La vacante del centro político en una Argentina de extremos

OPINIÓN Agencia de Noticias del Interior
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  • El arzobispo de Rosario bendijo 80 ollas vacías como símbolo del hambre y la solidaridad comunitaria ante la ausencia del Estado.
  • El Congreso aprobó fondos para el Garrahan y universidades, pero Milei ratificó su prioridad por el superávit fiscal, con recortes selectivos.
  • La centroderecha carece de un liderazgo claro tras el declive de Macri; gobernadores e intendentes exploran una alternativa de centro para 2027.
  • El PRO se fragmenta: algunos dirigentes migran a La Libertad Avanza, otros buscan nuevos espacios.
  • En Santa Fe, gremios docentes denuncian imposiciones en paritarias y salarios insuficientes.
  • Los partidos negocian listas para las elecciones nacionales, con internas en el peronismo y definiciones en LLA y el sector de Amalia Granata.
  • Persiste un vacío político en torno a una propuesta sólida, coherente y de centro que represente un proyecto de país.

La imagen fue potente: ochenta ollas vacías bendecidas por el arzobispo de Rosario, Eduardo Martín, bajo la bandera que cosieron manos anónimas hace más de dos siglos. Ollas sin comida, pero cargadas de sentido, en manos de mujeres que, cuando el Estado no llega, se convierten en la red de contención más elemental para los que tienen hambre. La misma solidaridad que practican excombatientes de Malvinas, testigos de lo que significa el abandono.

En ese mismo país donde el Congreso aprobó, con amplia mayoría, fondos para el Garrahan y las universidades, el Presidente respondió con un tuit seco: “El superávit no se negocia”. No siempre muestra la misma firmeza para ajustar otras áreas: seguridad, inteligencia o beneficios fiscales para amigos. Puede callar insultos en el discurso, pero los hechos siguen siendo una forma de agravio. Gobernar es elegir prioridades, y Milei ha elegido quiénes quedan dentro y quiénes afuera de la agenda estatal.

Mientras tanto, el tablero político se reacomoda. Mauricio Macri, ejemplo de ascensos y caídas fulminantes, deja a la centroderecha sin un referente claro. Gobernadores, intendentes y nuevos espacios tantean si podrán armar una opción de centro que recupere a votantes que se fueron con Milei. El PRO se desguaza: algunos migran a La Libertad Avanza, otros, como María Eugenia Vidal, buscan refugio en proyectos en gestación. El interrogante es si en 2027 volveremos a un escenario de tres tercios.

En Santa Fe, la tensión docente expone otro costado del malestar. Sindicatos como UDA y AMSAFE denuncian imposición en las paritarias y salarios que bordean la indigencia. Al mismo tiempo, se definen las listas para las elecciones nacionales: Unidos intenta acordar una nómina común; el socialismo tantea alternativas; el peronismo lidia con internas entre Rossi, Toniolli y el sector de Perotti, que podría romper y competir con sello propio. En La Libertad Avanza, Romina Diez lleva el armado, y Amalia Granata podría encabezar en su espacio.

Argentina sigue reclamando un proyecto de gobierno sólido. Milei gobierna, sí, pero a su manera: con recortes como bandera, prioridades selectivas y una lógica que deja demasiadas ollas –reales y simbólicas– esperando llenarse. El espacio de una propuesta política con personalidad, coherencia y visión de país sigue vacío.

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