.
La amistad se mantuvo a lo largo del tiempo y es independiente de los vaivenes políticos de la carrera de cada uno -que, en el caso de Santilli, son muchos-, lo que facilitaría una negociación compleja. Es solo uno de los desafíos de Llaryora y el cordobesismo después de la derrota de octubre. Los otros son políticos, en especial lo que pueda suceder en el Congreso con la aventura de Provincias Unidas.
Todavía no está definido qué rol tendrá Schiaretti. En su entorno daban por descontado que con un triunfo iba a ganarse el derecho de guardar la escritura de Provincias Unidas en su cajón, y de quedarse con la presidencia del bloque. Hoy dicen que “Schiaretti tendrá un rol preponderante” pero que “no necesita ser presidente del bloque para ejercer el rol que le da su peso político”. Desde otras gobernaciones que son parte del armado coinciden en que tendrá centralidad dentro del bloque pero ponen en duda que sea la mejor opción para apuntalar una candidatura presidencial en 2027. En Córdoba juran que Llaryora no le va a soltar la mano, menos cuando fue quien insistió para que acepte ser el candidato en octubre y se exponga a una elección intermedia en la que el cordobesismo cuenta una larga lista de derrotas.
Para uno de los hombres fuertes del schiarettismo, Provincias Unidas consiguió el objetivo de llegar a diciembre con un bloque fuerte en términos numéricos y poner proa a 2027: “Eso es lo que hemos logrado. Somos la tercera fuerza, le guste a quien le guste”.
Más allá del prisma optimista, admiten que apuntaban a una elección de 10 u 11 puntos a nivel nacional. Se quedaron debajo de 8 y con derrotas sonoras en los dos distritos principales. “Para pensar en 2027 tenemos que tener 25 o 30 bancas”, se sinceran. Eso significa un interbloque heterogéneo, para lo cual saben que tendrán que “pegar con engrudo” las miradas diversas.
“No le vamos a pedir certificado de nada a nadie. Hay que sumar todas aquellas lanzas que podamos y ponerlas en la misma dirección”, resume un schiarettista de máxima pureza.
Socios de otras provincias prefieren ir con paso más firme y creen que no hay que “andar cazando por ahí y que después haya falta de identidad”. Se sumarían diputados de Encuentro Federal, podría haber acercamiento con la Coalición Cívica y algunas fuerzas provinciales. La gran incógnita es qué hará la Unión Cívica Radical, que contendrá a miembros de Provincias Unidas como los diputados que responden a Sadir o el propio Martin Lousteau. “La mayoría del radicalismo está cercano a nuestra idea, pero hay que ver cómo se resuelve eso al interior del partido radical”, dice alguien que articula el futuro de Provincias Unidas y está pendiente de quién conducirá la UCR que viene.
En cualquier caso, los diputados cordobeses de ese interbloque darían dar un voto positivo a las reformas que impulsa el presidente. Creen que son necesarias “más allá de lo que plantee Milei” e incluso añaden que hay que hacer reformas que tengan que ver con la producción “para que la vaca viva se siente a la mesa con la Vaca Muerta”. Consideran que todas esas reformas son “demandas de la sociedad” y prometen “poner límites” si los proyectos libertarios van demasiado lejos.
Por un lado, aprovecha la licencia del intendente de la capital provincial, Daniel Passerini, para delinear con él algunos cambios en el gabinete municipal que relancen la gestión en el camino a 2027. En ese trayecto deberá levantar la imagen y que surja un candidato, ya que el actual intendente no puede ser reelecto.
Por otro lado, la amenaza de que Natalia de la Sota traslade su despegue al plano de la Legislatura. Bernardo Kipscheer, que además de legislador es pareja de la diputada, podría dejar el bloque oficialista. Sin esa banca, el gobierno perdería mayoría legislativa. Llaryora se anticipó al movimiento y en una jugada rápida de rosca ajedrecística sumó a Federico Alesandri, legislador neokirchnerista, hijo de un histórico caudillo delasotista, y que además apoyó a Natalia en octubre. “Nosotros no tenemos precio, no tenemos dudas, no nos compran, acá nos vamos a quedar. El que se quiera quedar acá, bienvenido sea, y el que no que se vaya”, se enojó De la Sota en un acto partidario.
“Los aliados a Milei van a ser muchos. Sabemos que esto no va terminar bien: viene la reforma laboral, viene la reforma tributaria, viene la Ley Bases 2, y ya sabemos quiénes van a votar a favor de estas medidas del Gobierno nacional”, disparó la diputada en un tiro por elevación al cordobesismo.
Sobre esos difíciles escenarios deberá hacer equilibrio el gobernador Llaryora de cara a un 2027 donde tendrá que encontrar la fórmula de diferenciarse de Milei si no quiere sufrir las deposiciones de las palomas de iglesia, como definió el salteño Gustavo Sáenz a los libertarios cuando se relacionan con gobernadores amigables. Llaryora sabe que la voracidad de Karina Milei no tiene territorios prohibidos y que imagina una Córdoba violeta dentro de dos años.
CON INFORMACION DE PAGINA12.





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