El peronismo bonaerense busca rearmarse tras una derrota ajustada y una interna latente

POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior
DHQORNF5NNEDJD4NZJ6EBA7QEU
  • Mayra Mendoza reivindicó el rol del Conurbano y reavivó la bandera kirchnerista tras la derrota.
  • Kicillof defendió el desdoblamiento electoral y pidió “más militancia y organización”.
  • El peronismo perdió por unos 40 mil votos frente a Diego Santilli.
  • Massa y Máximo Kirchner acompañaron al gobernador, pero solo él habló en el búnker.
  • Intendentes reclamaron mayor protagonismo político tras quedar fuera de las listas.
  • El caso de Fernando Gray expuso las fracturas internas dentro del peronismo bonaerense.

El mensaje publicado por Mayra Mendoza minutos antes de que se conocieran los resultados de las elecciones legislativas de este domingo —“El Conurbano va a salvar la Patria y Cristina tenía razón (no importa cuándo leas esto)”— condensó el espíritu de una parte del peronismo bonaerense que esperaba repetir la épica del 7 de septiembre. Sin embargo, los resultados no acompañaron esa expectativa. En una elección que terminó con Fuerza Patria unos 40 mil votos por debajo de Diego Santilli, el oficialismo provincial vivió una noche de contrastes: entre la autocrítica, las tensiones internas y los intentos por proyectar unidad hacia 2027.

El kirchnerismo, con Mendoza como una de sus voces más expresivas, apuntó de inmediato al desdoblamiento electoral como el principal error político. Axel Kicillof había defendido hasta último momento la decisión de separar los comicios bonaerenses de los nacionales, estrategia que —según su entorno— permitió retener la gobernación y la estructura legislativa. “Si no desdoblábamos, perdíamos todo”, aseguró un ministro provincial al salir del búnker de La Plata. El gobernador, por su parte, evitó entrar en disputas internas, pero no dejó de marcar el rumbo político con un discurso enfocado en la “organización y la militancia”.

La noche en el búnker de Fuerza Patria reflejó el desconcierto de una coalición que esperaba celebrar. El clima cambió rápidamente: del entusiasmo previo a la cautela y el silencio posterior. En el segundo piso del edificio se reunieron Kicillof, Sergio Massa, Máximo Kirchner y Juan Grabois para acordar una línea común. El guion inicial, que incluía intervenciones de varios candidatos, se desarmó. Solo el gobernador habló ante la militancia, acompañado por una postal de unidad que incluyó a los principales referentes del espacio. “El peronismo va a redoblar los esfuerzos para cuidar a nuestra gente. Sin miedo ni tristeza. Más organización y militancia”, dijo ante los intendentes, dirigentes y militantes que llegaron hasta La Plata.

Dentro del Frente Renovador destacaron que el bloque peronista logró retener sus 46 bancas en el Congreso nacional y sumar una más por la provincia de Buenos Aires —pasando de 15 a 16—, aunque reconocieron que el resultado no alcanzó las expectativas. En los pasillos del búnker, algunos intendentes coincidían en que el llamado “voto útil” favoreció a La Libertad Avanza, producto de una mayor concurrencia a las urnas y de un electorado que, esta vez, no se inclinó por Fuerza Patria.

La interna peronista volvió a aparecer con fuerza. Fernando Gray, intendente de Esteban Echeverría y candidato de Unión Federal, obtuvo 45.500 votos, una cifra que coincide con la diferencia que separó al oficialismo de Santilli. “Habría que preguntarse por qué Gray sí estuvo con Fuerza Patria en la elección provincial y por qué no en la nacional. Si vamos a hacer una autocrítica, hay que hacerla entera”, deslizó un dirigente del entorno del gobernador.

Mientras tanto, los intendentes bonaerenses aprovecharon la oportunidad para reclamar un rol más protagónico. “Es un mensaje para los dirigentes nacionales para que entiendan que los intendentes somos los que tenemos los votos”, advirtió el jefe comunal de Ezeiza, Gastón Granados. La frase resume una tensión latente: la de los alcaldes que se sienten relegados por las decisiones de la cúpula partidaria y que buscan revalorizar su peso territorial.

En ese marco, el desafío inmediato del peronismo bonaerense es recomponer la unidad sin negar las diferencias. El kirchnerismo, con su épica del Conurbano, volverá a insistir en la centralidad de Cristina Fernández de Kirchner como referencia simbólica. Kicillof intentará mantener el equilibrio entre los distintos sectores y proyectar una conducción propia. Y los intendentes reclamarán que el futuro se construya “desde abajo”.

La derrota ajustada dejó heridas, pero también una certeza compartida: el peronismo deberá reinventarse si pretende volver a ser competitivo frente a La Libertad Avanza en 2027.

Últimas noticias
Te puede interesar
Lo más visto