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El juecismo volvió a su kilómetro 0 con miras al 2027

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El senador y líder del Frente Cívico, Luis Juez, encabezó anoche la presentación de la sede partidaria del juecismo en el kilómetro 0 de la fuerza que rompió el bipartidismo en 2003. Mariano Benítez 1547, barrio Providencia; la histórica casa de Juez cuando el actual senador fue intendente entre 2003 y 2007 se convirtió desde anoche en la sede de la fuerza de cara a dos paradas electorales claves para el partido: 2025 y mucho más 2027.

Todo esto, mientras las tensiones entre Juez y el jefe del radicalismo, Rodrigo de Loredo, se incrementan a raíz de la pelea por un mismo objetivo que se plantearon ambos como es la carrera por la gobernación 2027. “Es volver ahí para empezar a trabajar con todo por el 2027”, reconoció ayer a Alfil un juecista de la primera línea del senador.

La jugada de desembarcar nuevamente en Providencia, en un domicilio particular que nunca fue sede partidaria, pero está atada al simbolismo del juecismo estaba prevista desde hace un buen tiempo. Siempre existió en la cabeza de Juez un regreso al barrio en medio de la ramificación del Frente Cívico por la capital.

Lo que sucede es que, a días del lanzamiento de De Loredo el sábado pasado en un encuentro radical en el que señaló que quedan 1000 días para recuperar la Provincia e ir por la gobernación, la carga de condimentos en la convivencia entre ambos aumenta.

La frase del jefe del bloque radical en Diputados que ayer contó este diario no cayó bien en el entorno de Juez. Como, a decir verdad, tampoco había sido bien recibida la afirmación del senador hace unos meses cuando ratificó que pelearía una vez más por la Provincia en 2027.

“Lo que le está pasando a Rodrigo es que está acelerado, ansioso e inquieto. Él no puede salir a decir que va a ser gobernador y Presidente, si aún no sabe si será diputado en el 2025”, dijo a este diario un juecista paladar negro. Frase que pinta a la perfección las diferencias que se viven entre ambos desde hace unos meses.

El juecismo quiere insistir con la desesperación de De Loredo en las Legislativas y creen que el resquebrajamiento con intervención del PRO le puede allanar el camino a un acuerdo con los amarillos, pero aleja al radical del esquema libertario. Hasta ahí, ganancia para Juez; según elucubran en el Frente Cívico.

Porque la marca PRO perdió fuerza y una renovación del acuerdo entre De Loredo y Mauricio Macri puede ser una salida para que el radical evite la Lista 3 y se agarre a algo con más volumen. O, muy por el contrario, lo puede exponer a un fracaso.

“¿Vos creés que Macri está fuerte en Córdoba como hace unos años? ¿Quién es más fuerte y qué vínculo pesa más actualmente, (Javier) Milei o Macri?”, razonó una persona que conoce pormenores de la relación Juez-De Loredo.

En tanto, aquellos que recorren los pasillos de la Unicameral, reconocieron por su parte que había existido un intento de acercamiento entre Juez y De Loredo que se volvió a complicar cuando el diputado habló de “puñadito” de legisladores. A minutos de discutir la postura del bloque UCR en torno al debate por la vacante del TSJ y el pliego de Jéssica Valentini.

“Con eso el juecismo le marcó la cancha y los obligó al rechazo. Algo que ellos no habían pensado en un primer momento. Pero hubo otro tema que fue la frase de Rodrigo sobre el ‘puñadito’. Muy peyorativo, no es así. Por eso, (Walter) Nostrala devolvió el jueves pasado la frase en la segunda lectura de Presupuesto”, dijo una fuente.

En ese momento, al argumentar el rechazo, Nostrala sostuvo: “no se trata de ser un puñadito o un puñadazo. El Frente Cívico funciona así, tiene coherencia y tiene convicción, y fundamentalmente, conducción”. En la Unicameral sostienen que Nostrala avisó a sus colegas del radicalismo que devolvería la chicana a De Loredo y dentro de la Legislatura son varios, incluso en el PJ, que advierten la falta de liderazgo radical. En general y para la toma de decisiones, no sólo dentro del recinto.

“Con el juecismo uno sabe si lo acompañan o no, y por qué rechazan cuando lo hacen. Además de los argumentos. Con los radicales es muy distinto: dicen una cosa y hacen otra. Todo el tiempo”, lanzó un integrante de la primera línea del llaryorismo la semana pasada.

Las dos semanas para cerrar un 2024 difícil, tanto para Juez como para De Loredo, ya sea por la actividad en el Congreso, la tensión con los libertarios y los vaivenes de la propia convivencia mantendrán la intensidad. En el medio, al puñado de días del año le queda aún una visita de Milei el viernes a la Bolsa de Comercio y la polémica votación por el TSJ donde, en el pliego por el Ministerio Público de la Defensa, el oficialismo amaga con seguir generando lugares y sillas vacías para conversar. 

CON INFORMACION DE DIARIO ALFIL, SOBRE UNA NOTA DE SILVA GABRIEL.

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