Gobernadores patagónicos reclaman diálogo y critican el “mileísmo en sangre” en la convención de ejecutivos

POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior
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  • En la convención del IAEF en Bariloche, gobernadores de Río Negro, Neuquén y Catamarca marcaron distancia del mileísmo y reclamaron mayor diálogo con Nación.
  • Alberto Weretilneck y Rolando Figueroa criticaron la “mirada miope” desde el Obelisco hacia las provincias y exigieron una reforma de la coparticipación.
  • Los mandatarios rechazaron la acusación de Patricia Bullrich sobre falta de ajuste provincial y defendieron la autonomía fiscal de sus distritos.
  • Raúl Jalil fue el más moderado: reconoció mejoras en su provincia pero también cuestionó la falta de diálogo con Casa Rosada.
  • Martín Menem defendió al Gobierno en el escándalo por la ANDIS, relativizó los audios y destacó la rápida reacción de Milei con auditorías y Justicia.
  • Menem aseguró que el kirchnerismo está “en retirada”, minimizó las internas libertarias y ratificó que el equilibrio fiscal y la transparencia son pilares innegociables.

La 46° convención anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), realizada en el emblemático hotel Llao Llao de Bariloche, dejó una postal política inesperada: los gobernadores de Río Negro, Neuquén y Catamarca utilizaron el panel “Federalismo competitivo: el rol de las provincias en la transformación del país” para marcar distancia del oficialismo nacional y exigir mayor apertura al diálogo.

La escena se abrió con una pregunta punzante del moderador: “¿Cuál es el nivel de mileísmo que llevan en sangre?”. La broma, destinada a romper el hielo, provocó risas incómodas y silencios entre Alberto Weretilneck (Río Negro), Rolando Figueroa (Neuquén) y Raúl Jalil (Catamarca). “¿Podemos empezar de vuelta?”, retrucó Weretilneck, atribuyendo el silencio a la presencia en la sala de Federico Sturzenegger, ministro de Modernización, y Pablo Quirno, secretario de Finanzas. La falta de respuesta fue, en sí misma, una declaración: poco o nulo mileísmo en sangre.

Los gobernadores coincidieron en cuestionar lo que llamaron una “mirada miope” de Nación hacia el interior productivo. “Las provincias no somos responsables de la deuda externa ni de la inflación, porque no hay emisión de moneda”, sostuvo Weretilneck, quien recordó que el 85 % de los impuestos vigentes son nacionales. “El Estado central no puede funcionar sin presupuesto. Es básico y le ahorraría muchos dolores de cabeza a los argentinos”, agregó.

Rolando Figueroa profundizó esa línea al remarcar que Río Negro y Neuquén atraviesan una transformación productiva con fuerte inversión en hidrocarburos y proyección exportadora de petróleo y GNL. “Aportamos mucho más de lo que recibimos en términos de PBI”, subrayó, reclamando una reforma de la coparticipación “obsoleta e injusta”. Jalil, más moderado, reconoció que su provincia “mejoró mucho desde este Gobierno”, aunque también reclamó instancias de diálogo más fluidas con la Casa Rosada.

Los mandatarios patagónicos también respondieron de manera indirecta a Patricia Bullrich. La ministra de Seguridad había señalado en la jornada inaugural que las provincias no habían acompañado el ajuste con la misma intensidad que la Nación. “La Nación redujo su gasto del 21 al 16 % del PBI, pero provincias y municipios se mantienen igual”, había planteado. La réplica llegó sin mencionarla: “Las provincias no somos responsables del desorden macro”, sentenció Weretilneck.

Tras la exposición de los gobernadores, el debate tomó otro rumbo con la intervención del presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem. El riojano defendió al gobierno de Milei en medio del escándalo por los audios que involucran a la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS). “En menos de 48 horas el Presidente apartó al funcionario, intervino el organismo y ordenó auditar. También actuó la Justicia con allanamientos y citaciones”, destacó, insistiendo en que “la autenticidad de las grabaciones aún no está probada”.

Consultado sobre el peso de su apellido en medio de acusaciones de corrupción, Menem buscó desmarcarse: “La fama del apellido ahora es por la serie Menem, que es muy mala, no refleja lo que sucedió en esa época”.

El titular de Diputados defendió los pilares de gestión de Milei: equilibrio fiscal, seguridad y transparencia. “La mejor lucha contra la corrupción es achicar el Estado. Tras la crisis de 2001 volvió el Estado grande y prebendario; hoy, cuando se achican esos márgenes, aparecen las reacciones”, argumentó.

También le restó relevancia a las tensiones internas dentro de La Libertad Avanza. “Si en 2023 no iban en la lista de Milei, jamás hubiesen accedido a la banca. Son insultos y papelones de un grupito de rebeldes”, lanzó.

Sobre la oposición, fue categórico: “El kirchnerismo es una fuerza en retirada, dando sus últimos manotazos de ahogado. Quieren desestabilizar al Gobierno con leyes impagables, algunas con costo del 3 % del PBI. Le quitan la herramienta del DNU cuando ellos lo usaron en todos sus períodos”.

Finalmente, anticipó que las elecciones de este domingo, aunque municipales y legislativas, funcionarán como un termómetro político. “El peronismo quema todas las naves. En octubre su lista la encabeza Jorge Taiana, alguien neutral para repartir culpas en caso de derrota”, ironizó.

La convención del IAEF terminó dejando en claro dos visiones contrapuestas: de un lado, gobernadores que reclaman diálogo y más federalismo; del otro, un oficialismo que insiste en el ajuste y la defensa cerrada del programa libertario.

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