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Las cuatro sillas de poder que Martín Llaryora negocia con Luis Juez y Rodrigo de Loredo

POLÍTICA 10/03/2024 Agencia 24 Noticias Agencia 24 Noticias
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El exintendente de la ciudad de Córdoba, Ramón Mestre, publicó las bases de su Pacto de Mayo para la UCR y, con ellas, la dirigencia boinablanca confirmó lo previsible: será un jugador más en la interna partidaria que busca revitalizarse para disputar poder con Martín Llaryora y, por qué no, con Luis Juez.

El último referente del radicalismo en ganar elecciones ejecutivas después de Ramón Bautista Mestre y Rubén Martí, evitó la personalización de la jugada frente al círculo íntimo. Ratificó que Confluencia competirá en un proceso que desea “abierto y democrático”.

La apelación al colectivo interno esconde una realidad dolorosa para Mestre: la sangría de apoyo interno que experimentó desde que dejó el poder municipal en 2019 para entregarlo al sanfrancisqueño Llaryora. Al filtro propio de la pérdida del poder real, se sumó el juego en tándem de su correligionario Rodrigo de Loredo y el peronista díscolo Luis Juez. Fue una sociedad peligrosa para Mestre.


Borraron de sus campañas al hombre que todavía conserva capacidad territorial y es fuente de consulta del intendentismo que no sabe si hablar con el ministro de Gobierno provincial, Manuel Calvo; con su secretario Orlando Arduh o con la bien ubicada vicegobernadora Myrian Prunotto.
El anexo de Ramón Mestre para la UCR de Córdoba
Con ese historial de “traiciones” frescas, Mestre quiere asegurarse las condiciones mínimas de respaldo genuino para retar al que, hasta ahora, asoma como favorito: Marcos Ferrer, el intendente de Río Tercero, del calzado núcleo Evolución.
A sus interlocutores de ocasión dejó trascender las condiciones mínimas para recuperar el partido y devolver su ambición de poder: 1) ratificar la vocación frentista con la UCR como cabeza de fórmula; 2) fuerte trabajo territorial para recuperar lazos internos y 3) lograr la sustentabilidad del proyecto partidario.

¿Asoman aliados para el operativo retorno? Se da por descontado que encontrará la reticencia de De Loredo, pero hay buena vibra con otros sectores para empezar a caminar alianzas. El exintendente de Río Cuarto Juan Jure es uno de ellos.

Nadie ignora la sintonía que tiene el exlegislador de la capital alterna con la primera vicegobernadora radical, aunque con patrocinio peronista.

Para las mentes maquiavélicas que insisten en poner a Mestre en acuerdo con el cordobesismo, como se escucha con insistencia en la Legislatura, la respuesta es simple. “Prunotto está afuera”, lanzan y marcan que la prioridad es levantar al radicalismo de nuevo.

El juego de las sillas de Martín Llaryora, Luis Juez y De Loredo
Quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra. En la política de Córdoba, las vacas sagradas de las distintas fuerzas hablan entre sí. Es que el escenario de paridad es un baño de humildad para el gobernador y su proyecto de un gran Partido Cordobés.

En el horizonte, hay cinco poderosos lugares vacantes para llenar y, casualmente, todos necesitan el visado de la Legislatura paritaria. Como contó Letra P, Llaryora esperará a que la oposición en Juntos por el Cambio se ordene (y coopere) para sugerir el nombre que reemplazará a la recientemente retirada vocal del Tribunal Superior de Justicia de Córdoba, Mercedes Blanc de Arabel.

En los pasillos judiciales, también en la trinchera política, ya resuena que Luis Rubio también dejará su cargo prontamente. Se especula, entonces, que Llaryora hace tiempo para tratar los dos pliegos en el recinto.

Defensorías y otros puestos
La Defensoría del Pueblo, en manos radicales, es el verdadero botín. Su titular, Mario Decara, mueve fichas para marcar la sucesión, mientras orejea la interna partidaria, a pesar de que su rol le prohíbe hacer política.

El llaryorismo tiene otros nombres transversales para proponer, que se alejan de la órbita de Decara.

A esa discusión abierta se suma una que está pasando desapercibida en las superficies de la política: la silla del flamante Ministerio de la Defensa Pública, cuyo esquema supone un defensor general y dos adjuntos.

Bajo la órbita del Poder Judicial, esta área fue aprobada en la Legislatura de Juan Schiaretti, de predominio peronista. El entonces gobernador impulsó la creación de este ministerio al pucho de su gestión -27 de septiembre de 2023- con “la intención de facilitar el acceso a la Justicia de sectores vulnerables de la sociedad, con asistencia jurídica integral para la ciudadanía que la requieran”.

El peronismo siempre supo que el escenario electoral sería ajustado con JxC y tomó todas sus precauciones.

Los alfiles del gobernador ya sondean de manera informal a los líderes de la oposición, Juez y De Loredo, para lograr la aprobación de este granado combo de poder.

CON INFORMACIÒN DE LETRA P.

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