Lorenzetti advirtió sobre el riesgo de “un fin de ciclo” institucional y defendió la libertad de expresión

POLÍTICA Agencia de Noticias del Interior
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  • Ricardo Lorenzetti advirtió que la Argentina necesita un cambio profundo en sus instituciones para evitar repetir fracasos históricos.
  • Planteó que la democracia atraviesa un “fin de ciclo” y que, si no se producen cambios de fondo, el riesgo es un giro autoritario.
  • Defendió la libertad de expresión como pilar constitucional y recordó que la Corte tiene una jurisprudencia clara y estable en ese sentido.
  • Señaló que la Corte funciona con tres miembros, aunque lo ideal es completar su integración, y advirtió contra ampliaciones que generen incertidumbre económica.
  • Reivindicó la templanza de los jueces frente a ataques y presiones, y garantizó seguridad jurídica a través de precedentes firmes.
  • Pidió mayor transparencia y acuerdos políticos para cubrir las numerosas vacantes en el Poder Judicial.

El juez de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, participó del ciclo “Diálogos” de Fundación Mediterránea, donde dialogó con el periodista Ignacio Ortelli sobre institucionalidad, gobernabilidad, libertad de expresión y la actualidad del máximo tribunal. En un tono crítico hacia la dirigencia política, el magistrado planteó la necesidad de cambios profundos en las instituciones y alertó sobre los riesgos de un deterioro democrático que, según su visión, puede derivar en escenarios autoritarios.

“La Argentina necesita un cambio muy profundo en las instituciones. No es una cuestión de discutir solo la coyuntura, los problemas del día, porque así los grandes temas nunca se solucionan. Se trasladan de década en década”, señaló Lorenzetti, recordando que lleva 20 años en la Corte y que los debates centrales siguen siendo los mismos.

El juez sostuvo que los valores y principios de la Constitución conforman un contrato social inalterable y que no se puede modificar el marco institucional “cada tanto por razones de conveniencia”. En ese sentido, instó a abrir un espacio de discusión que permita analizar las razones del “fracaso colectivo” y plantear un debate de fondo sobre las causas estructurales de los problemas argentinos.

Democracia y desconexión social

En su exposición, Lorenzetti enmarcó la situación nacional en un contexto más amplio de crisis de las democracias a nivel global. “Se habla de que la democracia se volvió ineficaz”, advirtió, y subrayó que si no se producen cambios de fondo “el riesgo es que vayamos al autoritarismo”. A su entender, el desencanto ciudadano responde a la falta de resultados concretos y a la creciente desconexión entre la sociedad y sus instituciones.

Para el magistrado, el país atraviesa un “fin de ciclo”, reflejado en una dirigencia que “habla de un discurso del pasado, de una realidad que no existe, a un público que no escucha”. Esa brecha, opinó, profundiza la falta de credibilidad en las instituciones y exige un replanteo político y cultural.

La libertad de expresión como pilar

Lorenzetti dedicó un tramo de su intervención a la defensa de la libertad de expresión, a la que definió como central en la democracia. “Está en la Constitución y la Corte tiene muchos fallos que la respaldan. Si no hay libertad de expresión, no hay argumentos, aunque no nos guste lo que se diga”, enfatizó.

Si bien evitó pronunciarse sobre el fallo del juez Alejandro Maraniello, que prohibió la difusión de audios presuntamente vinculados a Karina Milei, recordó que la jurisprudencia de la Corte es clara desde hace décadas. “No podemos volver a cambiar las bases constitucionales cada tanto. Eso no nos hace bien”, sentenció.

El futuro de la Corte y las vacantes

Consultado sobre la actualidad del máximo tribunal, Lorenzetti sostuvo que la Corte funciona con tres miembros, aunque admitió que la integración completa “es lo ideal”. Señaló que cualquier ampliación significativa —como llevarla a nueve integrantes— generaría incertidumbre en plena crisis económica. “Lo primero que va a pasar es que quienes tienen que invertir digan ‘esperemos a ver cuál es la jurisprudencia’, y eso paraliza la vida económica y social”, explicó.

Respecto a los ataques que recibe el tribunal, relativizó las críticas y remarcó que “son parte de la vida institucional”. Para un juez, dijo, la clave es mantener la templanza y resistir las presiones. “Ceder a una presión es alimentar más presiones”, sostuvo.

En cuanto a la seguridad jurídica, aseguró que la Corte garantiza estabilidad al respetar sus precedentes. “En 20 años ha pasado de todo, pero siempre buscamos la paz social y resolver de acuerdo a derecho. Firmo fallos que pueda volver a firmar”, resumió.

Vacantes y necesidad de acuerdos

Sobre el déficit de jueces en el sistema, Lorenzetti reclamó transparencia en los procesos de selección y mayor compromiso político para cubrir las vacantes. “No cualquiera puede ser juez o jueza. La gente tiene que conocer por qué se elige a alguien. Y necesitamos acuerdos, porque los pliegos pasan de un gobierno a otro sin resolverse”, afirmó.

Con un tono reflexivo, el juez dejó un mensaje final: el desafío es reconstruir la confianza social en las instituciones. Para ello, advirtió, no alcanza con resolver coyunturas: hacen falta consensos de largo plazo y un compromiso firme con los principios constitucionales.

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