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Video exclusivo: el momento en que la Policía asesinó a Blas

POLICIALES 13/09/2022 Agencia de Noticias del Interior
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Sólo 35 segundos. Una fracción de minuto, un instante que cambia todo de manera irremediable. Es sin duda documento clave en la causa por el gatillo fácil que se cobró la vida de Valentino Blas Correas (17) en el comienzo de la madrugada del 6 de agosto de 2020, en la zona sur de la ciudad de Córdoba.

Una secuencia que desnuda lo incomprensible: cómo dos policías abrieron fuego contra un auto, en plena vía pública de la ciudad, sin que existiera ningún justificativo para que actuaran de semejante manera.

"Los policías nunca debieron disparar. Ni aunque dijeran que iban ladrones en ese auto, porque no había ningún peligro. Supongamos que el auto no frenaba porque llevaba a una parturienta, ¿le iban a disparar también?", cuestionó el fiscal Fernando López Villagra en el comienzo del juicio que arrancó la semana pasada en la Cámara 8ª del Crimen.

"No había nada que justificara esos disparos, ni siquiera que el conductor del Fiat Argo no haya frenado", insistió el funcionario judicial adelantándose a parte de la estrategia defensiva.

El video es claro: los policías cortan el tránsito, dejan sólo un carril para que pasen los vehículos, el cabo Lucas Gómez le hace señas al joven que conducía el Argo para que empiece a frenar, saca su arma y le apunta, momento en el que el conductor continúa la marcha. El video deja en evidencia que nunca estuvo cerca de atropellar a Gómez, tal como este dijo en su momento, y que apenas pasa el vehículo el policía comienza a dispararle desde atrás. En medio de la andanada de tiros, aparece en escena el policía Javier Alarcón, que también dispara contra el Argo.

Los registros corresponden a las cámaras de los propios móviles policiales.

Crónica de un "gatillo fácil"

Según la reconstrucción judicial, el miércoles 5 de agosto de 2020 a la noche, cinco adolescentes de entre 16 y 18 años viajaban en el Fiat Argo blanco. Habían pasado a buscar al último de ellos por su casa de barrio Parque Horizonte, en la zona sur de la ciudad de Córdoba, y regresaban al Centro, ya que se iban a juntar con otros compañeros del sexto año del colegio San José a comer lomitos y choripanes en un carro ubicado frente a la plaza España.

El que manejaba se equivocó en la rotonda de barrio Las Flores y giró a la derecha. Enfiló por Vélez Sársfield, pero en dirección a la Circunvalación. Unos 400 metros más adelante, al darse cuenta del error, buscó doblar en U para tomar el carril contrario. En la maniobra, encerró a dos motociclistas que iban en la misma dirección, lo que generó una discusión entre ellos. Hubo insultos cruzados y uno de los motociclistas golpeó el espejo retrovisor del Argo.

La moto se fue, los jóvenes del Argo recogieron el objeto roto y arrancaron de nuevo. Continuaron hacia el sur en busca de un lugar para girar en U. Lo hicieron a la altura de calle Montecarlo, frente al predio de Telefe Córdoba. La moto, en tanto, siguió en dirección a la Circunvalación, donde estaba apostado un control policial de rutina.

La moto se detuvo junto a esos policías. El motociclista declararía después que sólo les advirtió a los uniformados que el conductor del Argo estaba manejando de manera "peligrosa", pero que jamás les dijo que los jóvenes eran ladrones, versión que luego intentaron instalar los policías.

Los policías que mataron a Blas al dispararle en el control ubicado en Vélez Sársfield al 2400, frente al instituto Pablo Pizzurno, dijeron que, por la frecuencia policial, desde aquel control de la Circunvalación habían avisado que un motociclista acababa de denunciar que en un Fiat Argo blanco iban “varios delincuentes armados”.

Ante esto, repitieron los policías acusados y varios de sus jefes, se había diagramado, en los primeros minutos del jueves 6, un supuesto retén de emergencia: dos patrulleros cruzados sobre el asfalto sólo dejaban un carril libre, en contra del cordón de la vereda.

Allí, el policía Gómez le hizo señas al conductor del Argo para que frenara.

Pero todo se descontroló. El que manejaba, lejos de estacionar, aceleró, y cuando el auto ya había pasado y sin que mediara ningún peligro para los cuatro policías de ese control, los dos agentes varones comenzaron a disparar contra la parte trasera del vehículo en el que iban los jóvenes, según ya se corroboró en la Justicia.

Hubo al menos cinco balazos policiales, todos contra la parte trasera del auto. Uno hirió de manera mortal a Blas en el omóplato. El joven iba sentado en el asiento trasero, al medio. Otro de los proyectiles le quemó el buzo al adolescente que iba sentado a un lado de Blas y, sin herirlo, terminó por alojarse en el apoyacabezas del asiento delantero.

A partir de la semana pasada, un total de 13 policías son sometidos a juicio con jurados populares.

En su testimonio durante la instrucción, Juan Cruz Camerano Echevarría, el joven que manejaba el Argo, dijo que se asustó porque cuando estaba por detenerse observó que uno de los policías empuñaba un arma.

En la causa consta que el cabo Gómez efectuó cuatro disparos con su arma reglamentaria contra el auto que se movilizaban los jóvenes "con intención de matarlos".

Por su parte, al cabo 1° Alarcón se lo acusa de que "en acuerdo tácito (con Gómez) y aportando al plan común de dar muerte a los ocupantes del vehículo", efectuó dos disparos sobre el vehículo en marcha "a sabiendas que no había justificación legal para ello".

La acusación sostuvo que "Gómez y Alarcón desplegaron esas conductas abusando de su función, en contra de la normativa que regula el debido uso de las armas reglamentarias por parte de las fuerzas de seguridad".

Fuente; Cadena3

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