Crisis en La Matanza: el PRO se retira del operativo de Milei y expone la interna oficialista

POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior
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  • El equipo del diputado Alejandro Finocchiaro (PRO) se retiró del operativo de fiscalización de La Libertad Avanza en La Matanza.
  • El conflicto se originó por presuntos desmanejos económicos en la organización del operativo electoral.
  • Las acusaciones apuntan a Luis “Lucho” Ontiveros, dirigente cercano a Sebastián Pareja.
  • Desde el Gobierno nacional niegan irregularidades y buscan minimizar la disputa.
  • La Matanza es el distrito con mayor peso electoral y donde LLA perdió por más de trece puntos en septiembre.
  • La crisis refleja la fragilidad de la alianza entre el PRO y los libertarios bonaerenses a horas de los comicios.

Las tensiones dentro de La Libertad Avanza (LLA) se intensificaron a horas de las elecciones legislativas. En la provincia de Buenos Aires, la ruptura entre libertarios y sectores del PRO alcanzó su punto más crítico con la decisión del equipo de Alejandro Finocchiaro de retirarse del operativo de fiscalización en La Matanza, el distrito con mayor peso electoral del país. La medida dejó al descubierto una fractura que amenaza con debilitar el control del oficialismo en una elección considerada estratégica.

Según confirmaron fuentes del propio espacio, el grupo de fiscales que responde al diputado nacional y exministro de Educación resolvió no participar del operativo previsto para este domingo, en medio de acusaciones internas sobre el manejo de fondos y la organización territorial. El conflicto se habría originado en discrepancias con Luis “Lucho” Ontiveros, dirigente con pasado peronista y hombre de confianza de Sebastián Pareja, armador político de La Libertad Avanza en la provincia y actual candidato a diputado nacional.

Las diferencias se arrastran desde hace semanas, pero estallaron en los últimos días cuando el equipo de Finocchiaro denunció presuntos desmanejos económicos vinculados a los recursos destinados para la fiscalización. En ese punto, apuntaron contra Ontiveros por un supuesto uso discrecional del dinero asignado a la logística electoral. Desde el sector de Pareja rechazaron las acusaciones y calificaron la versión como “una maniobra política” destinada a erosionar la conducción bonaerense del espacio.

Desde la Casa Rosada intentaron desactivar el conflicto, asegurando que la organización de la fiscalización “está garantizada” y que el operativo en La Matanza no se verá afectado. Sin embargo, en privado, algunos dirigentes admiten preocupación. El distrito —con más de un millón de votantes habilitados— representa uno de los escenarios más difíciles para el oficialismo, que en las elecciones del 7 de septiembre sufrió una derrota por más de trece puntos de diferencia frente a Unión por la Patria. En ese contexto, perder cohesión en la fiscalización podría tener un impacto directo en el resultado final.

La disputa, más allá de sus implicancias operativas, revela una lucha por poder dentro de la estructura bonaerense de LLA. Sebastián Pareja, cercano al jefe de Gabinete Guillermo Francos y con respaldo de sectores del gobierno nacional, viene consolidando su rol como principal referente territorial en la provincia. Finocchiaro, por su parte, mantiene su anclaje en el PRO y representa el ala más institucional dentro de la alianza. En los últimos meses, ambos protagonizaron choques por el control de los recursos y las designaciones locales, un enfrentamiento que ahora desemboca en el peor momento posible: la víspera de una elección.

En los pasillos de la sede libertaria reconocen que el malestar entre los socios del oficialismo bonaerense no es nuevo. “Hay desconfianza mutua y diferencias de estilos. El PRO quiere previsibilidad; los libertarios, autonomía. Esa tensión atraviesa toda la estructura”, comentó un operador que sigue de cerca el armado en el conurbano. Las versiones sobre presuntos desmanejos económicos terminaron de tensar la relación, y la falta de una intervención política desde la cúpula nacional dejó que la interna se profundizara.

El contexto electoral amplifica el conflicto. Con el sistema de Boleta Única de Papel (BUP) debutando a nivel provincial, el control del comicio adquiere una importancia decisiva. Tanto el Gobierno como los referentes libertarios vienen insistiendo en la necesidad de garantizar la transparencia del proceso, especialmente en distritos de alta complejidad como La Matanza. Pero con la retirada del equipo de Finocchiaro, la coordinación quedó fragmentada, y las advertencias sobre posibles irregularidades se multiplican.

Mientras tanto, desde el entorno del diputado nacional aseguran que la decisión de apartarse del operativo “no implica romper con el oficialismo”, sino “marcar un límite frente a prácticas que no se comparten”. En el círculo de Pareja, en cambio, interpretan el gesto como una señal política en medio del delicado equilibrio de poder que atraviesa la alianza libertaria.

A horas del inicio de la votación, el episodio desnuda una debilidad estructural en La Libertad Avanza: su dificultad para consolidar una red unificada en los distritos más populosos del país. Lo que comenzó como una disputa por la fiscalización terminó exponiendo la tensión de fondo entre los socios que sostienen el proyecto de Milei. En el corazón del conurbano, donde cada voto cuenta, esa grieta podría convertirse en un problema mayor.

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