Tensiones en el PRO: reclamos internos, reproches a Milei y dudas sobre la alianza con LLA

POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior
2GSWM2CQI5H7JJWII4KMIFBTHI
  • La derrota bonaerense reavivó tensiones en el PRO: Gisela Scaglia pidió revisar el vínculo con LLA y generó enojo interno.
  • Dirigentes cercanos a Macri denuncian haber sido “estafados” y cuestionan la pérdida de identidad partidaria.
  • Algunos referentes valoran haber retenido siete bancas, pero otros señalan fallas de campaña, fiscalización y falta de “épica”.
  • Los defensores de la alianza advierten que romperla ahora sería “entregarle la llave al kirchnerismo”.
  • Macri se mantiene distante y molesto, mientras Karina Milei convocó a una mesa política para contener el malestar.
  • Patricia Bullrich pidió más protagonismo de Macri; el PRO encara octubre dividido y con dudas sobre su rumbo futuro.

La derrota legislativa en la provincia de Buenos Aires encendió las alarmas en el PRO y abrió un debate interno que expone fisuras profundas. El lunes pasado, apenas conocidas las cifras del escrutinio, la vicegobernadora santafesina Gisela Scaglia envió un mensaje al grupo de WhatsApp que comparte con los presidentes provinciales del partido. Allí pidió rediscutir el rol del PRO de cara a noviembre, pero “alejado de La Libertad Avanza” (LLA). El gesto desató enojo entre quienes firmaron la alianza bonaerense, aunque también evidenció un malestar latente: la sensación de haber perdido identidad política en beneficio del oficialismo libertario.

“Hemos sido estafados”, lanzó una persona cercana a Mauricio Macri, sintetizando el clima en sectores del macrismo. La tensión no es nueva. Desde mayo, en reuniones encabezadas por el expresidente, dirigentes como María Eugenia Vidal, Jorge Macri, Nacho Torres y la propia Scaglia ya cuestionaban los términos del acuerdo con Milei. Para algunos, la apuesta en Buenos Aires significó diluir el “amarillo” histórico: el PRO perdió color, nombre en la boleta y solo retuvo siete de las doce bancas en disputa. Para otros, en cambio, el balance es menos dramático: “De uno probable metimos siete”, justificó un referente partidario ante Infobae.

La autocrítica sobre el armado provincial fue severa. Un operador clave enumeró falencias: “Faltó épica. Esto no era una elección normal de medio término. Hubo fallas en la campaña, en la construcción, en la fiscalización. Hubo intendentes que hicieron mega elecciones, como Montenegro o Soledad Martínez, y otros que no entendieron el momento”. El diagnóstico incluyó un reproche a las fallas operativas —escuelas sin fiscales en distritos clave— y a una estrategia que no logró entusiasmar al electorado no peronista.

Frente a las críticas, los defensores del pacto con Milei sostienen que no hay margen para rupturas inmediatas: “Sería entregarle la llave del auto al kirchnerismo”, advirtió un dirigente bonaerense. La prioridad, dicen, es corregir errores y evitar un colapso que facilite el regreso del peronismo en octubre. Mauricio Macri, en tanto, observa en silencio. No hizo campaña, no envió gestos de apoyo a los candidatos amarillos que fueron en las listas violetas y, según su entorno, está molesto con el presidente.

La Casa Rosada intentó contener la tensión convocando a Cristian Ritondo, Diego Santilli y Guillermo Montenegro a una nueva mesa de conducción bonaerense, liderada por Karina Milei. Fue el primer espacio ampliado de debate político con los socios electorales en más de una decena de provincias. Allí, un armador del PRO lanzó un mensaje claro: “Hace falta menos rock and roll y más política. Más dirigentes de verdad y menos punteros. Lo que pasó en La Matanza, donde liberaron escuelas por falta de fondos para fiscalización, no puede volver a ocurrir”.

Dentro del Gobierno también hay quienes reclaman mayor protagonismo de Macri. Patricia Bullrich sugirió públicamente que “si se hizo una alianza, estaría bueno que eso se muestre”. Pero en el entorno del exmandatario prevalece el escepticismo: “No va a pasar. El Presidente hace lo que le dice su hermana. No hay señales de apertura”, deslizaron.

La paradoja quedó simbolizada en una foto casual: Macri y Horacio Rodríguez Larreta coincidieron en un café porteño, se saludaron brevemente y siguieron en mesas separadas. El episodio, comentado por referentes de ambos sectores, funcionó como metáfora de un PRO partido entre viejos liderazgos y nuevas realidades. A dos años de que Bullrich venciera a Larreta en la interna partidaria y allanara el camino a la alianza con Milei, el partido amarillo vuelve a preguntarse quién maneja el volante y qué rumbo tomará después de octubre.

Últimas noticias
Te puede interesar
Lo más visto