Milei busca blindar su gobernabilidad: la elección que define su “pared de defensa” en el Congreso

POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior
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  • Milei busca alcanzar un tercio de Diputados (86 bancas) para garantizar el veto y evitar juicios políticos.
  • LLA solo renueva 8 bancas, pero podría duplicar su bloque actual.
  • Una buena elección (35% o más) lo acercaría al objetivo con ayuda del PRO.
  • El bloque de Provincias Unidas podría reunir 20 a 30 diputados y ser decisivo.
  • Unión por la Patria mantendría entre 85 y 100 escaños, primera minoría.
  • El Gobierno deberá mostrar voluntad de negociación para sostener la gobernabilidad en 2026.

En la antesala de unas elecciones legislativas decisivas, Javier Milei trazó una meta clara: alcanzar un tercio de la Cámara de Diputados. Con esa cifra —86 bancas propias—, el Presidente podría sostener su poder de veto frente a las iniciativas opositoras y, al mismo tiempo, bloquear eventuales intentos de juicio político. En palabras del propio mandatario, se trata de construir una “pared de defensa” que garantice la continuidad de su plan económico sin sobresaltos durante la segunda mitad de su mandato.

Actualmente, La Libertad Avanza (LLA) pone en juego apenas 8 de sus 37 bancas, por lo que el oficialismo sabe que, incluso en un escenario adverso, su representación crecerá. La cuestión, sin embargo, no pasa tanto por la cantidad de escaños que sume, sino por la capacidad de Milei para alcanzar el umbral que asegure gobernabilidad.

El Presidente ha dejado en claro que no está dispuesto a repetir los traspiés parlamentarios que sufrió durante su primer año, cuando la falta de apoyo en el Congreso derivó —según su entorno— en una sucesión de derrotas políticas y turbulencias económicas. De allí su decisión de mantener sancionadas, pero no aplicadas, leyes como las emergencias en discapacidad y pediatría, o el financiamiento universitario: una maniobra que, si bien le permitió evitar costos inmediatos, encendió alarmas por su dudosa constitucionalidad y su efecto de radicalización opositora.

En el tablero político, Milei depende de tres factores: su propio desempeño electoral, el acompañamiento del PRO y la evolución del bloque de gobernadores nucleado en Provincias Unidas, una alianza transversal que agrupa a mandatarios de distintos signos, como Martín Llaryora (Córdoba), Maximiliano Pullaro (Santa Fe) y Gustavo Valdés (Corrientes). Ese espacio, con figuras de peso como Miguel Pichetto y Juan Schiaretti, podría reunir entre 20 y 30 diputados y convertirse en árbitro de la nueva Cámara.

Una buena elección, cercana al 35% a nivel nacional y con triunfos en distritos clave —Córdoba, Santa Fe, Mendoza, CABA y Entre Ríos—, permitiría a Milei alcanzar el tercio casi sin dificultades. Un resultado intermedio, entre 30% y 34%, lo obligaría a negociar con gobernadores y aliados para alcanzar el mismo objetivo. Pero una mala elección, con menos del 30% y derrotas en territorios estratégicos, lo dejaría a merced de los mandatarios provinciales, quienes podrían condicionar cada votación a cambio de recursos fiscales.

En paralelo, Unión por la Patria arriesga 46 de sus 98 bancas y podría oscilar entre 85 y 100 escaños, conservando el lugar de primera minoría. Ese dato no es menor: los peronistas seguirán controlando buena parte de las comisiones parlamentarias, donde se definen los dictámenes clave para la aprobación de proyectos.

Los gobernadores, actores decisivos en los últimos meses, ya demostraron su poder de fuego: acompañaron la Ley Bases y el DNU 70, pero también frenaron el financiamiento universitario y la emergencia en Discapacidad. Su comportamiento pendular refleja la lógica transaccional que domina la política argentina: reclaman fondos, obras y autonomía, y el Gobierno deberá mostrar voluntad de diálogo si quiere evitar nuevos bloqueos.

El riesgo para Milei es que la estrategia de polarización —efectiva en campaña— lo deje sin puentes para negociar. En ese contexto, figuras cercanas al oficialismo reconocen que será necesario un cambio de tono y la incorporación de funcionarios con capacidad política. Los recientes rumores sobre un recambio en el Gabinete y la expectativa por el futuro del esquema cambiario suman incertidumbre a un escenario donde cada movimiento cuenta.

Mientras tanto, partidos tradicionales como la UCR, la Coalición Cívica o los bloques provinciales enfrentan el desafío de no desaparecer en medio de la reconfiguración del mapa político. Si logran sostener su independencia, podrían transformarse en el reservorio de votos que el Gobierno necesite para destrabar proyectos específicos.

Con el recuerdo fresco de un año de tensiones institucionales, renuncias ministeriales y turbulencias cambiarias, Milei se juega mucho más que una elección legislativa. El resultado del domingo definirá el equilibrio de poder en el Congreso y, sobre todo, el margen de maniobra para avanzar con las reformas de “segunda generación” que el Presidente promete desde su llegada a la Casa Rosada.

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