Máximo Kirchner anticipa la vuelta del peronismo con posible incremento de Bienes Personales y la pulseada fiscal se recalienta

POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior
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  • Máximo Kirchner anticipó que el peronismo podría subir el impuesto a Bienes Personales si vuelve al gobierno, criticando la reducción actual.
  • La declaración generó repercusión en redes y medios, con analistas advirtiendo que el primer paso del PJ sería aumentar impuestos.
  • La gestión de Javier Milei promovió la reducción progresiva de Bienes Personales como bandera de alivio fiscal y estímulo a la inversión.
  • Se implementó un régimen de cancelación anticipada que benefició a contribuyentes de altos patrimonios y buscó repatriar capitales.
  • La oposición cuestiona que la medida de Milei dinamizara la economía y sostiene que solo benefició a un sector reducido.
  • El debate sobre Bienes Personales se proyecta como un tema central en la campaña y la discusión presupuestaria, reflejando un choque de visiones económicas.

En medio de la campaña hacia las elecciones legislativas, Máximo Kirchner volvió a colocar la discusión impositiva en el centro de la agenda política. Consultado en una entrevista streaming sobre qué medidas tomaría el peronismo en caso de regresar al gobierno, el diputado nacional y presidente del PJ bonaerense señaló que “la cuestión impositiva en Argentina debe ser abordada de manera madura y en serio”. Para ilustrar su posición, criticó la política actual sobre Bienes Personales: “Este gobierno, por ejemplo, bajó bienes personales y nadie está viendo que esto haya servido para que la economía argentina se dinamice”.

La declaración de Máximo Kirchner rápidamente cobró relevancia en redes sociales. En su cuenta personal de X, el usuario oficialista Agarra la pala compartió la propuesta del dirigente, enfatizando que uno de los primeros pasos del peronismo sería restablecer las alícuotas de Bienes Personales “como estaba el 9 de diciembre”. La medida generó repercusiones inmediatas en el ámbito mediático, con Jonatán Viale advirtiendo en su programa televisivo que “lo primero que va a hacer el peronismo es subir impuestos”.

Desde su llegada a la Casa Rosada, el presidente Javier Milei promovió un fuerte mensaje de alivio fiscal, con la reforma de Bienes Personales como uno de los ejes más visibles. La gestión libertaria argumentó que el impuesto, históricamente resistido por sectores de altos patrimonios, limitaba la inversión y fomentaba la fuga de capitales. Por ello, se impulsó una reducción progresiva de las alícuotas y un sendero hacia la unificación de tasas, con el objetivo de simplificar el esquema tributario y ofrecer incentivos a la repatriación de capitales.

El gobierno también implementó un régimen especial de cancelación anticipada, que permitía a los contribuyentes de mayores patrimonios pagar por adelantado una suma cerrada, quedando liberados de futuras obligaciones. La medida fue defendida por Milei como un incentivo a la formalización de activos y a la inversión productiva, mientras que la oposición la criticó como un “perdón fiscal encubierto” destinado a los sectores más ricos. La reforma se consolidó en el Congreso gracias al apoyo de bloques aliados y al argumento de que la rebaja del impuesto se compensaría a mediano plazo con mayor actividad económica.

La discusión parlamentaria, sin embargo, no estuvo exenta de tensiones. Gobernadores y legisladores opositores alertaron sobre la pérdida de recursos coparticipables, dado que Bienes Personales es una de las principales fuentes de recaudación para las provincias. Aun así, la reforma fue aprobada y se convirtió en un símbolo de la gestión libertaria en materia fiscal, uniendo la promesa de alivio impositivo con la intención de atraer capitales que tradicionalmente se resguardaban en el extranjero.

El debate ahora se reabre con las declaraciones de Máximo Kirchner. La oposición sostiene que la reducción de Bienes Personales durante la gestión de Milei no tuvo un impacto significativo en la economía real, beneficiando únicamente a un sector reducido de la población. Desde el oficialismo, en cambio, defienden que el alivio fiscal era necesario para estimular la inversión y formalizar el capital interno, aunque reconocen que los efectos macroeconómicos tardarán en reflejarse.

En este marco, la pulseada fiscal entre el peronismo y el gobierno libertario se proyecta como un tema central para los próximos meses, no solo en términos de recaudación, sino también como elemento de campaña. La propuesta de restaurar las alícuotas previas de Bienes Personales se inscribe en la narrativa del PJ de recuperar recursos para inversión social y fortalecer la coparticipación provincial, mientras que Milei apuesta a consolidar su bandera de alivio impositivo y estímulo al ahorro privado.

La tensión sobre Bienes Personales refleja, así, un choque de visiones económicas y políticas que anticipa un debate intenso en el Congreso y en la opinión pública de cara a los comicios y a la discusión presupuestaria del próximo período. En este escenario, cada declaración y cada medida fiscal se convierte en un mensaje directo tanto para los votantes como para los sectores económicos que siguen de cerca la estrategia de ambos espacios políticos.

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