




Martín Llaryora y Daniel Passerini repitieron, ayer, una instantánea que se ha convertido en habitual durante las últimas semanas, y que rememora el extenso álbum de fotos que completaron juntos en la campaña previa a la última elección municipal, en la que el entonces vice batió a Rodrigo De Loredo por dos cuerpos de distancia, cuando todos pronosticaban un final de bandera verde, cuando no una victoria clara del radical.
Es que, como entonces, se avecinan tiempos electorales, y la parada no es -otra vez- nada sencilla. Hacemos Unidos, bajo una nueva piel que denote su alianza con la “Liga Federal”, deberá enfrentar a un oficialismo nacional que arrasa en las mediciones previas y que, carambola del destino, quizá hasta lleve al tope de su boleta al mismísimo De Loredo. Vuelve a tocar la remontada.
Tiene un as. Juan Schiaretti esta virtualmente oficializado como candidato. Pero aún así tiene que medirse, en una campaña Legislativa nacional, con un sello apuntalado por la tracción del presidente, una categórica estabilización de las otrora desbocadas variables macroeconómicas -con el IPC a la cabeza-, y una lógica disruptiva para hacer campaña, de probada eficacia, que consta en descalificar todo lo que no sea propio como ‘casta’, exprimiendo cada gota del capital que otorga no pertenecer a la clase política.
La Libertad Avanza es, sin lugar a duda, un dispositivo extraño para la política clásica. Sin embargo, es su rasgo menos innovador el que le ha reportado el grueso de su capital político: el oficialismo nacional cumplió, al menos hasta ahora, su contrato electoral. Milei prometió un recorte abrupto del gasto como fundamento de un severo plan de estabilización, y obró la alquimia que propuso.
Con su estilo -por cierto, muy diferente- el peronismo se apresta a hacer lo mismo.
Junto a Passerini, Llaryora anunció ayer una obra de 56.000 millones de pesos para el suroeste de la capital: la sistematización, ensanche y alumbrado del Camino a San Antonio, de 5.2 kilómetros lineales, que incluirá también obras hidráulicas complementarias. A esto debe sumarse: 9.800 millones de pesos comprometidos para finalizar obras en espacios públicos de la ciudad, los alto niveles en construcción en Malvinas Argentinas, Valle Escondido y Avenida Vélez Sarsfield, la duplicación de calzada en avenidas Bodereau, Padre Luchesse, y el Camino Intercountries, y la pavimentación del Camino La Ochoa (Ruta E64) y Camino a 60 Cuadras (Ruta 8-A-102). Y un intensivo plan de bacheo en toda la ciudad.
El peronismo parece haber decidido hacer lo mismo que Milei, desde el ángulo opuesto, refrendando con su propio contrato electoral y “renovando votos” con los vecinos, que en 2019 votaron a Llaryora como intendente para ver reflejadas en la ciudad las obras que durante sus mandatos previos había ejecutado Juan Schiaretti, y que en 2023 eligieron al candidato que se ofrecía como garante de su continuidad, conformes con la puesta en valor de los espacios públicos que concretó el sanfrancisqueño y con las obras que trajo a la ciudad con el invaluable respaldo del entonces gobernador.
Ahora, Hacemos Unidos intenta replicar esa receta. Es verdad que la inmensa mayoría de las obras no verá la luz antes de que haya concluido la campaña, pero la apuesta igual será mostrar a un Estado activo, tanto a nivel provincial como municipal, anunciando nuevas obras, y reversionando la tan transitada colaboración Provincia-Municipio; el “trabajo en equipo” del que el peronismo gusta presumir.
Ese será el argumento para pararse frente a la ola violeta que vaticinan las “Fuerzas del Cielo”; que juran que las demandas crecientes en los barrios no permiten a los propios dirigentes peronistas de las seccionales moverse con comodidad en el territorio.
Llaryora-Passerini
Durante la presentación de la obra, tanto el gobernador como el intendente dejaron algunas líneas a recordar.
Llaryora cuestionó el congelamiento de la obra pública nacional y reivindicó el “modelo Córdoba” al referir, "Nosotros decidimos no parar por el compromiso que asumimos con cada uno de los vecinos. En Córdoba tenemos un modelo de superávit económico con la gente adentro".
Luego, reconoció el difícil contexto nacional en el que se enmarca la gestión municipal de Passerini apuntando “Es necesario, en este momento, darle un empujón a la ciudad, donde se ha cortado los recursos nacionales y hay que sostener los servicios y el crecimiento”.
A su turno, Passerini destacó: “Tenemos un gobernador que no veta el progreso, ni el acceso a los derechos de los vecinos. Vamos a seguir llevando progreso y trabajando en equipo. Tenemos una provincia con un pueblo que decide avanzar y progresar con la fuerza del trabajo y buscando el bien común. En Córdoba podemos pensar distinto, pero podemos trabajar juntos”.
CON INFORMACION DE DIARIOALFIL.





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