El Gobierno busca recomponer alianzas en el Congreso para destrabar el Presupuesto 2026

POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior
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  • Los bloques dialoguistas rompieron el diálogo tras la suspensión de tres leyes votadas por el Congreso.
  • La Libertad Avanza evalúa acompañar un dictamen alternativo para mantener el superávit.
  • El bloque de Pichetto prepara un presupuesto con las leyes de emergencia y financiamiento universitario.
  • El oficialismo admite que podría retrasarse el cronograma de dictámenes.
  • Los bloques provinciales reclaman más protagonismo en la negociación.
  • EE.UU. habría instado al Gobierno a buscar consensos para sostener su agenda legislativa.

El Gobierno nacional intenta recuperar margen de negociación en la Cámara de Diputados para avanzar con la aprobación del Presupuesto 2026, luego de que los bloques dialoguistas dieran por terminada la ronda de conversaciones tras el nuevo conflicto por la suspensión de tres leyes votadas por el Congreso: las de Emergencia en Pediatría, Emergencia en Discapacidad y Financiamiento Universitario.

La Casa Rosada volvió a aplicar el mismo mecanismo que en ocasiones anteriores: promulgar las normas pero suspender su aplicación hasta que se definan las fuentes de financiamiento. La decisión, adoptada bajo el argumento de que “no hay fondos disponibles”, generó una fuerte reacción de los sectores que habían tendido puentes de diálogo con el oficialismo, y derivó en un quiebre en las negociaciones por el presupuesto.

Durante la última reunión de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, los bloques opositores anunciaron que comenzaron a elaborar dictámenes propios, en rechazo al texto impulsado por el Poder Ejecutivo. La decisión fue encabezada por los diputados del bloque Encuentro Federal, que integran la bancada de Miguel Pichetto, quienes confirmaron que presentarán un presupuesto alternativo que incluya las tres leyes suspendidas.

La Libertad Avanza, a la defensiva

Hasta hace unos días, La Libertad Avanza (LLA) consideraba que conservaba margen político para negociar, pese al creciente malestar por el incumplimiento de normas votadas en el Congreso. Pero el escenario cambió bruscamente. En las últimas horas, desde el oficialismo dejaron trascender que podrían “acompañar un dictamen alternativo”, siempre y cuando “se respete el equilibrio fiscal”.

“Podríamos acompañar un dictamen diferente al que mandó la Casa Rosada, siempre que haya superávit financiero, además del primario, y que la diferencia se financie con el 20% no indexado”, explicó una fuente del bloque libertario con llegada al presidente de la Cámara, Martín Menem.

El diputado de Encuentro Federal, Nicolás Massot, fue uno de los más críticos con la posición del oficialismo. Durante el debate del martes, expresó su malestar por la “falta de cumplimiento de las leyes” y adelantó que su bloque impulsará una propuesta “con las leyes que Milei no cumple”. El texto alternativo plantearía un superávit fiscal del 0,9% del PBI, frente al 2% previsto por el proyecto del Ejecutivo, y se financiaría con rentas generales.

El cronograma y las tensiones internas

La tensión se trasladó también al calendario de trabajo legislativo. En el oficialismo admiten que podría retrasarse la fecha del 4 de noviembre, prevista para la firma de dictámenes en comisión. “Ellos -por la oposición- fueron quienes propusieron la fecha, pero no creemos que podamos llegar, quizás se atrasa una semana”, señaló una fuente de LLA.

El comentario no cayó bien entre los diputados opositores. “Nosotros emplazamos y propusimos la fecha, y vamos a dictaminar. Si hay un problema, será del oficialismo”, respondió una fuente de Unión por la Patria, que busca capitalizar el desgaste del Gobierno en la discusión presupuestaria.

Si se mantiene el cronograma, la Comisión de Presupuesto y Hacienda podría recibir cuatro dictámenes: uno del oficialismo (con apoyo del PRO y la UCR), otro del peronismo, un tercero de la izquierda y un cuarto del bloque federal de Pichetto.

En medio de las indefiniciones, los espacios provinciales —Coalición Cívica, Democracia para Siempre y Encuentro Federal— reclaman mayor protagonismo. “Nosotros hablamos por los gobernadores”, advirtieron tras mantener reuniones con Martín y “Lule” Menem en la Casa Rosada.

Presión interna y externa por el consenso

En los pasillos del Congreso, pocos dudan de que el giro táctico del oficialismo responde también a la presión internacional. Según fuentes parlamentarias, Estados Unidos habría transmitido a la administración Milei la necesidad de “buscar consensos y acuerdos políticos estables”.

“Por más que les vaya muy bien, no van a tener número para aprobar nada. Si no negocian, sus reformas se van a ir frenando solas”, resumió un legislador que sigue de cerca las conversaciones.

Con el reloj corriendo y la paciencia de los aliados al límite, el Gobierno enfrenta el desafío de lograr un acuerdo presupuestario mínimo que le permita mantener el superávit y evitar una nueva derrota legislativa. La posibilidad de un dictamen de consenso aún no está descartada, pero el escenario político, cada vez más fragmentado, anticipa una votación ajustada.

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