Generación X ya juega para que la UCR no festeje

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Después de la maratón del jueves por la noche, cuando, tras el fallo judicial que ordenó ir a elecciones internas en la UCR, Rodrigo de Loredo bajó la lista de Generación X y Ramón Mestre se quedó con la candidatura oficial del partido centenario, el radicalismo cordobés entró en crisis.

Como consecuencia, el destino puertas adentro del partido, es incierto. El viernes, el presidente de la UCR provincial, Marcos Ferrer, ratificó que no haría campaña para Mestre y dejó entrever la posibilidad de pedir licencia a su cargo. Sus declaraciones encendieron tensiones con los núcleos que integran el oficialismo partidario, que lo apoyaron para que presida el espacio.

La chance de suspender sus funciones quedó en stand by. “Nos costó mucho lograr conducir el partido como para entregarlo ante la primera crisis. Estamos en un proceso de diálogo con Marcos para que continúe en la conducción, y que sea otra la persona se encargue de las gestiones operativas que pueda necesitar Mestre en la campaña”, confió un dirigente del espacio.

En paralelo, desde el frente de Generación X admiten que atraviesan un proceso de reflexión sobre lo ocurrido en los últimos días y los errores cometidos para no haber alcanzado el objetivo.

Por su parte, un dirigente de antaño en la UCR reflexiona y le pone palabras a un análisis sobre situación partidaria: “Generación X continúa en una posición opositora y no toma las riendas en ser el oficialismo del partido”.

Los núcleos aliados en el frente que pretendían la candidatura de De Loredo debaten puertas adentro. ¿Son deloredistas o radicales? A pesar de su rechazo a Mestre, ¿harían campaña en contra de la Lista 3? Son algunos de los pensamientos por delante.

El concejal Sergio Piguillem acompañó a Generación X, pero su límite siempre fue Milei, y siempre se lo expresó al partido. Consultado sobre la posición de su espacio frente a la campaña que se viene dijo: “vamos a ocupar los cargos partidarios y, desde esos lugares, vamos a garantizar la fiscalización. Pero no haremos campaña ni asumimos responsabilidades en lo que viene. Cuidar la institucionalidad del partido es irrenunciable para Asamblea Radical”, señaló.

La posición en la que quedó la UCR de cara a 2027 es delicada. La grieta que se profundizó en la previa a la elección de candidatos dejó heridas abiertas. El desafío del partido aún sigue siendo  el de lograr la unidad si piensa ser el espacio que pretende gobernar la Provincia de Córdoba y hacerle frente a Luis Juez.

Fuego amigo

En Más Radicalismo empezaron a planificar la estrategia para octubre. Hay molestia por la decisión de un sector enojado, que como perdieron la interna, ahora prefieren que la UCR le vaya mal.  “Como no pueden patear el penal, se llevan la pelota”, graficó Franco Jular, candidato a diputado nacional de la Lista 3.

“De Loredo y Ferrer son responsables de lo que sucedió. En estos tres meses nunca hubo un llamado de Bria ni de Ferrer a los constructores de Más Radicalismo. Ellos dilataron el proceso electoral y se jactan diciendo que Yacobitti y la Justicia Federal los iban a respaldar. Ahora dicen que el peronismo estuvo detrás del juez Vaca Narvaja. Fallaron en la estrategia judicial y no se hicieron cargo. Siempre es más fácil echarle la culpa al resto, que asumir el error”, dijo otro referente del espacio radical.

El futuro de De Loredo es incierto. En su entorno hay un silencio absoluto sobre la decisión final. No ser candidato empieza a perfilarse como alternativa frente a la única salida posible: competir por fuera de la UCR.

Ser candidato por fuera de la UCR presenta dos opciones posibles: aceptar el tercer lugar en la lista de La Libertad Avanza o encabezar una boleta con un sello prestado, que algunos operadores ya están gestionando. Esta última jugada podría significar el quiebre del radicalismo cordobés: detrás de la salida de De Loredo se alistaron dirigentes dispuestos a fragmentar el partido, unidos por su rechazo a Mestre y dispuestos a abandonar la campaña antes de verlo ganador.

Por ahora, los análisis son de cortísimo plazo: miran las legislativas como si fueran el final de un campeonato y no el entretiempo de una jugada donde el verdadero objetivo es la gobernación para el 2027. Mientras tanto, en Generación X repiten un mantra: “En política nadie está muerto. Lo demostró Ramón y lo sostenemos por Rodrigo”.

Se oficializó cuál era el Plan B

Antes del jueves ya se conocía: el oficialismo partidario planeaba reflotar una alternativa de Juntos por el Cambio. La fórmula incluía avances con Aurelio García Elorrio y un sector del PRO. El revés judicial —que también sacudió al macrismo cordobés— cambió por completo la jugada que se venía cocinando.

CON INFORMACION DE DIARIO ALFIL, SOBRE UNA NOTA DE CAROLINA BIEDERMAN.

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