La Rural, el campo y la grieta productiva: Llaryora vs. Milei

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El movimiento político fuerte en el predio de Palermo se espera para la próxima semana, pero este ayer, en la apertura de actividades de la Rural de Palermo estuvo presente el jefe de Gabinete de la Nación, Guillermo Francos, quien destacó el reciente encuentro entre la Mesa de Enlace y el presidente Javier Milei.
“Conversaron sobre la problemática del campo. Hubo entendimiento sobre la situación y sobre cómo mirar al futuro. Eso debe llenarnos de esperanza. Este es uno de los eventos más importantes incluso de Latinoamérica”, afirmó el funcionario.

En parte, lo que relató Francos fue así. Como se conoció, el presidente Milei recibió a los miembros de la Sociedad Rural Argentina (SRA) esta semana. Según fuentes políticas de distintos sectores, el objetivo de la reunión fue bajar la tensión creciente entre el Gobierno y las organizaciones agrarias.

“Milei ganó las elecciones prometiendo eliminar las retenciones. Acusó a los gobiernos anteriores de ser ‘degenerados fiscales’, pero el campo sigue padeciendo el mismo flagelo”, expresó una fuente de la Sociedad Rural en Córdoba.
Tras el encuentro, tanto la SRA, presidida por Nicolás Pino, como Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), emitieron un comunicado con tono equilibrado, informando sobre los temas tratados. El parte oficial indicó:

“Se discutió la continuidad de las retenciones, el estado de las rutas, y se mostró predisposición ante la intervención del INTA”.
Promesa Rural y escenario político
La reunión le brindó a Milei oxígeno político para asistir al acto de cierre de la exposición, previsto para el sábado 26 de julio, un momento históricamente sensible para cualquier presidente. La Rural de Palermo ha sido, durante décadas, una prueba de fuego para el poder político nacional.

“El público no lo va a abuchear, pero se va a enfrentar a una audiencia que espera algo de él”, anticipó un dirigente vinculado a la SRA.
La historia reciente respalda esa cautela: Raúl Alfonsín, en 1988, fue abucheado en este mismo escenario y respondió con su célebre frase: “A mí no me van a correr con cuatro gritos.”
Carlos Menem, en cambio, fue la excepción. Con políticas de apertura económica y eliminación de retenciones, supo ganarse al agro.
Fernando de la Rúa, en 2001, fue silbado y debió interrumpir su discurso, en lo que fue un preludio de la crisis de diciembre.
Cristina Fernández de Kirchner, Mauricio Macri y Alberto Fernández también padecieron tensiones o reacciones hostiles. En todos los casos, el punto de fricción fueron las retenciones, un recurso fiscal clave para las arcas nacionales.

Javier Milei, ahora, rinde examen ante ese mismo público. Según trascendidos, llegaría con una medida concreta en su clásica carpeta azul: la eliminación de las retenciones a la carne vacuna, que representa la tercera o cuarta fuente de recaudación del agro.
Sin embargo, la soja y el maíz, los pesos pesados del ingreso, seguirán, por ahora, en la sala de espera.

“Guerra fría” entre la Nación y las provincias
“Yo hago puchero, ella hace puchero. Yo hago ravioles, ella hace ravioles”.
La frase icónica del cine argentino se traslada con ironía al escenario nacional actual, aunque en sentido inverso: el Gobierno Nacional toma una medida, y las provincias responden con otra, marcando así las diferencias de enfoque.

Tras la confirmación —hace pocas semanas— de que las retenciones al trigo y a la cebada se mantendrán hasta el 31 de marzo de 2026 en un 9,5%, el gobernador Martín Llaryora expresó su rechazo:

“En el complejo contexto que atraviesa nuestro país, esta medida resulta profundamente regresiva y perjudicial para el desarrollo productivo de la Argentina”.
Y agregó:

“En Córdoba adoptamos un camino diferente: eliminamos Ingresos Brutos a la producción, suprimimos el Impuesto a la Mera Compra y destinamos el 98% de la recaudación del Inmobiliario Rural a obras de infraestructura y servicios para el campo”.
Este jueves se anunciaron nuevas obras para la conservación de la red vial rural, con avances en San Francisco, Los Chañaritos, Melo, Gutenberg, Las Peñas y Berrotarán. Aunque se trata de intervenciones puntuales, se suman a una serie de guiños que Llaryora viene dando al campo, muchos de ellos canalizados a través del ministro de Bioagroindustria, Sergio Busso.

“Hace 22 años que venimos reclamando por las retenciones a todos los gobiernos. Y ni hablar de lo que vivimos en las épocas del kirchnerismo. Se hacían los pedidos y hacían oídos sordos. Ellos defendían las retenciones diciendo que servían para equilibrar la mesa de los argentinos”, afirmó Busso.
Hoy, las retenciones siguen siendo un recurso clave para el Gobierno Nacional, fundamental para sostener el equilibrio fiscal. Pero desde Córdoba insisten en que eso implica una quita de recursos que no vuelven a los productores.

“El único impuesto que cobra la provincia al campo es el Inmobiliario Rural, y el 98% de lo recaudado se reinvierte en obras: caminos, riego, infraestructura productiva”, explicó el ministro.
Busso concluyó con una advertencia política:

“Hemos acompañado al Gobierno Nacional en las herramientas que necesitaba para gobernar y en las medidas que creímos beneficiosas para los argentinos. Pero no estamos de acuerdo con un modelo de visión centralista que se limite a ordenar la macroeconomía. Hace falta un modelo productivo que impulse el crecimiento”.
La otra cara del ajuste: ¿por qué Milei eligió eliminar el Impuesto PAIS y no las retenciones?
El impuesto que eliminó el gobierno de Javier Milei fue el Impuesto PAIS. Si bien muchos argentinos de distintos niveles de ingresos lo pagaban —por ejemplo, en plataformas como Netflix o YouTube—, fue bautizado popularmente como “el impuesto de los ricos”, con un dejo de resentimiento o ironía hacia quienes podían consumir en el exterior o comprar divisas.

Este impuesto alcanzó una recaudación estimada de aproximadamente 1,5% del PBI en 2024.

En la vereda de enfrente están las retenciones al campo, cuya recaudación estimada fue de entre 0,7% y 0,9% del PBI en el mismo año.

Eliminar el Impuesto PAIS y mantener las retenciones fue una decisión política, no solo económica: el Gobierno desarmó un tributo asociado al cepo cambiario, pero mantuvo uno que afecta directamente a las provincias exportadoras como Córdoba, y que golpea de lleno al corazón productivo del agro.

CON INFORMACION DE DIARIOALFIL.

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