¿Por qué Milei ninguneó a Llaryora en la presentación de los F16?

La reciente presentación de los aviones F16 adquiridos por el gobierno nacional a Dinamarca, realizada por el presidente Javier Milei en Córdoba, evidenció una clara omisión: la notable ausencia de los funcionarios provinciales. Este acontecimiento no solo fue un despliegue militar, sino también reflejo de una política de ninguneo que merece ser analizada con detenimiento.
El gobernador Martín Llaryora, quien se recupera de una operación, no pudo asistir, al igual que la vicegobernadora Myrian Prunotto y el intendente de Las Higueras, Gian Luchessi, anfitrión del evento. La situación resulta inquietante, ya que estos dirigentes fueron relegados a una tribuna, relegados al papel de espectadores, al tiempo que las autoridades nacionales disfrutaban del espectáculo al margen de su comunidad. Es evidente que la Casa Rosada no extendió invitaciones adecuadas, no solo al gobernador, sino a toda dirigencia local, lo que podría interpretarse como un menosprecio a la importancia de los vínculos territoriales.
Prunotto intentó minimizar este hecho, afirmando que “no fuimos invitados, pero es lo de menos”, destacando su cercanía con la ciudadanía. Sin embargo, este intento de desdramatizar la situación no oculta la gravedad del desprecio hacia los representantes locales. La voz de los ciudadanos debería ser el eco de sus líderes, y su ausencia en un evento de tal magnitud plantea serias interrogantes sobre la relación entre el gobierno nacional y las autoridades provinciales.
La reacción de las autoridades locales no se hizo esperar; organizaron una cumbre paralela con el objetivo de mantener un vínculo directo con la gente, desafiando la desidia de la administración central. Esta acción resalta un espíritu de resistencia frente al desdén institucional, pero también pone en evidencia la falta de coordinación entre los distintos niveles de gobierno.
Llaryora, aunque ausente físicamente, emitió una declaración en redes sociales donde subrayó la relevancia de la llegada de las aeronaves para la provincia. No obstante, omitir cualquier mención a las autoridades nacionales en este contexto refuerza la percepción de un desencuentro entre los dirigentes locales y el gobierno central. Su mensaje, lleno de orgullo por la capacidad de Córdoba, contrasta claramente con la inacción de una Casa Rosada que parece olvidarse de sus aliados fundamentales en el territorio.
En conclusión, la falta de invitaciones a funcionarios provinciales en un evento de esta envergadura no debe ser vista como un simple descuido protocolar. Representa una oportunidad perdida para construir puentes en lugar de muros. La relación entre los gobiernos nacional y provincial es crucial para el desarrollo armónico del país. Ignorarlas no solo perjudica la imagen del gobierno central, sino que también mina la confianza pública en un sistema político que debería ser inclusivo y colaborativo. Córdoba, como el resto de las provincias, demanda reconocimiento y respeto en su papel fundamental en la construcción colectiva de la nación.