Macri, entre la prudencia y la expectativa: el PRO redefine su rol tras las legislativas

POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior
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  • Macri afirmó que Milei “sabe su número” y que está dispuesto a colaborar si el Presidente lo convoca.
  • El líder del PRO negó negociaciones por cargos y pidió fortalecer la gobernabilidad.
  • El partido perderá nueve bancas en Diputados tras las legislativas.
  • En el PRO crece el debate sobre el vínculo futuro con La Libertad Avanza.
  • Dirigentes evalúan tres caminos: oposición constructiva, integración parcial al Gobierno o reconstrucción partidaria.
  • Macri busca mantener autonomía política y preservar su rol como figura de referencia.

Mauricio Macri volvió a escena este domingo con un mensaje medido pero cargado de señales políticas. “Él sabe mi número. Si necesita algo, me va a llamar”, respondió al ser consultado sobre un eventual diálogo con Javier Milei después de las elecciones legislativas. Lo hizo con tono calmo, luego de emitir su voto en un colegio porteño, y con un mensaje que buscó dejar en claro dos cosas: su disposición a colaborar con el Gobierno y su intención de mantener autonomía en las decisiones del PRO.

Macri remarcó que está dispuesto a “ayudar a generar gobernabilidad y aportar al cambio”, aunque subrayó que su espacio “no está negociando cargos”. En un gesto que pareció dirigido tanto al oficialismo como a su propia tropa, pidió “reforzar el equipo” y “generar estabilidad” para que la Argentina pueda crecer. “Yo espero que el gobierno emprenda esta agenda de cambio que todo el mundo espera, que refuerce su equipo y la gobernabilidad”, insistió.

El ex presidente también se refirió al clima económico que rodea a la jornada electoral. “Espero que una elección pareja calme al mercado y le dé al gobierno la oportunidad de plantear cambios en serio, con mayor capacidad de gestión. Eso reforzaría los esfuerzos que hizo Milei para sacar a la Argentina de la crisis que dejó el populismo irresponsable”, evaluó. Y cerró con una frase que sonó a deseo de normalidad: “Un lunes tranquilo, un lunes tranquilo”.

El PRO, entre la contención y la reinvención

Mientras Macri ensaya gestos de respaldo institucional, el PRO se prepara para un escenario complejo. La bancada amarilla en la Cámara de Diputados pasará de 35 a 26 miembros, una merma que anticipa tiempos difíciles para el partido fundado en 2005. “Cada voto será clave, pero ya no alcanza”, admiten en la sede de la calle Balcarce, donde reconocen que la elección abre una nueva etapa: la de la redefinición política y el debate interno sobre el vínculo con La Libertad Avanza.

Según fuentes cercanas al exmandatario, el clima dentro del PRO oscila entre la cautela y la incertidumbre. “Después de la elección se verá. Dependerá de la decisión del Presidente”, reconocieron a Infobae allegados a Macri, en línea con el tono prudente del propio líder. Sin embargo, en la intimidad partidaria crece la convicción de que el PRO debe repensarse más allá de Milei.

Un dirigente de peso dentro del partido lo sintetizó así: “El PRO necesita un debate profundo sobre su posicionamiento. Si quiere ser una opción superadora, tiene que construirla desde ahora, sin esperar a que Milei decida”.

Tres posibles caminos

El macrismo analiza tres escenarios para el día después. El primero contempla una elección adversa para el oficialismo, lo que fortalecería a los sectores que proponen marcar distancia de La Libertad Avanza y reconstruir una identidad propia con miras a 2027. Sería un retorno a la lógica de oposición “racional” pero firme, con eje en la institucionalidad y la gestión.

El segundo escenario depende de la apertura del presidente Milei. Si el Gobierno convoca a figuras del PRO para reforzar el gabinete, podrían sumarse dirigentes como Guillermo Montenegro, Diego Santilli o Cristian Ritondo. Sin embargo, la incógnita radica en si esas incorporaciones responderían a acuerdos políticos o a entendimientos personales, como ocurrió en el caso de Patricia Bullrich.

El tercer escenario, el más complejo, apunta a la contención interna. Con menos bancas y presencia territorial menguante, el PRO enfrenta el desafío de evitar fracturas. En distritos clave como Córdoba y la Ciudad de Buenos Aires, las divisiones son profundas: la marca PRO desapareció de las boletas porteñas y en la provincia mediterránea se fragmentó en tres sectores.

Macri, que se muestra como garante de equilibrio y experiencia, deberá decidir si su liderazgo se orienta a sostener la alianza con Milei o a reconstruir un espacio propio. Por ahora, su estrategia es el silencio prudente. El teléfono, como dijo él mismo, está disponible.

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