Con aval del FMI, el Tesoro intervendrá en el mercado de cambios para contener la suba del dólar

ECONOMÍA Agencia de Noticias del Interior
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  • El Tesoro Nacional intervendrá en el mercado libre de cambios para garantizar liquidez y frenar la suba del dólar.
  • La medida cuenta con el aval del FMI, que autorizó el uso de recursos del superávit fiscal, sin afectar reservas ni generar deuda adicional.
  • La intervención responde a la escalada del dólar previo a las elecciones, que alcanzó $1.385, cerca del techo de la banda cambiaria.
  • El superávit primario de julio fue de $1,74 billones, aunque el déficit financiero real, considerando intereses capitalizables, es mucho mayor.
  • El Gobierno mantiene que el régimen de bandas cambiarias sigue vigente y que las ventas del Tesoro son puntuales y temporales.
  • Los mercados muestran cautela: caídas en bonos y aumento del riesgo país reflejan dudas sobre la sostenibilidad de la intervención y del superávit.

En un giro inesperado en la política cambiaria, el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, anunció que el Tesoro Nacional intervendrá en el mercado libre de cambios para garantizar su liquidez y normal funcionamiento. La medida, que se suma a una intervención previa realizada de manera discreta la semana pasada, marca un cambio significativo respecto al esquema acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que limitaba las ventas de dólares oficiales al techo de la banda cambiaria.

El objetivo oficial es contener la presión alcista sobre el dólar en el período previo a las elecciones de octubre, en un contexto de creciente volatilidad e incertidumbre en los mercados. Históricamente, el acuerdo con el FMI establecía que las intervenciones sólo podían realizarse en situaciones extremas, cuando el tipo de cambio alcanzara el límite superior de la banda, fijada inicialmente entre $1.000 y $1.400 y ajustada diariamente. Este esquema, parte de un préstamo de u$s20.000 millones, buscaba preservar las reservas internacionales y evitar distorsiones en el libre juego de la oferta y la demanda.

Sin embargo, la reciente escalada del dólar —que el lunes alcanzó los $1.385, cerca del techo de $1.467— llevó al Gobierno a priorizar la contención de la inflación y la estabilidad cambiaria. La intervención oficial contará con la condición impuesta por el FMI: solo podrán usarse “recursos del superávit” fiscal. Según fuentes del Palacio de Hacienda, el organismo internacional avaló la medida tras consultas con el Gobierno, asegurando que las ventas no comprometerán las reservas netas del Banco Central ni generarán presiones sobre el endeudamiento público. “Al Fondo Monetario le pareció genial”, sostuvo Federico Furiase, director del BCRA, y aclaró que las operaciones se financiarán únicamente con excedentes presupuestarios, evitando emisión monetaria o préstamos adicionales.

El alcance de la intervención, no obstante, genera incertidumbre en los mercados. Si bien el superávit fiscal primario anunciado para julio fue de $1,74 billones —con un crecimiento interanual del 41%—, el déficit financiero, al incluir intereses capitalizables de instrumentos como Lecaps, asciende a montos mucho mayores, estimados en $19 billones para el mes. Esto plantea dudas sobre la sostenibilidad del superávit y la capacidad del Tesoro para mantener operaciones de intervención prolongadas sin afectar la deuda pública.

La condición del FMI sobre el origen de los fondos limita la flexibilidad del Gobierno frente a shocks cambiarios imprevistos. Expertos destacan que cualquier desviación en la recaudación o en el control del gasto podría derivar en cuestionamientos internacionales y afectar la confianza de los inversores. La semana pasada, los bonos soberanos cayeron hasta 3%, mientras que el riesgo país se acercó a los 950 puntos básicos, reflejando el nerviosismo del mercado.

A pesar de la intervención del Tesoro, el Gobierno reafirma que el régimen de bandas cambiarias permanece vigente. Según Furiase, las ventas son puntuales y temporales, motivadas por la tensión preelectoral, y no representan un cambio en el esquema de flotación. Subrayó que las operaciones no utilizan reservas del BCRA ni fondos del FMI, sino que buscan aportar liquidez para mitigar el “ruido político” en los mercados.

El mercado, sin embargo, ya había detectado movimientos la semana pasada, con estimaciones de la consultora 1816 que sugieren ventas por u$s300 millones, inicialmente justificadas como pagos a provincias con vencimientos de deuda. Este martes, la intervención volvió a generar una contención temporal del dólar, aunque persisten interrogantes sobre la capacidad de sostener el mecanismo sin comprometer los recursos fiscales.

La combinación de intervenciones discrecionales del Tesoro y la insistencia en mantener las bandas pone sobre la mesa un debate central: hasta qué punto el Gobierno puede usar excedentes fiscales para contener el tipo de cambio sin poner en riesgo su credibilidad frente al FMI ni la sostenibilidad de las finanzas públicas. Mientras los días previos a las elecciones transcurren, la política cambiaria será, sin dudas, uno de los focos de atención más sensibles del mercado.

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