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Lima, la ciudad donde casi nunca llueve, en emergencia por el ciclón Yaku

INTERNACIONALES 15/03/2023 Renzo Gómez VEGA
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Llueve tan poco en Lima que, cuando sucede, sus habitantes se preparan para un diluvio. Entre el siglo pasado y este, solo llovió con fuerza en la capital en 1925, en 1970 y ahora en 2023. Cada una de esas ocasiones ha sido un acontecimiento y, a su vez, un desastre. Si en marzo de 1925 la capital peruana se quedó a oscuras durante dos semanas tras haber colapsado el servicio eléctrico; en enero de 1970, más de 2.000 casas se derrumbaron, los ríos se desbordaron y la ciudad quedó aislada. El pánico ha retornado ahora, debido a una serie de condiciones climatológicas, entre ellas la aparición del ciclón Yaku (agua en quechua). El último domingo, el Ejecutivo declaró el Estado de Emergencia en 483 distritos de 17 regiones del país, principalmente de la costa y la sierra.

El fenómeno inició su ruta en los primeros días de marzo, a 500 kilómetros de las regiones Tumbes y Piura. Casas desmoronadas, colegios, mercados y hospitales no operativos, calles bloqueadas y aguas marrones hasta la cintura es el drama de la costa norte por estos días. Una escena que se repite cada verano y que siempre coge desprevenido al Estado y a la sociedad civil, aunque esta vez el daño ha sido más devastador. Según el Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN), desde que la temporada de lluvias comenzó en septiembre ha dejado un saldo de 61 fallecidos, 57 heridos y 12.870 damnificados.

En Lima, la alerta se activó la semana pasada con lluvias inusuales que obligaron a los ciudadanos a cubrirse con cartón, improvisar impermeables con bolsas de plástico y emplear sombrillas como si fuesen paraguas. “Lima no está preparada para las lluvias”, ha declarado la ministra de Vivienda, Construcción y Saneamiento, Hania Pérez de Cuellar. Una sentencia que puede escucharse en televisión y en cualquier esquina. Como han señalado los especialistas, las zonas más vulnerables son aquellas que se ubican en las partes altas, cerca a las quebradas. Ello ya ha hecho mella en una treintena de viviendas de material noble en los distritos de Comas y Puente Piedra que se han visto visiblemente afectadas.

El incremento del caudal de los ríos Huaycoloro, Rímac y Chillón en las últimas horas no es un buen presagio para la capital. Más aún cuando el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi) ha pronosticado que entre este martes y el miércoles podría llover en Lima hasta cinco milímetros, que equivalen a cinco litros de agua por metro cuadrado. “Para Lima es extremo, porque somos una ciudad de llovizna, no de lluvia”, remarca el Senamhi. El alcalde, Rafael López Aliaga, propuso que este martes fuera un día no laborable, pero además hizo una exhortación religiosa: “Los invito a hacer una cadena de oración para que no sea tan fuerte el embate de la naturaleza”.

La presidenta de la República, Dina Boluarte, quien sobrevoló los ríos en helicóptero para verificar el aumento de su cauce, realizó algunos anuncios. Un buque de las Fuerzas Armadas partirá en los próximos días llevando ayuda humanitaria a las zonas más vulnerables y presentará un proyecto de ley al Congreso para promover la creación de la Autoridad Nacional de Infraestructura, entidad que se encargará de la prevención y control de cuencas para evitar huaycos e inundaciones. “Organícense en sus barrios, y en sus cuadras, con sus hijos. Activen las medidas de prevención y los planes de contingencia para protegerse y proteger a nuestras familias. Hacemos un llamado a los gobernadores regionales y a los alcaldes a actuar de inmediato. (…) el ciclón Yaku ha llegado y ha encontrado un Estado desabastecido”, lamentó Boluarte.

Debido a la lluvia incesante durante la madrugada de este martes, las aguas en el distrito de Chosica alcanzaron los 3,9 milímetros; en Villa María del Triunfo, 2,4 milímetros; en La Molina, 2,3 milímetros, entre otros. Al este de Lima, en la localidad de Huaycán, 150 casas colapsaron tras la caída de un huayco mientras que en el distrito de San Miguel 15 viviendas están en peligro.

De acuerdo a los meteorólogos, Yaku está dirigiéndose hacia el oeste y alejándose cada vez más de las costas. Lo que estamos viviendo, aseguran, son sus efectos. Aun así, el temor será latente en tanto el país siga sin sistemas de drenaje, diques de protección, mapas de prevención de riesgos y se continúen construyendo casas en las riberas.

Fuente: El País

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